¿Servirá de algo? Fue la pregunta más escuchada ayer en los corrillos extraoficiales, entre café y café, durante la inauguración de la II Cumbre Europea sobre la Población Gitana. Y España, anfitriona del encuentro en Córdoba, apostó por predicar con el ejemplo. La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, anunció la puesta en marcha de un Plan de Acción para el desarrollo de la Población Gitana (2010-2012) con una dotación presupuestaria de 107 millones de euros.

La medida, que será aprobado hoy por el Consejo de Ministros, se traducirá en actuaciones concretas en los ámbitos donde los gitanos sufren una mayor exclusión. En educación, el Gobierno intentará frenar el fracaso escolar trabajando codo con codo en escuelas y barrios. Además, creará becas con financiación pública y privada para que los jóvenes lleguen a la Universidad.

En el ámbito de la vivienda, otro talón de aquiles, el plan, en el que han participado varios ministerios, pretende erradicar de raíz el chabolismo. En este marco, el Ministerio de Vivienda destinará 40 millones para que los gitanos accedan a casas de protección oficial y reciban ayudas al alquiler. Sobre el empleo, incide en la incorporación de la mujer al mercado laboral el 70% se dedica al hogar.

Además, el plan desarrollará programas de planificación sexual y potenciará la inclusión de los niños en planes bucodentales. 'Los políticos toman conciencia', dijo Antonio Vázquez, vicepresidente del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. 'Hay que dejar las palabras y actuar', añadió la consejera andaluza de Igualdad, Micaela Navarro, que pidió también el compromiso de los gitanos.

¿Se podía haber avanzado más desde la primera cumbre, en septiembre de 2008? Fue la segunda pregunta más susurrada en los corrillos e, incluso, sugerida en voz alta en alguna ponencia. 'Tenemos las herramientas, no podemos seguir perdiendo el tiempo', espetó la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding. Una autocrítica que obvió, no obstante, la pasividad que le recrimina el Parlamento.

También advirtió Reding a los países candidatos a la UE que las políticas intolerantes no tienen cabida. Ni una palabra sobre Italia, Estado miembro donde los gitanos han sido claramente perseguidos.