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Cae un ciberacosador que abusó de una menor durante tres años

El hombre contactó con ella en un chat de adolescentes

ÓSCAR L. FONSECA

Superaba los 50 años de edad, pero en el ciberespacio se transformaba en Chico Malo y decía tener sólo 17 para embaucar a menores. La Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Policía ha detenido en Hospitalet de l'Infant (Tarragona) a Manuel Joaquín, un ingeniero que durante más de tres años abusó sexualmente de una menor de 12 años tras engañarla en un chat y obligarla a reunirse con él en hoteles.

La operación Tamo se inició el pasado 21 de octubre, cuando la menor, que en ese momento tenía 16 años, acudió con su madre a una comisaría a denunciar que durante años había sido acosada por individuo al que había conocido en un chat para adolescentes. La joven, que presentaba un acusado deterioro físico por la presión sufrida durante tanto tiempo, relató que, tras varios meses de intercambiar mensajes en internet, accedió a quedar con Chico Malo el 31 de mayo de 2007 en un hotel de tres estrellas de Madrid. Según detalló, al llegar, la habitación estaba completamente a oscuras y no pudo ver a su ciberamigo ni percatarse de que era un adulto. Aquel día rechazó mantener relaciones sexuales, pera al día siguiente cedió a las presiones.

Con una periocidad que en ocasiones era quincenal, los encuentros se repitieron. La única diferencia es que Joaquín fue iluminando la habitación del hotel poco a poco hasta que, finalmente, mostró que era mayor de edad. A partir de ese momento, Chico Malo tomaba fotos y vídeos sexuales de la menor.

La situación se mantuvo hasta que, en 2009, la joven decidió romper la relación. A partir de ese momento, Joaquín comenzó supuestamente a acosarla por internet. Para ello, creó seis identidades falsas con sus correspondientes correos electrónicos a través de los cuales la insultaba, le sustraía las claves de sus perfiles en las redes sociales o se hacía pasar por una vidente que le aconsejaba que siguiera la relación con el ciberacosador. Con una de estas, envió el 27 de marzo de 2010 los vídeos sexuales a los amigos de su víctima. Dos semanas después, los hacía llegar a los padres. En ambos casos, eliminó el sonido y las escenas en las que se le veía el rostropara evitar ser identificado.

Sin embargo, en ellas sí se observaban dos grandes tatuajes de animales que re-corrían sus brazos. Este detalle y la localización de la dirección IP desde las que enviaba los correos amenazantes permitieron detenerlo el pasado 15 de noviembre en el municipio tarraconense donde vivía.

En su casa, la Policía halló una foto de la joven desnuda enmarcada en su dormitorio y dos teléfonos móviles con la imagen de la menor como salvapantallas. También encontró indicios de que estaba acosando a otra menor, aún no identificada. De esta última, guardaba sus colillas con su nombre de pila y las fechas de sus encuentros.

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