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Boicot al diálogo en Darfur

Los analistas creen que sin una representación rebelde significativa las conversaciones de Libia fracasarán, al igual que las de Nigeria en 2006.
El aumento de los combates dificulta aún más una solución

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Hay muchas sillas vacías alrededor de las conversaciones de paz de Darfur iniciadas ayer en Libia entre el Gobierno de Sudán y las facciones rebeldes. El boicot al diálogo de los principales grupos guerrilleros hace dudar que se consiga un acuerdo significativo que ponga fin a cuatro años y medio de guerra civil. Desde febrero de 2003, más de 200.000 personas han muerto y dos millones y medio se han convertido en refugiados.

Los problemas en Darfur, reino independiente anexionado por Sudán en 1917, se remontan a los años 70, con disputas de tierras entre nómadas árabes y agricultores indígenas. La crisis derivó en una guerra civil en febrero de 2003 con el enfrentamiento entre las milicias árabes Yanyauid, apoyadas por Jartum, y grupos rebeldes africanos.

Alto al fuego unilateral

El ministro de Estado sudanés para las Relaciones Exteriores, Al Samani Al Wasila, anunció ayer un alto al fuego unilateral y señaló que su Gobierno “está listo para tomar todas las medidas necesarias para avanzar en el proceso de paz”. Wasila subrayó que quieren escuchar las propuestas rebeldes pero advirtió que “sus demandas tienen que ser objetivas y razonables”.

Sólo seis grupos guerrilleros poco representativos están presentes en la localidad libia de Sirte. Por el contrario, tres de las facciones más importantes, el Movimiento para la Justicia y la Igualdad (JEM), el Ejército para la Liberación de Sudán (SLA) y una facción de éste se han ausentado alegando que la invitación a todos los grupos convertirá las negociaciones en un caos.

La Unión Africana (UA), mediadora junto a Naciones Unidas en el diálogo, se mostró confiada en que los grupos rebeldes ausentes cambien de opinión. “No es cuestión de un encuentro o dos”, dijo el portavoz de la UA, Nuredin Mezni, “Es un proceso largo. Esperamos que, a medida que avance, los demás se unan”.

Los analistas creen que sin una representación rebelde significativa las conversaciones de Libia fracasarán, al igual que las de Nigeria en 2006.
El aumento de los combates dificulta aún más una solución. Una decena de soldados de la UA murieron en un ataque rebelde a su base a principios de octubre. Semanas después, el JEM se adjudicó un atentado contra un campo petrolífero en el que murieron 20 soldados. El clima de tensión creado tras los ataques se ha trasladado a las negociaciones.

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