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Obama pide a los aliados una mayor presencia en Afganistán

La cumbre de la OTAN impulsará un gran salto adelante civil y militar para derrotar a los talibanes

DANIEL BASTEIRO

Pisar el acelerador en Afganistán. Con esa prioridad en la maleta se presenta hoy Barack Obama en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, que celebra su 60 cumpleaños con la incorporación de Albania y Croacia a la organización.

Mañana, los ya 28 países miembros de la Alianza Atlántica cruzarán, acompañados de la canciller alemana, Angela Merkel, el Puente de Europa para ser recibidos a medio camino por el presidente francés, Nicolas Sarkozy. El puente, un homenaje a la reconciliación tras la II Guerra Mundial, une a la ciudad alemana de Khel con la francesa de Estrasburgo, capital de la región de Alsacia que ambos países se disputaron durante siglos.

A los símbolos seguirán el pragmatismo y la urgencia por superar el examen afgano. Con 42 países involucrados y 62.000 soldados para luchar contra la insurgencia, Afganistán se prepara para recibir 17.000 efectivos extra, prometidos en febrero por Obama.

'No estamos ganando la guerra', advirtió el mes pasado el vicepresidente de EEUU, Joe Biden.

Consciente de ello, Washington ha intensificado en el último mes los contactos con los aliados europeos, a los que presentará una revisión táctica que incluye el envío de más tropas, pero no sólo eso. El objetivo a corto plazo es estabilizar el país de cara a las elecciones de agosto, que la insurgencia amenaza con frustrar.

A medio plazo, Obama exige una reconstrucción del país y sentar unos cimientos económicos que permitan pensar en una 'estrategia de salida', según él.

Para el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, la Alianza todavía necesita 4.000 soldados adicionales. Los socios europeos son reticentes y ven con mejores ojos la otra parte del tándem: la colaboración en tareas civiles que se ganen la simpatía de los afganos.

Francia, que en esta cumbre escenifica su vuelta al aparato militar del que Charles de Gaulle la retiró durante su mandato, ha advertido de que 'la solución no es sólo militar', en palabras del jefe de su diplomacia, Bernard Kouchner.

También España opta por una mayor implicación civil. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, defiende un proceso de 'afganización' para que los aliados no sigan 'aislados' de la población civil. Moratinos propone además un 'gran Plan Mar-shall verde'; es decir, la sustitución de la potente industria del opio por un modelo de agricultura tradicional.

'La estrategia es parecida a la de Irak: dejar de estar acuartelados y preocuparse por que la vida de la gente mejore realmente', asegura Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano.

Para Arteaga, la llegada de Obama a la Casa Blanca ha propiciado 'un cambio de actitud que no debe venir acompañado de plazos'. Sólo así se puede 'combatir la popular propaganda insurgente', que usará los plazos como un arma contra la fuerza internacional, a la que llama invasora.

La salida de las tropas españolas de Kosovo y las críticas que dicha decisión suscitó por parte de EEUU y del secretario general de la Alianza podrían propiciar una respuesta del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, a la llamada de Obama. Fuentes oficiales no descartan que se produzca el anuncio de ampliar el contingente, que ahora cuenta con 780 soldados.

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