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El Ejército egipcio toma el poder

La toma de poder por parte los militares ha desencadenado una ola de enfrentamientos entre detractores y partidarios de Mursi. Adly Mansur jurará a las diez de la mañana de hoy la jefatura provisional de Estado del país

PÚBLICO / AGENCIAS

Mursi ha durado apenas un año como presidente de Egipto. El Ejército ha decidido terminar por la fuerza con su Gobierno y ha anunciado, tras sacar los tanques a las calles, un periodo de transición al que seguirá la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias. Los militares, como ya hicieran cuando la presión de los egipcios acabó con el régimen de Hosni Mubarak en 2011, vuelven a controlar el poder del país. (Alberto Sicilia ha narrado en directo en su blog, Principia Marsupia, el transcurso de la jornada).

La cúpula militar ha intentado suavizar el efecto del golpe de estado anunciando su nueva hoja de ruta para el país en un mensaje televisado junto al jeque de la institución islámica de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, el papa copto, Teodoro II, la figura más conocida de la oposición a Mursi y premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei, y jóvenes del movimiento Tamarrud, organizador de las protestas contra Mursi. Abdel Fatah al Sisi, el jefe del Ejército, ha confirmado la suspensión de la Constitución y la disolución del Parlamento, de mayoría islamista.

Sin embargo, los altercados en las calles no han tardado en llegar. Los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores del derrocado presidente ya se han cobrado la vida de 14 personas. En la ciudad de Marsa Matrouh, ubicada en el norte, el miembro de las fuerzas de seguridad Al Anani Hamouda ha confirmado a Reuters que el balance de víctimas ha ascendido a ocho muertos (entre los que habría dos uniformados) y 13 heridos. El diario oficial Al Ahram ha informado horas antes de que los disturbios han estallado cuando un grupo de seguidores de Mursi ha atacado la sede de la Gobernación.

Los disturbios entre ambas facciones han sido especialmente violentos en la ciudad de Alejandría, donde tres personas han fallecido y al menos 50 han resultado heridas. También se han producido fuertes altercados al sur del país, en la ciudad de Minya, donde otras tres personas han muerto y se han registrado 14 heridos. 

En la ciudad de Fayoum decenas de personas han resultado heridas en el ataque que un grupo de hombres armados ha llevado a cabo contra la sede del Partido Libertad y Justicia (PLJ), vinculado a Hermanos Musulmanes. Entretanto, en la ciudad de Mansoura, ráfagas de disparos, cuya procedencia aún se desconoce, han obligado a dispersarse a las miles de personas que se han concentrado pacíficamente en la plaza Al Thwara para celebrar la caída de Mursi. 

Ajenos a los enfrentamientos en las calles, Adly Mansur, hasta ahora el presidente del Tribunal Constitucional Supremo,  jurará a las diez de la mañana de hoy la jefatura provisional de Estado del país. Será quien administre la etapa interina y convoque elecciones presidenciales anticipadas. Tendrá asimismo todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y para designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas. Además, se formará un comité de expertos para enmendar la Carta Magna.

Mursi, retenido en el Ministerio de Defensa por fuerzas militares, replicó ayer que 'no aceptará nunca renunciar de forma humillante a su patria, su legitimidad y su religión'. Ha pedido a los suyos que no luchen a pesar de que les hayan 'robado la revolución' a través de un 'golpe' y ha asegurado que él sigue siendo el presidente. Según el diario Al-Ahram, los militares le comunicaron a las 19 horas de este miércoles que en ese momento dejaba de ser el jefe de Estado egipcio. Asimismo, junto a altos cargos de los Hermanos Musulmanes, a los que pertenecía antes de asumir el cargo de presidente, le han prohibido salir del país. 


Los tanques han ocupado varios puntos de las calles de El Cairo. - AFP

Tras el anuncio del Ejército, Tahrir ha estallado de júbilo. Cientos de miles de personas se han congregado en la plaza y en los alrededores del palacio presidencial de Itihadiya para celebrar el fin de Mursi. Reclaman que sea juzgado por el supuesto asesinato de manifestantes durante su mandato, e incluso gritan consignas que piden su ejecución. Exigen también que los dirigentes del grupo islamista sean presentados ante la Justicia.

El Baradei calificó de un 'paso hacia la reconciliación nacional' la hoja de ruta presentada por el Ejército. El Nobel de la Paz afirmó que con lo ocurrido este miércoles 'se corrige la Revolución del 25 de Enero', que derrocó a Mubarak y se responde a las demandas del pueblo egipcio. Por su parte, el jeque Al Tayeb consideró que con esta iniciativa el dividido pueblo egipcio podrá 'tender puentes', mientras que el papa copto, Teodoro II, señaló que la hoja de ruta se ha aprobado para 'resolver el actual callejón sin salida'.

Mursi intentó responder en el último momento al ultimátum que las Fuerzas Armadas lanzaron el lunes e, instantes antes de que expirara, emitió un comunicado para ofrecer un Gobierno de unidad nacional. Llegó tarde. Blindados militares y soldados empezaron a ocupar las calles. El Ejército cerró todos los accesos a la plaza de Rabea al Adauiya, en el este de El Cairo, junto a la Universidad, donde se congregaron decenas de miles de islamistas seguidores de Mursi.

También erigió alambradas y barreras alrededor del cuartel donde se encuentra el presidente. Una fuente militar ha asegurado que la medida fue adoptada 'para preservar la vida de las personas y evitar enfrentamientos'. Las fuerzas armadas han asegurado que han asegurado la zona y negaron presuntos informaciones de que habían atacado a los partidarios del presidente. 'El Ejército de Egipto pertenece a todos los egipcios', afirmaron.

La jefatura de la Zona Militar Central de Egipto ordenó asimismo un fuerte despliegue en Tahrir y junto al Palacio Presidencial de Itihadiya, donde se congregan los opositores. Según esa fuente, el objetivo de los militares es 'cumplir con el máximo grado de protección a los manifestantes en esta etapa crítica de la historia de Egipto'. A dos horas de que concluyera el ultimátum, el Ejército ya había empezado a desplegarse por las calles de El Cairo, incluidos los alrededores de las embajadas y la plaza Tahrir, e incluso llegaron a ocupar el edificio de la televisión estatal. 

 

 

La cúpula castrense había dado un plazo de dos días, que ha terminado hoy a las 17 horas, para que Mursi alcanzara un acuerdo político y 'respondiera a las demandas del pueblo'. Al Sisi ha mantenido durante el día varias reuniones con la oposición y distintos 'símbolos religiosos, nacionales, políticos y juveniles' para analizar con todos ellos la hoja de ruta que el Ejército empezará a implementar a partir de ahora.

El presidente, que ya rechazó el ultimátum militar, ha defendido en todo momento su legitimidad y responsabilizó a las fuerzas de la oposición de boicotear en los últimos meses los intentos de diálogo lanzados desde la Presidencia. En un mensaje televisado, urgió a los egipcios a alejarse de los remanentes del anterior régimen de Mubarak y evitar el derramamiento de sangre entre ellos, al tiempo que dijo estar dispuesto a sacrificar su vida por el país. Siguiendo con esa retórica, el jefe de las Fuerzas Armadas egipcias respondió a través de un mensaje en una página semioficial en Facebook e indicó que para los militares 'es más honorable morir que ver al pueblo egipcio sentirse aterrorizado o amenazado'.

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