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Cuatro muertos al explotar en Sevilla un taller de pirotecnia

Por causas aún desconocidas, un violento estallido desintegró la nave en la que trabajaban las víctimas, dos de cuyos cuerpos quedaron destrozados

RAÚL BOCANEGRA

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Un violento zambombazo en Benacazón (6.431 habitantes, Sevilla) desintegró ayer, hacia la una de la tarde, el taller donde los trabajadores de la pirotécnica Virgen de las Nieves montaban cohetes de fuegos artificiales. El estallido se escuchó en varios kilómetros a la redonda y mató a cuatro hombres, el copropietario de la fábrica y tres operarios.

Otra persona, un amigo de los empleados que se encontraba en el lugar de la explosión, tiene quemaduras en el 98% del cuerpo. Al cierre de esta edición permanecía ingresado en estado crítico en el Hospital Virgen del Rocío. El suelo en el que había estado hasta ese momento el taller volatilizado quedó completamente carbonizado. Un muro adyacente fue derrumbado y los edificios cercanos resultaron agrietados por la explosión, pero permanecieron en pie. La moto de uno de los trabajadores estaba chamuscada y los coches deteriorados. En la zona cero del siniestro, un olor picante a pólvora quemada se metía por la nariz y se podían ver cohetes carbonizados, albaranes y catálogos quemados en un espacio de 300 metros. Un panorama de escombros.

Más de 5.000 kilos de pólvora fueron evacuados de la factoría

La Guardia Civil, que desplazó 15 patrullas, estableció poco después del estallido un cordón de seguridad, ante el temor de que se pudieran repetir las explosiones. Los almacenes de la factoría, situada a pocos kilómetros de Benacazón, albergaban más de cinco toneladas de pólvora, según fuentes del instituto armado. A lo largo del día, el explosivo fue trasladado en camiones especialmente configurados para esa labor.

Los familiares de los fallecidos, quienes tras recibir la noticia se congregaron detrás del cordón de seguridad, quedaron conmocionados. La llegada de las cámaras de televisión causó momentos de tensión. Algunos familiares y amigos instaron a los periodistas a dejar de grabar.

Aún no hay una hipótesis plausible sobre el origen de la tragedia

Tras varios minutos de nervios, el ambiente se calmó. Varios guardias civiles trataron de consolar a las familias, que lloraban y se repartían abrazos desconsoladas bajo la sombra de los olivos ubicados en el lateral del camino de tierra que llevaba a la pirotecnia.

La empresa había remodelado recientemente las instalaciones, según manifestó la alcaldesa de Benacazón, Juana María Parra (PSOE), quien se trasladó al lugar del siniestro junto al consejero andaluz de Empleo, Manuel Recio (PSOE). Los últimos fuegos quedaron sofocados hacia las 15.45 horas por los bomberos, quienes tuvieron que recuperar parte de los cadáveres entre los escombros.

El juez de guardia procedió al levantamiento de los cuerpos. Luego, el terreno quedó despejado para que los expertos de la Policía Judicial y los Tedax, especializados en desactivación de explosivos, llevaran a cabo su trabajo. Investigaban desde el foco de la explosión hacia afuera para tratar de conocer las causas.

La Inspección de Trabajo ha abierto también sus pesquisas. La investigación se prevé muy complicada, debido a la destrucción causada por el estallido, según fuentes de Trabajo. Nadie se atrevió ayer a deslizar una hipótesis plausible sobre la causa o causas de la tragedia.

Los fallecidos, varones todos, tenían más de 35 años de edad. Las autoridades no quisieron confirmar sus identidades, pero sí admitieron que todos tenían hijos.

La alcaldesa de Aznalcázar, Dolores Escalona (PSOE), que también se acercó al lugar del siniestro, reveló que uno de los fallecidos era de su pueblo. Le apodaban El Castilla. Tenía esposa, seis hijos ya mayores, y muchos 'agregados', porque era un hombre afable. Según la alcaldesa, llevaba toda la vida trabajando en la pirotecnia, que, según la información de su página web, se fundó en 1948.

'Esta mañana hemos hablado con él. Nos estaban sirviendo los cohetes para la feria y queríamos que nos los llevaran', dijo Escalona. En la fábrica, según indicaron diversas fuentes, sólo trabajaban las cuatro víctimas, además del otro propietario, hermano del fallecido, que salvó la vida al no haber acudido ayer al trabajo.

El Ayuntamiento de Benacazón celebró anoche un pleno extraordinario, en el que los partidos declararon tres días de luto oficial. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, trasladó el pésame por teléfono a dos de las familias. A las otras dos les enviará un telegrama.

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