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Estudiantes afganos protestan contra la quema de un Corán

Un rumor acusa a militares de EEUU de la profanación

MAYTE CARRASCO

Al grito de 'Allahu Akbar', la frase que exhibían inscrita en la cinta verde atada alrededor de su frente, miles de estudiantes universitarios salieron furiosos a la calle ayer para protestar contra una injuria al Corán, llamando 'animales' a los soldados americanos que supuestamente quemaron un ejemplar del libro sagrado en la provincia de Wardak hace diez días, un incidente investigado y desmentido por el Gobierno afgano e ISAF, la misión de la OTAN en Afganistán.

Los manifestantes llegaron hasta las puertas del Parlamento para exigir una declaración de protesta, donde quemaron una bandera norteamericana. La Policía los golpeó y acabó dispersándolos con disparos al aire, según pudo comprobar Público.

Esta es la segunda vez que un rumor similar dispara la furia de las masas en las últimas semanas en Afganistán. La primera ocurrió cerca de Herat, donde unas 3.000 personas lanzaron piedras contra las tropas de ISAF.

En esta ocasión, la supuesta injuria del Corán ha tenido un eco mayor y ha provocado ya tres manifestaciones en cadena: una en la provincia de Wardak, otra en la carretera de Jalalabad el viernes y la última ayer en pleno centro. Las autoridades locales han encontrado evidencias de un libro sagrado musulmán quemado en Wardak, pero acusan de su profanación a narcotraficantes. Según fuentes militares, el rumor de la implicación de las tropas extranjeras podría haber sido provocado por los talibanes para sembrar el caos.

A las puertas de la Universidad de Kabul, una fila de cinco hombres impedía ayer la entrada a la Universidad a cualquier alumno. 'Es un acto inaceptable, no vamos a dejar que ataquen a nuestra religión. Queremos que se vayan los extranjeros ya', dijo Ihsanullah a Público.

Aseguran no tener nada que ver con los talibanes y a la pregunta de hasta dónde van a llegar para defender el libro sagrado y la religión, responden que 'hasta la muerte '. 'De momento vamos a pedir al Parlamento que haga algo. Si no hace nada, habrá violencia', predice Ihsanullah, tocado con la cinta verde que exhibía la resistencia afgana contra los invasores soviéticos.

Se trata del segundo día de una campaña electoral marcada de nuevo por la amenaza talibán. Los insurgentes han pedido el boicot de la segunda vuelta, que se celebrará el próximo día 7 de noviembre, en un ambiente de miedo y apatía que podría provocar una participación por debajo del 38,7% que se registró en la primera ronda electoral.

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