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"El principal enemigo de Catalunya es nuestro propio miedo"

Muriel Casals preside Òmnium Cultural, entidad fundada en 1961 y que trabaja por la promoción de la lengua, la cultura y la identidad nacional de Catalunya

Muriel Casals. ACN.

YOLANDA VIÑALS

Muriel Casals preside Òmnium Cultural, entidad fundada en 1961 y que trabaja por la promoción de la lengua, la cultura y la identidad nacional de Catalunya

Hace no muchos días, durante la entrega del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, usted dijo: "Quieren disgregar, folclorizar  y ridiculizar el catalán. Y lo tenemos que impedir". ¿Cómo se puede impedir?

Se está atacando el sistema educativo en catalán. Desde la Plataforma Som Escola estamos atentos para que la Generalitat de Catalunya no retroceda ni un paso.

¿Cree que este septiembre se verán cambios en las escuelas catalanas, en lo que al uso del idioma se refiere?

Creo que no. Estamos en tensión para evitarlo. Sólo aceptaríamos cambios a mejor. Este septiembre evitaremos generar nuevas víctimas. A través del catalán conseguimos cohesionar y dar las mismas opciones a todos los niños y niñas que estudian en Catalunya.

¿Se sienten más apoyados con el actual gobierno que ocupa la Generalitat de Catalunya que con el anterior?

Nuestra relación es cordial y crítica con el gobierno, sea cual sea su color. Todos los partidos que han gobernado Catalunya han entendido la reivindicación de nuestra cultura.

En los últimos meses los ataques a la lengua han sido constantes, tanto desde el País Valencià, Illes Balears y ahora con la nueva denominación de aragonés oriental en la Franja. ¿Cómo los interpreta?

"Hay una obsesión homogeneizadora con el catalán. Les pone nerviosos la diversidad"

Quieren encoger la frontera lingüística y circunscribirla a dónde el catalán es más natural. Forma parte de un mismo gran paquete; juegan con sus gobiernos. Cualquier agresión a la lengua catalana la sentimos como propia.

¿Considera que hay una cruzada contra el catalán?

Me parece adecuado hablar de cruzada. Hay una obsesión homogeneizadora. Les pone nerviosos la diferencia, la diversidad.

Òmnium Cultural ha cumplido 50 años. ¿Qué valoración hace de los logros conseguidos?

Si a los fundadores de Òmnium Cultural, en 1961, les hubieran dicho que tendríamos escuela y televisión pública en catalán creo que habrían saltado de alegría. Visto con perspectiva histórica, en cambio, y si pensamos que hace años que vivimos en democracia, creo que el empujón inicial que hubo en aquel momento ahora está sometido a un frenazo. Pero sin duda es más de lo que nos hubiéramos atrevido a soñar.

¿Por qué piensa que el uso social del catalán ha disminuido y se encuentra tan fragmentado?

Somos un pueblo vapuleado que ha perdido todas las guerras. Nos ha quedado este comportamiento, el de dirigirnos en castellano a quienes sospechamos que no hablan catalán, cometiendo un error, en muchos casos. Se trata de una mezcla de prudencia y de falta de fuerza para explicarnos. Nos falta autoestima, también orgullo. Y, en ocasiones, hemos pecado de cierta superioridad por el hecho de poder dirigirnos en dos lenguas, presumiendo de ello.

Se ha trabajado la inmersión lingüística de los recién llegados en edad escolar. ¿Se ha dejado de lado el trabajo con la población adulta?

"A veces pecamos de superioridad, presumiendo de tener dos lenguas"

Desde Òmnium Cultural dedicamos energía para incorporar a los inmigrantes adultos al uso de la lengua catalana, el idioma de su país de adopción y el de sus hijos. No queremos que pierdan su idioma familiar, pero sí que usen el catalán.

¿Y no cree que se ha llegado tarde para gran parte de ese sector, que hace años que se maneja en castellano por comodidad?

Aún estamos a tiempo, pero no podemos perder el tiempo. Los estudios nos dicen que los inmigrantes que se incorporan en catalán al país, al año siguiente ya hablan ambas lenguas, catalán y castellano. Cifras muy distintas son las que resultan de las personas que llegan y sólo hablan castellano.

¿A qué atribuye la hostilidad de algunos sectores hacia Catalunya? ¿Qué consecuencias sociales tiene?

La principal consecuencia es que cada vez hay más catalanes que ante esta hostilidad desean una separación. Algo que no es del todo bueno, ya que se debería hacer amistosamente y no por una situación de maltrato. Se ha conseguido que no nos sintamos parte propia del Estado español. La gente en la calle habla de política como se hacía en tiempos de la Transición y la estrategia que más suena es la de tener una nueva relación con España.

El president Artur Mas ha afirmado que Catalunya se aproxima a una encrucijada, en la que tendrá que elegir un camino. ¿Qué opinión le merecen estas palabras?

Me parece importante que algo así lo diga el presidente de la Generalitat de Catalunya.

¿Qué solución encuentra a la Catalunya actual?

Creo que el diálogo no se debe perder nunca, pero es mejor ser buenos vecinos que tener una mala convivencia. 

¿Cuál es el principal enemigo de Catalunya?

"Cada vez hay más catalanes que, ante la hostilidad de algunos, desean una separación de España"

Nuestro propio miedo; la falta de esperanza y de confianza en nosotros mismos. Durante la Transición nos ilusionamos con ser el motor intelectual y económico del país. Hemos colaborado en hacer de España un lugar más rico y ahora nos encontramos que no tenemos cabida. Pensábamos que tendríamos nuestro espacio y reconocimiento y ahora estamos desilusionados.

¿El pacto fiscal puede ser una solución?

Articularía una relación fiscal más justa con España. Se puede salir por la vía negociadora, a través del pacto o, si no, por otra vía. La Generalitat debe ser soberana y responsable fiscalmente y, desde Catalunya, administrar nuestra recaudación impositiva y decidir en qué medida somos solidarios.

Antonio Monago, presidente de Extremadura, ha dicho que el pacto fiscal sería “catastrófico” para su comunidad, porque Catalunya dejaría de ser solidaria. ¿Qué le respondería ante su temor?

Catalunya es muy solidaria; cede prácticamente la mitad de sus impuestos. Creo que él es el insolidario, y lo es con sus ciudadanos, porque los considera incapaces de vivir de su propio trabajo. Una parte de la riqueza de Catalunya se la debemos a los inmigrantes que llegaron durante la segunda mitad del siglo XX y, buena parte de ellos, eran extremeños. Así que nosotros no tenemos falta de confianza ante el pueblo extremeño, algo que sí  parece tener su presidente.

¿Se trabaja en buena dirección para que Europa conozca la realidad de Catalunya?

Tenemos que trabajar más para mostrarnos cómo somos. No hay que olvidar que la mayor parte de la información que se publica sobre nosotros en Europa se hace a través de corresponsales que viven en Madrid y, en ocasiones, pueden tener una información sesgada.

¿Fue la Feria de Frankfurt de 2007 un buen ejemplo, al ser reconocida la cultura  catalana como invitada de honor?

Hubo quien inventó un conflicto inexistente, pero fue una gran oportunidad de dar a conocer nuestra cultura y a nuestros escritores.

Se han cumplido dos años de la manifestación en defensa del Estatut, convocada por Òmnium Cultural. ¿Los ciudadanos sienten que los problemas lingüísticos han perdido fuerza frente a los económicos?

"Es mejor ser buenos vecinos que tener una mala convivencia"

En el 10 de junio de hace dos años se unieron temas lingüísticos y económicos. Fue una fiesta de la ciudadanía para expresar y proponer un cambio en las reglas del juego. La crisis económica ha hecho más urgente y evidente la necesidad de este cambio; algo que ya es muy claro en el lenguaje que se está usando, tanto de ciudadanos como de políticos.

¿Qué significó esa convocatoria para la clase política catalana?

Los políticos catalanes saben que tienen mucha gente que les seguirá si dan pasos valientes hacia adelante. No es fácil, pero tienen un pueblo a su lado. La gente está decidida a cambiar las cosas.

Desde Òmnium se está preparando una nueva campaña. ¿En qué se está trabajando?

Nos hemos comprometido a estudiar una posible campaña de lealtad fiscal. Si no se consigue negociar, habrá que buscar una alternativa para poder pagar los impuestos a una hacienda catalana, ingresarlos en nuestro país. Se está buscando una fórmula que no conlleve riesgos, que no sea traumática y tenga vías de salida. Primero hay que esperar la negociación, pero podría ser una opción. No obstante, es imprescindible hacerlo con la complicidad de la Generalitat de Catalunya.

La entidad que representa vela por la cultura en catalán. ¿Qué le parece la subida del IVA en esa materia?

Es un ataque a la cultura. Gravarla con el IVA de franja alta es un error, porque va contra la demanda de ese bien. Quien ataca a una cultura ataca a la cultura en general. No se puede atacar a Àngel Guimerà sin atacar a William Shakespeare. Ambos representan el teatro.

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