Frédéric Mitterrand, titular de Cultura en el Gobierno conservador francés, tuvo que explicarse ayer por televisión ante millones de ciudadanos, en medio de una violenta polémica por el contenido de su libro La Mala Vida. En él cuenta en primera persona sus viajes de turismo sexual con prostitutos 'jóvenes', 'efebos' y 'chavales', y su 'excitación enorme' en el 'mercado de esclavos' del tercer mundo.

La Mala Vida se publicó en 2005, cuando el sobrino del ex presidente socialista François Mitterrand no era ministro de Nicolas Sarkozy y sí un ilustre miembro de círculos culturales exquisitos y decadentes, amantes de viajes exóticos.

En el texto, Frédéric Mitterrand describe, entre remordimientos y regodeos, cómo su dinero sirve para que 'los chavales' y los 'efebos' del tercer mundo 'no puedan resistir' a su 'deseo'. 'Dinero y sexo, estoy en el corazón de mi sistema', escribe.

La polémica fue iniciada hace semanas por la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen. Anteayer varios líderes socialistas pidieron explicaciones al ministro. Personalidades como el líder liberal-verde Daniel Cohn-Bendit defendieron a Mitterrand.

En el principal informativo televisivo, Mitterrand negó ayer que su libro fuera totalmente autobiográfico y lo calificó de 'una hoja de propaganda, sobre una vida que se parece a la mía, y explica el dolor de gente diferente como yo'. Dijo que su libro era 'rudo', porque 'no se hace buena literatura con buenos sentimientos'.

Mitterrand esquivó las preguntas precisas sobre sus presuntos actos pedófilos, pero dijo que, 'cuando uno tiene una vida complicada, se pasan momentos difíciles'. Afirmó que Sarkozy le había brindado su apoyo ayer.

El ministro ya fue duramente atacado la semana pasada cuando salió en defensa del cineasta Roman Polanski, detenido en Suiza por una relación sexual con una menor hace décadas.