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Obama pide a la OTAN que apoye la nueva estrategia

El plan que anunciará mañana prevé doblar el Ejército afgano

ÓSCAR SANTAMARÍA

El presidente estadounidese, Barack Obama, confía en que su nueva estrategia para Afganistán refuerce la participación de la OTAN en esta misión. El mandatario demócrata se reuniócon el secretario general de la Alianza Atlántica, Jaap de Hoop Scheffer, con quien analizó la mejor manera para aumentar la eficacia de la lucha contra los talibanes en Afganistán y, más allá, para hacer frente al terrorismo islámico.

La reunión en el Despacho Oval fue un anticipo de los actos de principios de abril en Europa para conmemorar el 60 aniversario de la OTAN. Obama compartió con el secretario general detalles sobre la nueva estrategia civil y militar que ha diseñado la Casa Blanca para Afganistán. Obama quiere que la OTAN se sume a ella, estrechando la cooperación entre los aliados y el Gobierno afgano.

Según fuentes oficiales, está previsto que el presidente presente su plan mañana, viernes. El principal objetivo es debilitar a la insurgencia y reducir la creciente violencia. De momento, el mes pasado anunció el envío de 17.000 soldados adicionales a aquel país, donde ya tiene 38.000 efectivos, que se suman a los 32.000 desplegados por el resto de países de la OTAN.

Ahora, y según se ha filtrado en diversos medios, su plan pasa por enviar funcionarios y diplomáticos al país para mejorar su sistema judicial y su red de infraestructuras, y apuntalar la gobernabilidad, reforzando las instituciones. De forma paralela, quiere aumentar el número de las fuerzas de seguridad afganas hasta los 400.000 efectivos, doblando así su tamaño actual. También se fijarán objetivos y metas como se hiciera en Irak para medir los progresos.

En una reciente entrevista con la CBS, Obama señaló que su principal prioridad en este campo es 'asegurarme de que Al Qaeda no ataca a Estados Unidos ni a sus aliados'. Y para ello, continuó, es necesario 'hacer muchas cosas', entre ellas 'mejorar nuestros esfuerzos diplomáticos en Pakistán'.

Esta es otra de las patas de su estrategia: lograr estrechar los lazos con el país vecino, en jaque por la violencia terrorista. En esta línea, The New York Times publicó ayer que la Casa Blanca está evaluando si el líder opositor paquistaní y dos veces primer ministro, Nawaz Sharif, podría ser un aliado fiable para sus propósitos.

Algunos creen que Sharif simpatiza demasiado con los islamistas más conservadores. Pero eso fue, dicen quienes le defienden, en el pasado, y ahora está preparado para entenderse con EEUU. Sea como fuera, el Gobierno de Obama tiene que contar con él, que goza de un enorme apoyo popular y es visto ya como el próximo primer ministro.

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