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La empresa privada, al acecho de los hospitales de Castilla-La Mancha

Las empresas privadas que se dedican a la sanidad asisten a una oportunidad única para incrementar sus beneficios

 

VANESSA PI

Mientras las arcas públicas acusan cada día más la falta de liquidez, las empresas privadas que se dedican a la sanidad asisten a una oportunidad única para incrementar sus beneficios. El pastel a repartir es cada día más grande. A la ya creciente tendencia de que las autonomías concierten cada día más servicios sanitarios a clínicas y centros privados, se suma ahora el proceso abierto en Castilla-La Mancha para que ocho de sus hospitales, cuatro de ellos en obras, sean gestionados por empresas privadas.

La falta de liquidez ralentizó las obras en el Hospital de Cuenca. La entrada de capital privado permitirá finalmente que el centro esté acabado esta legislatura. Así lo destacó la semana pasada el coordinador de Sanidad y Asuntos Sociales de la Junta de Castilla-La Mancha, Carlos Navarro.

Los defensores de lo público acusan al PP de tener intereses ocultos

En efecto, la rapidez con que se ejecutan las obras es una de las ventajas del modelo, en el que la empresa asume la gestión del hospital y, en algunos casos, también del personal sanitario. Lo que los defensores del sistema mixto no dicen y sí destacan decenas de estudios realizados en varias universidades de Reino Unido, donde se estrenó el modelo a principios de la década de 1990, es que la concesión acaba saliendo más cara. Si bien la Administración se ahorra la inyección inicial de capital para construir el centro, los intereses que se pagan anualmente por la gestión del mismo acaban elevando el precio. Además, el gasto siempre se acaba elevando por encima de lo previsto, denuncian esos estudios.

Justo estos días, se ultima la compra del grupo Ribera Salud por la multinacional sueca Capio. El primero puso en marcha el Hospital de Alzira en 1999, el primero de gestión privada en España, que está participado por la CAM y Bankia. Hoy gestiona cinco hospitales en el País Valencià y el de Torrejón de Ardoz, en Madrid, además de participar en otras sociedades médicas. La venta del grupo ronda los 110 millones de euros.

Capio, por su parte, es el grupo líder en España con más clínicas privadas. Además, gestiona varios de los primeros hospitales que la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, inauguró con la fórmula de gestión privada.

La falta de liquidez ralentizó las obras en el centro hospitalario conquense

La Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) denuncia que varios grupos empresariales y bancarios relacionados con el PP están detrás de esta iniciativa. Por ejemplo, el exministro de Economía del PP Rodrigo Rato dirige Bankia y el exconsejero de Sanidad de Madrid Manuel Lamela forma parte del consejo de dirección de Capio.

La fórmula mixta está asentada en el País Valencià y en Madrid, dos feudos del PP. Con la llegada de la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, a la presidencia manchega, el modelo se exportará también a esta autonomía. Otros dirigentes conservadores, como la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, han mostrado en público su apoyo a la gestión privada.

A los conciertos y la gestión privada, hay que sumar la propuesta del conseller catalán de Salud, Boi Ruiz, que hace unas semanas apuntó a la posibilidad de obligar a las rentas altas a pagarse un seguro privado de salud. La sanidad privada cuenta en España con 6,8 millones de asegurados, según los últimos datos del sector. El gasto sanitario privado fue ese mismo año de 27.669 millones de euros, un 29% del gasto total en sanidad, que ascendió a 94.290 millones. En relación al Producto Interior Bruto (PIB), el gasto de la sanidad privada supuso el 2,42% y el de la pública el 6,25%.

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