'El que sabe de ese asunto es Roca [Juan Antonio Roca, supuesto cerebro de la trama corrupta de Marbella]. Vete a hablar con él'. En su declaración ayer ante el tribunal que juzga el caso Malaya, el ex primer teniente de alcalde de Marbella, Pedro Román, puso estas palabras en boca de Jesús Gil. El fallecido político y empresario las pronunció cuando era alcalde y se estaba preparando el pelotazo urbanístico conocido como Crucero Banús, mediante el cual el propio Román, Roca, el abogado Juan Hoffmann y ex comisario policial Florencio San Agapito ganaron entre 2001 y 2002 6,3 millones de euros, según el escrito de la fiscalía.

Román, para el que el fiscal pide penas por varios delitos que suman 21 años de cárcel, admitió ayer su participación en la operación, así como que llegó a ella a través de Roca y con el visto bueno de Gil. Pero, al igual que Hoffmann, negó que hubiera ilegalidades. Según el fiscal, los imputados montaron una sociedad en Suiza que a su vez compró otra empresa propietaria de unos terrenos. Esas fincas, por las que habían pagado unos 4 millones, multiplicaron su edificabilidad mediante un convenio y fueron vendidas por más de 10 millones.

'Cada peseta que ha venido de Suiza a España ha llegado con todos los sacramentos legales. Estamos hablando de traer dinero a España, no de evadir dinero de España al extranjero', afirmó Román.

El acusado, que cuando ocurrieron los hechos llevaba tres años fuera de la corporación dedicado a la promoción inmobiliaria, protestó por la intervención judicial de sus bienes. 'No son míos, son de mi familia', dijo.