Un policía de raza blanca que se encontraba fuera de servicio ha disparado y matado este jueves de madrugada a un adolescente negro en la localidad de San Luis (EEUU) que, supuestamente, había le disparado primero. El suceso ha desatado protestas en el lugar de los hechos, a pocos kilómetros del barrio de Ferguson, donde el mes de agosto se desató una oleada de tensión entre la comunidad afroamericana y la Policía tras el asesinato a tiros del joven Michael Brown a manos de un agente blanco.

Según Sam Dotson, jefe de la Policía metropolitana de San Luis, el agente, de 32 años, disparó hasta 17 veces al joven de 18 años de edad, que a su vez había efectuado tres disparos. El joven fallecido era una de las tres personas a las que el policía había abordado y luego perseguido. En el momento del suceso, el agente -de seis años de antigüedad en el cuerpo y que también trabajaba en una empresa de seguridad- vestía su uniforme oficial pese a que no se encontraba en su horario laboral.

Cerca de 200 personas se congregaron inmediatamente en el lugar de los hechos y marcharon por una carretera importante en protesta por la muerte del chico, cortando parcialmente el tráfico y gritando: '¿De quién son las calles? ¿Nuestras calles?'. En un momento dado, la tensión aumentó y algunas personas propinaron patadas y puñetazos a los vehículos de Policía. 

Según recoge el diario St. Louis Post-Dispatch varios testigos escucharon alrededor de diez disparos. El policía no ha resultado herido y otros agentes han recuperado el arma con la que disparó. De momento, el agente ha sido enviado a desempeñar tareas administrativas y se ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido.

'Él [Myers] tenía un sandwich en la mano y [los policías] pensaron que era una pistola. Es como la historia de Michael Brown', declaró Teyonna Myers, de 23 años y supuesta prima de la víctima, al mismo diario.