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Dimite un ministro italiano acusado de aceptar sobornos

Según testigos, Scajola recibió 900.000 euros de un empresario para comprarse un ático

SANDRA BUXADERAS

El Gobierno de Berlusconi tenía hasta ayer un ministro de Desarrollo Económico, Claudio Scajola, que asegura desconocer si alguien le pagó su propia casa, un fabuloso ático de 180 metros cuadrados con vistas al Coliseo. Cinco testigos aseguran que quien sufragó la mayor parte del piso de lujo fue un empresario beneficiado por el Gobierno, Diego Anemone, que además pagó con dinero negro. Ante el escándalo general, el ministro anunció ayer su dimisión.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aceptó su renuncia que, segun dijo, 'confirma su alto sentido de Estado'. Y eso que el mismo Berlusconi está procesado por fraude fiscal y corrupción, pero no por ello se le ocurre dimitir. En su caso, asegura siempre, la culpa la tienen 'las ambiciones políticas de algunos jueces'. Berlusconi tampoco aceptó hace unas semanas la dimisión de su niño mimado, Guido Bertolaso, jefe de Protección Civil, enredado en el mismo escándalo de corrupción que su colega Scajola.

Ambos están investigados por haber presuntamente favorecido al empresario Anemone con importantes concesiones públicas, como las obras para la cumbre del G-8, a cambio de regalos sustanciosos. Anemone supuestamente le regaló a Scajola 900.000 euros para pagar en negro la compra de su piso en Roma. Lo hizo a través de un arquitecto, Angelo Zampolini, quién se presentó en el acto de compra con 80 cheques y se los entregó a las vendedoras del piso, las hermanas Beatrice y Barbara Papa, según admiten estas.

Las hermanas Papa vendieron el piso en 2004 por un total de 1,7 millones de euros al ministro. El interesado asegura que sólo pagó 610.000 euros, que es lo que consta en el acta notarial. Una cifra ridícula (sólo 3.389 euros el m²) para un piso en pleno centro de Roma, que de media costaba por entonces al menos el doble. Según las hermanas, otros 200.000 euros les fueron entregados en efectivo como paga y señal.

El argumento del ministro ayer fue que, efectivamente, alguien pudo haberle comprado la casa, pero que él no se enteró. Si eso se demuestra ahora, dice, devolverá el piso: 'Si tuviese que aclarar que mi casa fue pagada por otros sin conocer yo el motivo, la ganancia o el interés, mis abogados ejercerían las acciones necesarias para anular el contrato', aseguró. 'No podría, como ministro, vivir en una casa pagada por otros. Es la motivación que me impulsa a dimitir', añadió. Pero aseguró que es 'ajeno a los hechos'.

Scajola tiene un largo historial de dimisiones a sus espaldas. En julio de 2002 tuvo que renunciar a la cartera de Interior tras asegurar que Marco Biagi, un profesor de derecho asesinado por las Nuevas Brigadas Rojas dos meses antes, era 'un tocapelotas'. Pero pronto fue recolocado por Berlusconi como ministro de Actividades Productivas.

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