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Denunciado por acoso sexual un catedrático

La Universidad de Sevilla deriva el caso a los tribunales

Dos de las denunciantes, fotografiadas tras una entrevista.

OLIVIA CARBALLAR

SEVILLA.- Dos profesoras y una becaria han denunciado a un catedrático, exdecano de la Facultad de Ciencias de la Educación, ante el Rectorado de la Universidad de Sevilla por acoso sexual y laboral. Según las denunciantes, el catedrático S. R. G. se propasaba con ellas físicamente y, ante el rechazo de estas, recurría al acoso laboral.

El Rectorado, tras incoar un expediente disciplinario al profesor, dio traslado del caso a los tribunales. El asunto está ahora en el Juzgado de Instrucción 4 de Sevilla.

Los hechos denunciados venían sucediéndose supuestamente desde noviembre de 2006, cuando se incorporó la primera profesora. Una de ellas afirma que mientras trataban sobre el baremo de las plazas de profesorado ayudante, S. R. G. le comenzó a coger "reiteradamente la mano hasta llegar a los genitales diciéndole al mismo tiempo dónde y qué debía publicar si quería obtener una plaza".

Dos profesoras y una becaria dicen que se propasaba y las amenazaba

Mientras este era decano, según afirman, les daba las papeletas ya marcadas en las votaciones a comisiones delegadas de consejo de departamento, "dándoles a entender que si no votaban lo señalado, no trabajarían más en ninguna universidad". Las profesoras denuncian también que les exigía aparecer en sus artículos aunque él no hubiera participado, con la excusa de que a ellas no las conocían. Y describen comentarios como: "Qué canija estás, ¿te has peleado con tu novio? Esto se arregla con un buen polvo". O lo que supuestamente llegaba a decir en la facultad ante personas que ellas no conocían: "Esta está hasta buena", "¿has visto lo buenas que están las profesoras de mi departamento?".

Las denunciantes, que aseguran que se tapaban el pecho con las carpetas por miedo a encontrárselo en los pasillos, tienen grabadas conversaciones y conservan emails que podrían apuntar al supuesto acoso laboral, según comprobó este periódico.

Las tres se están medicando por depresión y ansiedad. Una de ellas está de baja, otra sigue trabajando y la tercera, que tiene una beca concedida por la Universidad, tiene paralizado su proyecto: "Este señor tiene atemorizado al departamento; hasta mi director de tesis me ha dejado de hablar por tener que optar entre defenderme o poner en peligro su futuro por enfrentarse a él". Sin medidas cautelares

Su denuncia se extiende también al Rectorado por haber derivado el caso a los tribunales sin haber adoptado las medidas de protección que solicitaron en varias ocasiones. "Nos sentimos indefensas, se ha respetado la presunción de inocencia pero no nuestros derechos como víctimas; es increíble que la Universidad viole el espíritu de leyes como la de género", sostienen. Lamentan que el Rectorado les haya denegado medidas de protección 

El Rectorado denegó en un primer momento las medidas solicitadas por considerar que sólo eran posibles una vez abierto el expediente. Pero tampoco las adoptó entonces. Lo paralizó el mismo día y remitió el caso a los juzgados. Según un portavoz de la Universidad de Sevilla, "en casos que pueden ser constitutivos de delito se da preferencia a la vía judicial y se sigue después con el expediente".

Las profesoras, sin embargo, indican en un recurso contra la paralización de la vía disciplinaria que el acoso sexual es un delito semiprivado, cuya facultad para denunciarlo la tiene la víctima, y que el acoso laboral no ha sido tipificado como delito hasta el pasado diciembre, después de que ocurrieran los hechos denunciados. Insisten en que la Universidad podría haber actuado porque tiene potestad para ello, ya que esos hechos son faltas muy graves en el ámbito disciplinario. Apoyo psicológico

Ellas preferían que el caso se hubiera resuelto previamente por esa vía, en apenas unos meses, para no tener que seguir sufriendo ante la posible lentitud de la Justicia. Y así se lo hicieron saber al rector en un escrito el 14 de diciembre de 2010: "La Justicia administrativa, en ocasiones como la presente, puede ser más expeditiva, práctica y resolutiva que la penal".

Este periódico intentó en múltiples ocasiones a través de emails y reiteradas llamadas telefónicas, con mensajes incluidos contactar con el denunciado, que no respondió. El actual decano, Juan de Pablos, en conversación telefónica, aseguró que no tiene constancia de ninguna denuncia. Las víctimas están recibiendo apoyo psicológico y jurídico del Instituto Andaluz de la Mujer.

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