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Ségolène Royal inclina la balanza a favor de Hollande

El apoyo de la excandidata del PS puede ser decisivo para las primarias

ANDRÉS PÉREZ

El candidato moderado a la nominación presidencial del Partido Socialista francés, François Hollande, recibió ayer un apoyo que puede inclinar definitivamente la balanza en su favor y en detrimento de su rival, MartineAubry. Hollande fue apoyado explícitamente por la histórica Ségolène Royal, de cara a la segunda vuelta de las primarias socialistas que tendrán lugar este domingo.

Royal, que fuera apodada Zapatera durante su candidatura presidencial de 2007 fue derrotada por Nicolas Sarkozy, expresó no sólo su preferencia personal por Hollande, sino una clara consigna de voto. La ex-Zapatera, derrotada abrumadoramente en la primera vuelta de las primarias del domingo pasado (con sólo un 7% de los votos), difundió este mensaje a través de las redes sociales: 'Doy mi apoyo a François Hollande' y 'he decidido asumir mi responsabilidad para ayudar de la manera más eficaz posible a la victoria de la izquierda'.

Hollande asegura que ya cuenta con el respaldo de tres de sus excontrincantes

Explicó su preferencia por una razón aritmética. Hollande, afirmó, 'llegó en cabeza en la primera vuelta' con un 39% de los votos y 'es legítimo amplificar este avance'. Adornó el apoyo a Hollande con una justificación de circunstancias. Aseguró que Hollande 'se ha comprometido a incluir en su programa' sus propuestas.

Hollande, anoche, durante el debate televisado que mantuvo con Aubry, dijo lo contrario: 'Me apoyan Jean-Michel Baylet, Manuel Valls y Ségolène Royal' señaló en referencia a los candidatos eliminados en la primera vuelta 'y eso sin negociar conellos absolutamente nada'.

La realidad de la consigna de Royal es que da a Hollande muchísimas bazas frente aAubry. Con su 39% de la primera vuelta, más el apoyo de Valls (6%), Royal (7%) y Baylet (1%), aritméticamente ha ganado. Y, en el fondo de las negociaciones intestinas, indica además otra realidad: Royal, cuyo programa nunca tuvo claridad ni coherencia, ya ha negociado un cargo gubernamental con el centrista Hollande para el caso de que este llegara a la presidencia de la República en 2012.

El favorito para la segunda vuelta celebra un debate en TV con Aubry

Algunos medios franceses han hecho un intento de psicoanálisis barato explicando que Royal apoya a Hollande porque es el padre de sus hijos, y porque odia a Aubry. En realidad, las cosas son bastante más nimias: Royal, una perfecta representante del estilo que predominó en la casta de altos cargos del PS durante los últimos 25 años, perteneció a todas las corrientes posibles e imaginables, y ahora que ya se hunde juega su última baza con Hollande.

Anoche, Aubry y Hollande, los dos ex primeros secretarios del PS que se disputan la candidatura presidencial del PS, se libraron a un ejercicio televisivo delicado, transmitido en directo ante millones de franceses. En él pusieron en escena las diferencias infinitesimales que les separan, e intentaron librarse a ejercicios de retórica que aparenten satisfacer las demandas profundas de los franceses en materia de servicios públicos y control de las finanzas.

Aubry insistió en que representa una 'izquierda sólida' e incluso 'una izquierda dura', que 'tiene la capacidad de confrontación'. También escenificó que tiene 'experiencia en el enfrentamiento con los poderosos', puesto que fue número dos del Gobierno Jospin (1997-2000), e impuso la semana laboral de 35 horas refrendada por todos los franceses. E intentó que pareciera que dispone de márgenes, sin cambiar la construcción europea, para financiar la creación de empleo y reducir los déficits.

Hollande insistió en su imagen de moderado centrista, capaz de llegar al 3% de déficit en 2013 y al déficit cero en 2017, que tendría una 'varita mágica' que supuestamente puede sacar a todo el mundo de la crisis: exonerar de cotizaciones sociales a las empresas que no despidan a un mayor y contraten a un joven. Se trata de una medida cuyo coste para el Estado ha sido estimado en 8.000 millones de euros para las arcas públicas.

La sombra de Arnaud Montebourg, árbitro de la segunda vuelta de las primarias del PS gracias al 17% que capitalizó en la primera ronda, y líder del ala partidaria de restaurar la potencia pública y del control de la banca privada, pesó en todo el debate.

Aubry, la más necesitada de votos, hizo una apertura a Montebourg. Clásica, a la antigua, al estilo del PS del pasado: subrayó que quiere 'un primer ministro joven'. Un guiño al relativamente joven Montebourg. El partidario de 'una estrategia de Frente Popular' dijo a Público que 'no soy candidato a ministro', cosa que deja abierta la puerta al cargo de jefe de Gobierno. No obstante,Montebourg no ha querido pronunciarse sobre los dos candidatos. Lo que pide a Aubry es una respuesta por escrito a su propuesta de control estatal de la banca. Está por venir.

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