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Francia vende a Brasil un submarino nuclear

Sarkozy y Lula sellan contratos militares multimillonarios

ANDRÉS PÉREZ

Nicolas Sarkozy sólo pasó 21 horas en Brasilia entre el domingo y el lunes. Es decir, menos de lo que tardó en volar para ir y volver a París. Pero lo hizo por poderosas razones, y los minutos se convirtieron en oro para la boyante industria del armamento francés. El presidente galo cerró con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, importantes acuerdos de venta de armamento y de transferencia de tecnología militar francesa al gigante sudamericano, que convertirán a Brasil en el primer país latinoamericano que tendrá un submarino nuclear.

Entre los pitidos de las trompetas y el soniquete de las botas militares durante el desfile de la Independencia, en la capital de Brasil, Sarkozy y Lula compartieron otros ruidos. Los dos jefes de Estado negociaron la venta de 36 cazabombarderos Rafale, producidos por la firma francesa Dassault, con una prevista transferencia de tecnología a los brasileños.

Además, cerró en firme el trato para la venta de cuatro submarinos convencionales y de cinco decenas de helicópteros militares franceses, unos contratos valorados en unos 4.000 millones de euros.

Por una vez, la industria del armamento francesa había aireado que llevaba a Brasilia a su máximo representante de comercio, Nicolas Sarkozy, en busca del contrato para los Rafale, estimado en unos 5.000 millones de euros.

El líder francés por fin consigue vender el cazabombardero Rafale de Dassault 

En otras ocasiones la última, fallida, en Abu Dhabi en mayo pasado, todas las fuentes ocultaban el auténtico objetivo del viaje del presidente: vender el Rafale, ese cazabombardero caro y sofisticado que hasta ahora nadie había querido, excepto el propio Ejército francés.

Y si esta vez la meta fue aireada, se debió a una razón de peso. La venta de los Rafale, objeto de una declaración de intenciones franco-brasileña, permitía ocultar otra venta, aún más sensible en el contexto latinoamericano.

París se dispone a ayudar a Brasil a equiparse con su primer submarino de propulsión nuclear, un objetivo que permite al gigante brasileño a aspirar al dominio del Atlántico sur. Los franceses traspasarán la ingeniería del casco del buque, incluido el sector de los cajones del reactor, pero no así la tecnología para el reactor nuclear.

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