Dominio público

Por fin, uno de los nuestros

Ana Pardo de Vera

Ha sido grande la frustración y las presiones con este asunto, en particular, y con las cloacas de Interior, en general, las que arrastramos en Público desde que Patricia López y Carlos Enrique Bayo informaron en 2016 sobre las grabaciones de las conversaciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña, el juez Daniel de Alfonso. Tuvimos las grabaciones, las publicamos, vinieron a buscarlas a la redacción unos señores que se decían policías y sin orden judicial, las llevamos a la Fiscalía General del Estado -entonces en manos de Consuelo Madrigal, hoy miembro de la Junta de Fiscales de Sala del Ministerio Fiscal- y ni puñetero caso: el Ministerio Público fue muy amable mientras nos daba una patada en el culo con su poderoso e inflexible pensamiento pese a la gravedad de lo que mostraban esas conversaciones. Era ni más ni menos que el modus operandi de la operación Catalunya, primero, u otras como la que se ejerció contra Podemos o contra Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular, hombre de confianza y amigo de Mariano Rajoy, para tapar la corrupción del PP: información falsa, información prospectiva, información adulterada, información filtrada a medios cómplices ... O sea, nada de información y mucho de delito de Estado.

Ahora, la Fiscalía de Catalunya ha acordado incoar diligencias de investigación preprocesal en relación a la presunta investigación policial al exfiscal Superior de ese territorio Martín Rodríguez Sol, en base a las recientes informaciones publicadas por Eldiario.es La Vanguardia sobre la denominada operación Catalunya, que aportan documentación probatoria, entre otros aspectos escabrosos de la corrupción en Interior. Ha tenido que caer, se dice en el argot mafioso -tan procedente-, "uno de los suyos" para que entrara de una puñetera vez la Justicia en el caso más grave de cloacas desde el GAL de Felipe González, por cierto, cuya información sigue clasificada bajo una ley de Secretos Oficiales franquista. Como si el resto de ciudadanos/as afectados por la corrupción institucional al más alto nivel -políticos, empresarios, familiares de todos, ...- fuéramos nadie. Se gastaron nuestros impuestos en corrupción institucional, pero no pasa nada. Las instituciones que deben protegernos se blindan entre sí, pero si tú te retrasas en pagar diez euros de IVA, te perseguirán hasta el WC.

Ha tenido que llegar al poder el PSOE y necesitar los votos de los independentistas catalanes todo el tiempo para gobernar y que alguien se moleste en investigar la puntita de un caso que nos impide llamarnos "democracia ejemplar": una década, como mínimo, de informaciones, pruebas, villarejos, policías corruptos, fondos reservados pagando alcantarillas podridas, ministros enfangados, un presidente del Gobierno informado -si no, cerebro del operativo-, políticos perseguidos por sus ideas, jueces y fiscales descalificados y apartados, mientras otros practican lawfare como si les fuera en la nómina (un decir: ya lo creo que les iba) ... ¿"Democracia" de qué? Y todavía vienen a darnos lecciones de ética, constitucionalidad, democracia, unidad de no sé qué y defensa de los derechos humanos. Ellos y ellas, que corrompen todo lo que tocan para perpetuarse.

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