Dominio público

La furia

Ana Pardo de Vera

 

La furiaEn una escena de la primera temporada de Furia (2021), la serie noruega emitida en Filmin, dos de los personajes principales, Ragna (Ine Marie Wilmann) y Ole (Preben Hodneland), hablan sobre la motivación de éste para hacerse de ultraderecha mientras toman té en la terraza de una cafetería en Berlín.

- Éste es el lugar donde todo empezó para mí. Mi experiencia formativa más significativa.

Ole cuenta a Ragna que estaba en Berlín estudiando y, tomando el mismo té en la misma terraza, leía a Spinoza y a Nietzsche reflexionando sobre las emociones, "sobre cómo afectan a la persona y a la cultura". Spinoza, reflexiona Ole, "era estoico pero negaba que la razón pudiera vencer a la emoción; y esto tiene grandes consecuencias, porque significa que nuestra cultura, nuestra identidad colectiva, se ha ido formando con el paso del tiempo gracias a las emociones comunes". Para Ole, esa fue la revelación primera que lo llevó a militar en la extrema derecha.


Para mayor énfasis en su descubrimiento, Ole narra cómo justo en ese momento casi místico para él, la gente empezó a arremolinarse en torno a su mesa... pero no miraban al estudiante, sino a una pantalla gigante que, dentro del local berlinés, emitía las imágenes del impacto del avión que colisionó contra la segunda de las Torres Gemelas neoyorquinas el 11 de septiembre de 2001. "Lo repetían una y otra vez, emociones, emociones y emociones (...) Entonces vi como la emoción derrotaba a la razón, me quedé impactado cuando vi a varios chicos árabes, nacidos aquí, a los que les brillaban los ojos, celebrándolo en silencio (...)".

Para este personaje radical de una serie acongojante, Spinoza y Nietzsche tenían razón, porque la "idea liberal de mezclarnos a nosotros y a ellos para construir una sociedad pacífica no es más que una mentira (...) Si queremos cambiar algo, tenemos que manipular sus emociones. Osama Bin Laden lo entendió: no es nosotros y ellos; es nosotros o ellos".

El fascismo, la intolerancia, el rechazo al diferente emplea siempre las mismas cartas y creo que esta escena de Furia es particularmente descriptiva del fin y los medios. Estoy segura de que, en este momento, se les ocurren a ustedes varias actitudes, políticas, acciones, ideologías... a las que aplicar las reflexiones de Spinoza y Nietzsche interpretadas por Ole: "No es nosotros y ellos, es o nosotros o ellos". Para el fascismo -sea español, noruego, alemán o argentino-, son ellos o nosotros, los que rechazamos tajantemente su ideología del odio y la intolerancia, quienes apostamos por la convivencia. Para los demócratas, no hay ideas que deban ser excluidas, ni siquiera las de ellos si los votos los avalan; para ellos, todas las ideas que no son las suyas deben ser excluidas, aunque sean votadas, mediante la ilegalización o la violencia política.


Para lograr sus fines está, efectivamente, la manipulación de las emociones con discursos públicos de odio empapados en fakes, deshumanización del adversario-enemigo, violencia física y retransmitida como la de Ortega-Smith contra el concejal Rubiño, convocatorias a través de Revuelta -uno de los tentáculos de Abascal- para apalear un muñeco del presidente del Gobierno frente a la sede nacional del PSOE, acoso salvaje durante meses al domicilio de un vicepresidente y una ministra del Gobierno, carteles electorales criminalizando a los migrantes... Mucha, mucha estrategia más vieja que el comer para manipular las emociones, sean miedo o frustración, pero siempre efectiva en momentos de crisis, progreso en derechos sociales o ambos. "Osama Bin Laden lo entendió". La ultraderecha española, la derecha que la normaliza y sus terminales callejeras, religiosas, mediáticas... también.

Más Noticias