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Benjamín Netanyahu Netanyahu se atrinchera con sus socios en el Gobierno ante las acusaciones de corrupción

Esta ha sido una semana difícil para Benjamín Netanyahu. El primer ministro israelí está en la picota aunque quienes lo dan por muerto podrían haberse adelantado a los acontecimientos. Netanyahu confía en que el sólido apoyo de su coalición y los errores que ha cometido la Policía le permitan seguir en el cargo durante muchos años más.

Varios manifestantes protestan contra la corrupción gubernamental y reclaman la dimisión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la plaza Habima de Tel Aviv, Israel. EFE/ Abir Sultan

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El hombre que ha metido en este gran lío a Benjamín Netanyahu es Arnon Milchan, un conocido productor de cine de Hollywood que se codea con las estrellas más brillantes del séptimo arte, como Leonardo DiCaprio, y que fue fichado por el Mosad de la mano de Shimon Peres en los años sesenta. Milchan continuó trabajando para los servicios secretos israelíes hasta los ochenta, y no sólo en Hollywood sino también para el sector del tráfico de armas.

Ahora tiene 74 años y reside a medio camino entre California e Israel. Ha producido unas 130 películas, incluidas algunas de las más exitosas de la última década, y ha invitado a Benjamín y Sara Netanyahu a Hollywood para que se hicieran fotos con los grandes artistas, incluido el propio DiCaprio. Ha sido Arnon Milchan quien le ha ofrecido regalos lujosos a Netanyahu durante los últimos nueve años por valor de 250.000 euros, es decir, quien puede conducir al primer ministro a la dimisión.

Naturalmente, todavía es pronto para saber si Netanyahu dimitirá. Él asegura que no lo hará porque no ha cometido ningún delito, pero es el abogado del Gobierno, Avichai Mandelblit, designado por el mismo Netanyahu, quien tendrá la última palabra. Muchos israelíes recuerdan que hace una década el entonces primer ministro Ehud Olmert aseguró que no dimitiría al verse inmerso en un caso de corrupción, pero unos meses después se vio obligado a dar ese paso.

Después de largos meses de investigación, la Policía ha recomendado el procesamiento de Netanyahu por haber cometido presuntos delitos de soborno, fraude y abuso de confianza. El abogado Mandelblit tiene que estudiar el informe policial y decir si lo avala o no. Mandelblit ha dicho que no le temblará la mano a la hora de tomar la decisión, y si decide tirar adelante será difícil que Netanyahu no se vea obligado a arrojar la toalla.

Los cartuchos que le quedan a Netanyahu

Pero según los expertos que estos días han dado su opinión sobre el caso, Netanyahu todavía dispone de varios cartuchos que puede utilizar en su defensa. Uno de ellos es la entrevista que el jefe de la Policía, Roni Alsheich, concedió imprudentemente hace solo unos días a un popular programa de televisión, Uvda, donde acusó a Netanyahu, sin nombrarlo, de entorpecer la investigación policial.

Concretamente, Alsheich reveló en esa entrevista que “figuras poderosas” –que todo el mundo identificó como Netanyahu– habían enviado detectives privados a investigar a los policías que están investigando a Netanyahu por corrupción. Es una acusación muy grave que Netanyahu niega en redondo. El primer ministro ha declarado que después de esa acusación se ve con claridad que ni Alsheich ni el equipo de policías que lo investiga están en condiciones de acusarlo de nada.

En el entorno de Netanyahu se denuncia que Alsheich ha tomado partido, que el jefe de la Policía olvida que en realidad es un mero funcionario y que las entrevistas las dan los políticos que han sido elegidos por el pueblo, y no los funcionarios que han sido designados por sus superiores para desempeñar cualquier cargo.

Concediendo esa entrevista, Alsheich se puso en una situación complicada que resta valor a la investigación de la Policía, insisten en el entorno de Netanyahu.

Otro asunto que juega a favor de Netanyahu tiene que ver con Yair Lapid, líder del partido Yesh Atid, una formación que se presenta como de centro pero cuyas diferencias con el Likud son invisibles. El martes se supo que Lapid confirmó a la policía que Netanyahu insistió en que se aprobará la Ley Milchan, que libraba de pagar una parte considerable de impuestos a los israelíes que habían emigrado al extranjero y querían volver a Israel. Lapid, que entonces era ministro de Finanzas, dijo a la Policía que Netanyahu hizo esta ley a la medida de su amigo Arnon Milchan.

Ahora bien, en el entorno de Netanyahu argumentan que eso es muy fácil decírselo a la Policía, pero Lapid tendrá que probarlo delante de un juez, y ahí le resultará más complicado. Lapid es uno de los grandes rivales de Netanyahu y aspira a ser elegido primer ministro en las próximas elecciones. Eso significa que tiene un interés especial en deshacerse de Netanyahu por cualquier medio que tenga a su alcance. O sea, que pudo haber mentido a la Policía.

Todos los líderes de los partidos de la coalición de Gobierno han dado apoyo al primer ministro

Toda la plana mayor del Likud ha salido en defensa de su líder. Algunos han dicho que Netanyahu está frente a un golpe de Estado que quiere acabar con la democracia popular, que lo que la oposición no ha podido lograr mediante las urnas es lo que pretenden hacer con la ayuda de Alsheich. Y, lo más significativo, ningún líder de los partidos que están en la coalición de gobierno se ha enfrentado a Netanyahu; al contrario le han dado su apoyo. De hecho, la coalición que gobierna Israel ha salido reforzada de la crisis, al menos de momento, y es ahora más fuerte que nunca.

Al final, el abogado del Gobierno Mandelblit se tomará su tiempo para decidir lo que hace, que muy bien podría ser un periodo de varios meses, y cuando haya tomado una decisión, si es contraria a Netanyahu, los políticos de la misma coalición que ahora le dan apoyo deberán decidir el futuro del actual primer ministro.

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