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Reino Unido y Francia estrechan su cooperación contra los inmigrantes

La detención de 150 inmigrantes en el paso de Calais y la visita del ministro de Inmigración galo, refuerzan la teoría de que Reino Unido y Francia planean crear un gran centro de retención de inmigrantes en esa zona

DANIEL DEL PINO

Inmigrantes detenidos en Calais esta mañana. AFP

La agencia EFE informaba esta mañana de la detención de 150 inmigrantes por La Policía francesa en el puerto de Calais, desde donde intentaban pasar al Reino Unido, según los primeros datos ofrecidos por la prefectura (delegación del Gobierno). La noticia no pasaría de ser una redada más contra la inmigración en Europa, de no ser por el artículo publicado hace justo un mes por el diario británico The Independent en el que se hablaba de una nueva estrategia franco-británica para frenar a los miles de personas que llegan a Calais cada año solicitando asilo tanto en Francia como en Reino Unido.

Según el diario, Londres y París pretenden cortar el tráfico de inmigrantes en Calais creando un gran centro de retención en suelo francés que estaría custodiado por agentes británicos. Esto crearía una especie de limbo legal en el no queda claro si los extranjeros deben acogerse a las leyes de inmigración británicas o francesas y que, de llevarse a cabo, tendrá un coste en la percepción pública de ambos gobiernos. Tanto es así que The Independent ya bautizó en su día el proyecto como el 'Guantánamo de Calais'.

Hasta ahora, las mafias proporcionaban ayuda a los inmigrantes, procedentes en su mayoría de Afganistán, el Kurdistán y los países del Cuerno de África, para utilizar algunos vacíos en la legislación comunitaria e internacional y evitar así su expulsión de Francia, lo que a la larga los llevaba al Reino Unido donde solicitarían el asilo político.

Además, la detención se produce a dos días de la visita a Londres del ministro de Inmigración galo, Eric Besson, que tiene previsto reunirse con su homólogo británico, Phil Woolas.

The Independent publicó dicho artículo después de la sugerencia de Woolas de que ambos gobiernos estaban trabajando en la creación del centro de retención. Besson, que se hizo cargo de la cartera tras el récord de expulsiones de inmigrantes de su antecesor Brice Hortefeux, trató entonces de ocultar cualquier tipo de acuerdo al desmentir publicamente las palabras de Woolas.

En las últimas fechas, la política de Inmigración del Gobierno laborista de Gordon Brown se ha puesto en entredicho por sus continuados tropiezos con las demandas de asilo. Desde 2007, la Agencia Británica de Fronteras emplea un nuevo sistema para evaluar las demandas de asilo que según los datos de la Oficina Nacional de Auditorías han bajado de las 84.000 de 2002 a las 25,670 de 2007.

Algunas ONG han calificado el sistema de arbitrario y critican, como algunos jueces, el peligro que conlleva no prestar la suficiente atención a cada caso. Un ejemplo de ello es la muerte de Adam Osman Mohammed el pasado mes de marzo tras ser deportado a Darfur. Este hombre, de 32 años, fue acribillado a tiros en la puerta de su casa después de que el Reino Unido desestimara su petición de asilo político por inconsistente.

El caso de Mohammed es extremo, pero pone de manifiesto los fallos del sistema. En otras ocasiones, la mayoría, los demandantes de asilo permanecen en Inglaterra en condiciones infrahumanas sin derechos de ningún tipo y con la única ayuda del Gobierno de un ticket de descuento semanal de 50 libras en supermercados. El destino final de estos es la calle, el alcoholismo o la delincuencia.

Si el centro de retención de Calais sale adelante, tanto Francia como Reino Unido se asegurarán la rápida expulsión de los inmigrantes antes de que puedan emprender su lucha por permanecer en uno de los dos países.

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