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“Pedimos que la Unión Europea investigue las desapariciones y muertes en México”

Una delegación mexicana, llamada 'Caravana 43' y creada por jóvenes y familiares de los desparecidos, visitará varios países europeos para exigir la devolución con vida de sus allegados.

'Caravana 43' en una de sus reuniones al aire libre / Juan Manzanara

MARIMAR CABRERA

ZARAGOZA.- Omar García es uno de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en México. Es uno de los supervivientes de las desapariciones forzadas y asesinatos que se sucedieron en Iguala la noche del pasado 26 de septiembre y la madrugada del 27, donde murieron seis personas, hubo 27 heridos y desaparecieron 43 estudiantes. Una delegación mexicana, formada por algunos de estos jóvenes, familiares y defensores de los Derechos Humanos, ha llegado hoy a España, en la primera parada en Zaragoza de la Caravana 43, con la que exigen a la Unión Europea la devolución con vida de los jóvenes desaparecidos.

La caravana, que arrancó en Noruega el pasado 16 de abril, ha trasladado una demanda internacional a los ciudadanos de los ocho países europeos que ya ha visitado: la presentación con vida de sus familiares desaparecidos. “Pedimos a la sociedad civil que traslade a sus gobiernos la presión de continuar con una investigación que cuenta con recursos pero no con voluntad. El Estado mexicano los buscó muertos y así nos los quiso entregar”, explica Omar.

Cada día desaparecen 14 ciudadanos y emigrantes y aparecen nuevas fosas clandestinas

Piden que cese el desequilibrio en las relaciones internacionales por las que “por cada eurodiputado que se levanta a pedir el respeto por los Derechos humanos, lo hacen otros diez para velar por las inversiones comerciales”. Aseguran que tienen “toda la autoridad moral” para realizar esta demanda a la Unión Europea, “que proporciona armas y apoyo en materia de seguridad pero no una garantía real de los derechos de los ciudadanos”. Las víctimas que rodean a las desapariciones y muertes de Iguala “se han alzado con voz fuerte y digna para decir basta” y pedir a ciudadanos y gobierno es que “fijen su mirada sobre esta grave situación”.

El estudiante de Ayotzinapa afirma que cada día desaparecen 14 ciudadanos y emigrantes y aparecen nuevas fosas clandestinas que “no se investigan por los cauces legales porque la delincuencia organizada ha penetrado en las instituciones mexicanas”. Afirma, además, que los testimonios de aquellos que lograron escapar de los episodios de violencia no se han considerado en esta investigación, “llevada a cabo por un gobierno delincuente que está de parte de los asesinos”. En su primer día en España, pide a sus ciudadanos que “tal y como se espantaron del franquismo, se espanten del gobierno de Enrique Peña Nieto”.

Roman, Eleucadio y Omar de 'Caravana 43' / Juan Manzanara

Roman, Eleucadio y Omar de 'Caravana 43' / Juan Manzanara

La caravana continuará desde mañana por Madrid y Barcelona y viajará a Países Bajos, Bélgica e Inglaterra. Más tarde iniciará los trayectos por América Latina, en Argentina, Brasil, Uruguay y previsiblemente por Perú y Bolivia. Allí se escucharán las demandas de los familiares de los 43 desaparecidos, a través de la voz de Eleucadio, padre de Mauricio Ortega Valerio, campesino, esforzado para pagar los estudios de su hijo y con fuerzas para plantar cara a policías federales y gendarmería en el estado de Guerrero, a pesar de que “los que protestan, desaparecen”.

Afirma que el gobierno ha querido dividir a los familiares en la búsqueda de los estudiantes y que no aceptarán “el dinero de quienes han masacrado a nuestros hijos, porque estaríamos vendiéndolos”. Insiste en que continuarán exigiendo la presentación de sus familiares con vida “porque no hay pruebas de que estén en fosas y calcinados”.

Tipificar los delitos como “desapariciones forzosas”

La ‘Caravana 43’ pedirá por Europa que se incorporen a la investigación las recomendaciones de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que contempla tipificar estos delitos como “desapariciones forzosas”, lo que implicaría reconocerlos como crímenes de lesa humanidad. “Han pasado siete meses y se ha buscado a los estudiantes muertos cuando los expertos también reclaman continuar la búsqueda en vivo”, señala Román, activista que también acompaña a los familiares en la caravana.

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