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La segunda ronda electoral confirma la marea islamista

Los resultados de las elecciones legislativas en Egipto confirman la victoria abrumadora del islamismo político

R. GONZÁLEZ

Los resultados preliminares de la segunda ronda de las elecciones legislativas en Egipto confirman la victoria abrumadora del islamismo político, que probablemente controlará más del 60% del futuro Parlamento.

A pesar de que las nueve provincias convocadas a las urnas el pasado jueves presentan una realidad social diferente a las de la primera jornada electoral, los porcentajes de voto son bastante parecidos, por lo que ya es posible empezar a perfilar el mapa del primer Parla-mento democrático en Egipto.

De acuerdo con las filtraciones a los medios locales, el Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), la marca electoral de los Hermanos Musulmanes, el histórico movimiento islamista egipcio, será de nuevo el más votado, y con diferencia. En algunos distritos, como Giza, Sharquiya o Beheira, el PLJ supera claramente la barrera del 40% de los votos. En la primera ronda, obtuvo el 37%, si bien el sistema electoral favoreció que se hiciera con casi más del 45% de los diputados.

La coalición Nour ('luz'), integrada por varios partidos salafistas, se confirma como la segunda fuerza más votada y puede constituirse como la alternativa al PLJ si Este grupo decide aliarse con los partidos laicos. Su porcentaje de voto presenta una mayor variación entre distritos que la de los Hermanos. Así, mientras en Sharquiya recibiría entre un 10% y un 15% de los sufragios, en la provincia de Suez arrasaría con más del 50%. Estos son unos excelentes resultados para Nour, pues durante los últimos días había recibido duros ataques por parte de algunos medios por sus posiciones radicales.

Liderando los partidos laicos volvería a situarse el Bloque Egipcio, si bien su porcentaje de voto es menor esta vez en favor del histórico partido liberal Wafd y de la coalición progresista 'Revolución Continua'.

El ligero retroceso del Bloque Egipcio podría deberse a que el porcentaje de población cristiana en la segunda ronda fue menor que la primera.

Los resultados volvieron a ser desastrosos para los herederos del PND, el expartido de Mubarak, lo que pone de manifiesto el escaso apoyo popular del antiguo régimen.

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