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EEUU ordena el desalojo de los periodistas del aeropuerto de Puerto Príncipe

La medida afecta a toda la prensa internacional. Otro terremoto agrava la tragedia de los haitianos. Los pacientes que necesitan urgentemente cirugía y diálisis están muriendo por los retrasos en la llegada de los suministros

SUSANA HIDALGO / DANIEL LOZANO

Periodistas fuera. EEUU ha ordenado la expulsión, a instancias del Gobierno haitiano, de los enviados especiales a Haití acampados tanto en el aeropuerto de Puerto Príncipe como a los alojados en la sede de la misión de la ONU en el país caribeño, informa Susana Hidalgo.

El organismo encargado de informar del desalojo a los periodistas españolas ha sido la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). La portavoz de la agencia, Virginia Castrejana, ha indicado que es una 'prioridad' solucionar este asunto.

Asimismo, el secretario de Estado español para Iberoamérica, Juan Pablo de la Iglesia, asegura que el hecho le parece 'muy grave' y apoya las protestas del colectivo de periodistas teniendo en cuenta que se quedan sin alojamiento posible. De la Iglesia se reunirá mañana de manera urgente con el presidente de Haití, René Preval, y con el primer ministro, Jean Max Bellerive, para que consideren la decisión y poder evitar el desalojo.

Por su parte, los militares estadounidenses han indicado que se trata de una disposición que afecta a toda la prensa internacional en la capital haitiana.

Un nuevo terremoto, de 6,1 grados en la escala de Richter, despertó ayer violentamente a la capital haitiana a las 6.03 horas (12.03 de la mañana en España). El seísmo, que también se sintió en la República Dominicana, complica más, si cabe, la situación en Puerto Príncipe. Esta nueva sacudida tuvo lugar ocho días después del cataclismo del 12 de enero, que ha sepultado el 70% de la ciudad y ha causado más de 100.000 muertos y miles de heridos graves, muchos de los cuales siguen sin asistencia médica, informa Daniel Lozano.

El terremoto de ayer, pese a su intensidad y al estado de ruinas que sufre la ciudad, no provocó grandes daños. Pero sí miedo. Mucho miedo. Derribó algunos edificios y produjo varios heridos, agravando la trágica situación de los supervivientes. El griterío en algunos barrios de la ciudad vino acompañado de algunas nubes de polvo. Con la de ayer, son más de 40 las réplicas importantes que se han sentido en estos días. Imposible el olvido.

Dormir al aire libre es la mejor opción en Puerto Príncipe

El nuevo temblor ha confirmado a los haitianos que dormir al aire libre es la mejor elección que se puede tomar en Puerto Príncipe. La mejor y la única para la gran mayoría de las 300.000 familias que pernoctan todas las noches sobre el asfalto de la ciudad.

Así piensa al menos August Williams, antiguo empleado del Hotel Excelsior, que ayer perdió su casa. La suerte le libró del desastre la semana pasada, pero el destino le tumbó finalmente su hogar. 'Es la voluntad del Señor', sentencia al pie de las ruinas del número 77 de la calle Fort Mercredi, en una de las colinas de la capital haitiana. 'Mi casa estaba bien, pero se cayó. Yo me estaba cepillando los dientes, duermo ahí (a pocos metros), con mis cinco hijos, en la calle. Y vino el susto', añade Williams.

Casi un centenar de vecinos se concentran en torno a Williams. Asienten cuando se les pregunta por el miedo. Y van elevando la voz. ¿Ha llegado ayuda a este barrio? 'No, no, nada, nada', contestan al unísono. '¡Queremos comida!', añaden gritando. 'Estamos aterrados', añade uno de los jovencitos. Pero quién lo diría. El orgullo de los haitianos ejerce de barrera. A veces, parece que no sufren. Realmente, son tantos los sufrimientos vividos que parecieran haberse acostumbrados a ellos.

El terremoto también asustó a los recién llegados a la ciudad: marines y rangers

Entre los heridos en el nuevo terremoto se encuentra un policía, que pernoctaba en la comisaría de Solomon. El agente, con un pie roto desde la semana pasada, saltó desde el edificio, rompiéndose la otra extremidad.

El terremoto también asustó a los recién llegados a la ciudad: marines y rangers. Su presencia es muy visible en el centro, pero también patrullan por zonas como Petonville. Han militarizado el Hospital General para ordenar el flujo de gente y controlan diversas áreas en torno al derruido palacio presidencial. Una bandera haitiana ha vuelto a ondear, a media asta, en el palacio.

El ranger Covián forma parte del destacamento que controla el acceso al hospital. Es hijo de mexicanos. 'Para lo que han sufrido, esta gente está muy tranquila', señaló a Público. Cárdenas, otro ranger, resume la opinión que reina en su tropa: 'Nos sentimos bienvenidos'.


Una familia se prepara para dejar la capital en barca. - O. LABAN-MATTEI /AFP

Pero la gestión estadounidense del aeropuerto de Puerto Príncipe no concita, ni mucho menos, tantos parabienes. Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció ayer que 'cinco pacientes han muerto en Martissant por no disponer nuestro personal del instrumental, equipamiento y fármacos'. Cinco aviones de MSF han sido desviados al aeropuerto de Santo Domingo, con el retraso que ello supone. El aterrizaje de uno fue denegado tres veces consecutivas en dos días.

'Nos hemos visto obligados a comprar un serrucho en un supermercado para seguir amputando. Es una carrera contra el tiempo', señaló Loris de Filippi, coordinador de MSF en un hospital de Cité Soleil.

La mayoría de los haitianos esperaba con ansiedad el desembarco de los soldados de Obama. Pero estos todavía no han obrado el milagro: alimentos y agua se distribuyen con dificultad y a poca gente. El pueblo critica la gestión de su presidente, que ayer se dirigió a la nación: 'Voy a trabajar duro para levantar al país. La ayuda ha llegado de forma masiva', dijo Preval, hasta ahora incapaz de organizar la ayuda y controlar la inseguridad.

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