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La guerrilla colombiana mantendrá su alto el fuego unilateral tres meses más de lo acordado inicialmente

El proceso de paz con las FARC entra en su fase decisiva tras las medidas del presidente colombiano, Santos, para apartar a los mandos militares partidarios de seguir las acciones armadas, así como los avances en la negociación que se desarrolla en La Habana

El negociador del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle, y el de las FARC, Iván Márquez, se dan la mano en La Habana. REUTERS/Enrique de la Osa

ANTONIO ALBIÑANA

BOGOTÁ.– A medianoche de este lunes entró en vigor la tregua unilateral decretada por la guerrilla de las FARC en todo el territorio colombiano, que incluye, según la orden impartida desde La Habana por Iván Márquez, el cese de todas las acciones ofensivas de la guerrilla y la suspensión de sabotajes a las infraestructuras petroleras y eléctricas, contra las que se han producido decenas de atentados en las últimas semanas.

En principio, la tregua es para un mes pero, según fuentes consultadas por Público, se extenderá tres meses más, al final de los cuales, Gobierno y guerrilla harán un balance de las conversaciones y emprenderán el tramo final que debe conducir a la firma de la paz definitiva y la conversión de las FARC en un movimiento político legal.

El Gobierno cesará los bombardeos contra los campamentos guerrilleros

Por su parte, el Gobierno va a impulsar un “desescalamiento” del conflicto, que incluirá el cese de bombardeos a los campamentos guerrilleros y la suspensión de hostigamientos.

En la Habana, las conversaciones se reanudarán este jueves, con el tratamiento de todos los temas pendientes y la incorporación de los trabajos que generales en activo y jefes guerrilleros llevan a cabo en materia de desarme y desmovilización.

Este avance en el proceso de paz se produce después de que el presidente, Juan Manuel Santos, haya reaccionado frente a la labor obstruccionista de los sectores militares y del propio Gobierno en contra de las posibilidades de llegar a un acuerdo con la guerrilla de las FARC y en pugna solapada por el mantenimiento de una guerra interna que dura ya más de medio siglo.

El ultraderechista Uribe sigue tratando de azuzar a los sectores más duros de las Fuerzas Armadas

La iniciativa más contundente ha sido el apartamiento de su cargo del hasta ahora máximo Jefe de las Fuerzas Militares, general Jaime Alfonso Lasprilla, que vino precedida de la destitución del belicista ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, con una agenda personal ajena al proceso de paz y que ha sido enviado de embajador a Washington.

Entre los primeros gestos de su sucesor (y antecesor en la Embajada de Colombia ante EEUU), el empresario civilista Luis Carlos Villegas, ha estado exigir a los militares que se mantengan alejados de cualquier actividad política, en referencia a las permanentes incitaciones del ultraderechista expresidente Álvaro Uribe, que controla amplios sectores de opinión dentro de las Fuerzas Armadas.

De no producirse acontecimientos imprevistos, como acciones de provocación, atentados con graves repercusiones sociales , etc. , el proceso de paz parece abocarse a su recta final, una vez se solucione el espinoso asunto de la justicia transicional a aplicar. Una comisión de juristas, va a trabajar en paralelo con la Mesa de la Habana, para lograr una fórmula que sintonice la demanda de justicia, con la paz como finalidad última.

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