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EEUU intenta blindarse ante futuras filtraciones sensibles

Clinton amenaza a los responsables de Wikileaks con tomar 'medidas agresivas'

ANTONIO LAFUENTE

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha vuelto a mostrar los mismos reflejos que en anteriores ocasiones ante la publicación de 250.000 documentos de la diplomacia estadounidense obtenidos por la organización Wikileaks: en una rueda de prensa amenazó ayer con tomar 'medidas agresivas' contra los responsables de la filtración, a quienes acusa de ser un peligro nada menos que para todo el planeta.

'Vamos a ser claros, esta publicación no es un ataque a los intereses de la política exterior de Estados Unidos, es un ataque a la comunidad internacional', dijo Clinton ayer en rueda de prensa después de que Wikileaks hiciera llegar el contenido de 220.000 cables confidenciales de la diplomacia estadounidense a varios medios. Sobre el contenido conocido hasta ahora de tales mensajes, la secretaria de Estado, sin embargo, no dijo una sola palabra.

'Es un ataque a la comunidad internacional', dice la jefa de Exteriores

Para evitar que se repita la revelación de detalles sonrojantes para la Administración de Washington, Clinton anunció, sin dar muchos detalles, que se establecerán nuevos protocolos de seguridad.

Así, para Clinton, el problema no es que esos despachos revelen que ella, como jefa de la diplomacia, pidió a sus embajadores que se convirtieran en espías ni que ordenara el espionaje del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, algo que está expresamente prohibido en los tratados internacionales firmados por EEUU. No; el problema es que Wikileaks 'sabotea las relaciones entre los países'.

No obstante, para acabar con todos esos problemas, la secretaria de Estado ha hallado la solución: perseguir a los responsables de la filtración. 'Voy a ser clara, el pueblo estadounidense y sus amigos y socios estamos tomando medidas agresivas para llevar a los responsables ante la Justicia', aseguró. 'Robar información no conduce a un debate sano', declaró en Washington.

Washington abre una investigación por el 'robo' de 250.000 papeles

Sus palabras fueron reforzadas, poco después, por el fiscal general, Eric Holder, quien anunció la apertura de una investigación criminal.

También el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, se unió al coro contra Wikileaks cuando afirmó: 'Esta es una grave violación de la ley y una seria amenaza a las personas que llevan a cabo la política exterior estadounidense'.

No es la primera vez que el Gobierno de Barak Obama acusa al mensajero. Ya lo ha hecho cada vez que Wikileaks ha revelado documentos secretos, entre ellos, los que demostraban que Washington mentía con respecto al número de civiles que sus tropas habían matado en Afganistán. El número era mucho mayor.

Wikileaks niega que corran peligro algunas personas y dice que habrá más

De momento, las palabras de Clinton no han amilanado a Wikileaks, que ha anunciado que continuará publicando documentos diplomáticos hasta bien entrado 2011, con nuevos paquetes de telegramas que saldrán a la luz en los próximos días, según aseguró ayer la portavoz de la organización, Kristin Hrafnsson. Además, Hrafnsson calificó de 'exagerada' la reacción de Washington y aseguró que las declaraciones acerca de que la filtración de los cables pone en peligro la vida de personas 'no son creíbles'.

La que sí parece haberse apocado es la ONU que, tras conocer el espionaje a Ban Ki-moon, se limitó ayer a difundir un comunicado en el que recuerda que la Carta de las Naciones Unidas, el Convenio Sede y la Convención de las Naciones Unidas 'contienen estipulaciones relacionados con los privilegios e inmunidades de la organización'. La nota añadía que 'la ONU confía en que los estados miembros se atienen a esas estipulaciones', pero nada más.

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