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Blanco acusa al PP de pedir austeridad y aplicar el despilfarro

El ministro exige a Rajoy horas antes del Consejo de Política Fiscal que ayude a inyectar 'confianza y optimismo' en la economía

JUANMA ROMERO

Las de ayer no fueron palabras enteramente nuevas, recién sacadas de la chistera de José Blanco. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE ya han repetido hasta la saciedad que por mucho que el PP se envuelva en la bandera de la austeridad, no es eso lo que practica allí donde gobierna. Pero que el ministro de Fomento volviera ayer sobre ese discurso tenía su explicación lógica: hoy el Gobierno y las comunidades autónomas también las dirigidas por los conservadores, por tanto se verán las caras en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). En la reunión, prevista a las 16.30 horas, se hablará de déficit, de cómo reducirlo entre todas las administraciones. Se discutirá cómo rebajar la factura en unos 50.000 millones de euros hasta 2013, cómo apretarse el cinturón.

Blanco dirigió el aviso al PP en un acto mayor de partido: el congreso extraordinario de los socialistas canarios, el del relevo de Juan Fernando López Aguilar por el grancanario José Miguel Pérez.

En su intervención, el ministro no citó expresamente la reunión del CPFF. Pero sí retó a Mariano Rajoy a 'hablar de despilfarro' y ponerse frente a su propio espejo. Le recordó, como ejemplo, que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tiene a su cargo a 'cientos de asesores' y que dirige el ayuntamiento 'más endeudado de España', como atestiguan las cifras del Banco de España. 'No nos van a dar lecciones de austeridad. Ya podían ser ellos austeros donde gobiernan', bramó el vicesecretario general del PSOE ante los 246 delegados que llenaban el plenario del Auditorio de Santa Cruz de Tenerife.

'Populismo' al máximo

La constatación de que el PP no predica con el ejemplo lleva a los socialistas a concluir que el discurso de Rajoy está pintado de 'demagogia' y de 'un populismo exacerbado que no tiene parangón'. En la sala reverberó aún el eco de la 'rebelión' contra el IVA impulsada por Esperanza Aguirre, a la que no mentó. 'Si el populismo cotizara en bolsa comparó, con las palabras de Rajoy estaríamos en máximos históricos. Ya les vale, no puede sostenerse una acción política en base al populismo, a la contradicción, en poner una vela al diablo y otra al demonio'.

Que viene a ser lo mismo que estar en misa y repicando, como dijo el ministro a continuación: el PP pide al Ministerio del Interior más policías y a Fomento más infraestructuras, al tiempo que reclama a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, bajar los impuestos. 'Eso no es posible. Es demagogia'.

¿Y la demagogia para qué? Por rentabilidad electoral, a juicio de Blanco. El ministro defendió que mientras el Gobierno está haciendo 'todos los esfuerzos' para alcanzar un acuerdo amplio frente a la crisis con la mayoría de partidos, el PP 'pone palos en la rueda', para así 'debilitar' a Zapatero y 'hacer daño' al Ejecutivo, aunque con ello 'debilite el interés general del país'.

El número dos del PSOE exigió a Rajoy que aparque sus 'dosis de avaricia' y 'no piense egoístamente en lo que es bueno para el PP'. Le conminó a pensar en cambio 'en los españoles que se han quedado sin empleo y en las empresas que ahora no tienen crédito', justo los dos flancos que el Ejecutivo situó como prioritarios en las negociaciones del palacio de Zurbano, en las que Blanco ha participado, junto con Salgado y el titular de Industria, Miguel Sebastián.

Otra opción que dio a los conservadores es que muden la crítica en propuesta. 'No es posible que [Rajoy] nos diga que hay que hacer sacrificios y que no proponga una sola medida, no vaya a ser que se le escape un puñado de votos', señaló, incisivo.

El Gobierno cree que buena parte de la guerra contra la crisis se juega en el campo de la confianza, un término que ayer Blanco manejó una y otra vez. 'La fe mueve montañas, y la confianza también mueve la economía', sentenció. De ahí que sea especialmente dañino el 'patriotismo de hojalata, de cartón, de pacotilla' del PP, un partido que 'no cree en España, ni en los sindicatos, ni en los empresarios, ni en la fortaleza' del país, describió.

Retratado el escenario, el ministro trazó la conclusión, una vez cosidos todos los elementos: 'El PP ya podía ser austero en la utilización de la demagogia y contribuir a inyectar confianza y optimismo para salir de la situación en la que estamos'. No hará eso, mantuvo, porque 'siempre esconde la cabeza debajo del ala de la gaviota'.

 

Todos los pesos pesados de la ejecutiva federal del PSOE se desplazaron a Tenerife para arropar a los socialistas canarios en el congreso de cierre de etapa de López Aguilar. Todos menos el número uno, José Luis Rodríguez Zapatero, que el sábado se entrevistó con empresarios en Sevilla. A la capital acudieron los números dos, tres y cuatro (Blanco, Leire Pajín y Gaspar Zarrías) y el canario Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales.

 

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