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La tregua en Siria y las negociaciones de Ginebra, en peligro de colapso

Los combates entre milicias rebeldes sirias y el ejército de Damasco se han recrudecido desde el fin de semana y son una espada de Damocles sobre las negociaciones que simultáneamente tienen lugar en Ginebra.

Vista general de los daños en los edificios de uno de los barrios de Damasco. REUTERS/Bassam Khabieh

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.-  En las últimas horas la tensión en los frentes sirios se ha agravado después de que las milicias rebeldes y el ejército de Damasco hayan intensificado sus acciones militares en distintos puntos del país, especialmente en la ciudad de Alepo y en sus alrededores, donde se han registrado decenas de muertos desde el fin de semana.

El nuevo deterioro de la situación coincide con las fuertes tensiones que se están registrando en Ginebra, donde el enviado especial de la ONU Staffan de Mistura mantiene reuniones con la delegación del gobierno de Damasco y de la oposición armada para declarar un periodo transitorio que conduzca a la redacción de una nueva Constitución y a la celebración de elecciones en el plazo de 18 meses.

Sobre el terreno una decena de milicias rebeldes, en su mayor parte islamistas, anunciaron el lunes la creación de una “sala conjunta de operaciones” y divulgaron el “comunicado número 1” en el que se comprometían a relanzar sus ataques contra el ejército por las repetidas “violaciones” del cese de hostilidades que los rebeldes atribuyen al gobierno contra “zonas residenciales” y contra “desplazados”.

El cese de hostilidades entró en vigor el 27 de febrero, después de que Estados Unidos y Rusia se lo impusieran a las partes. El alto el fuego fue generalmente observado hasta hace dos semanas, cuando los rebeldes atacaron varias poblaciones pequeñas de gran valor estratégico situadas justo al sur de la ciudad de Alepo.

El ejército sirio, que entonces acababa de recuperar la ciudad de Palmira, en poder del Estado Islámico, se disponía a continuar sus avances en otras zonas ocupadas por el Estado Islámico cuando tuvo que dar marcha atrás para hacer frente a la inesperada ofensiva de los rebeldes en el sur de Alepo.

Cese de las hostilidades

La principal milicia rebelde que atacó el sur de Alepo fue el Frente al Nusra (Al Qaeda) aunque junto a ella participaron otras importantes milicias yihadistas “moderadas” como Ahrar al Sham o Yaish al Islam, que reciben apoyo logístico y militar de Arabia Saudí, Estados Unidos y Turquía, y que en teoría habían aceptado el cese de hostilidades de febrero.

Estas milicias lanzaron a su vez otra ofensiva en la provincia de Lataquia, de manera que el alto el fuego precario que había reinado desde febrero acabó en la práctica y desde entonces los incidentes armados se han multiplicado también en otros frentes como Hama o Damasco.

En este contexto, el ejército sirio ha intensificado sus ataques en el área de Alepo. La parte oriental de la ciudad se encuentra en poder de distintos grupos rebeldes mientras que los barrios occidentales están en poder del ejército. En las últimas horas las dos partes se han bombardeado intensamente.

Simultáneamente, en la mesa de negociaciones de Ginebra también se está obrando por medio de amenazas. El Alto Comité para las Negociaciones, integrado por representantes de la oposición armada y que está respaldado por Arabia Saudí y Estados Unidos, amenazó con romper las negociaciones, y de hecho pidió a Staffan de Mistura que suspenda los contactos hasta que el gobierno de Damasco adopte una posición “seria”.

En estas últimas horas el punto de contención es el papel que debe jugar el presidente Bashar al Asad durante el periodo transitorio, un asunto sobre el que se viene discutiendo durante meses aunque ahora ha adquirido una mayor urgencia.

De Mistura ha lanzado una propuesta ambigua que prevé que Asad siga como presidente durante el periodo transitorio aunque las competencias reales sean colegiadas y se nombre a tres vicepresidentes más o menos vinculados con la oposición armada. Esta propuesta la oposición no la considera “seria” mientras que el gobierno de Damasco no se ha pronunciado todavía de manera definitiva.

Tensiones adicionales

No está claro qué repercusiones tendrá en Ginebra la escalada militar que se está registrando sobre el terreno. Aunque ha habido declaraciones en el sentido de que los representantes de la oposición armada podrían abandonar sus sillas, por ahora siguen sentados.

Dentro de la oposición se han producido en las últimas horas algunas tensiones adicionales. Representantes de Ahrar al Sham han acusado a la delegación del Alto Comité para las Negociaciones, de la que Ahrar al Sham forma parte, de “carecer de una estrategia clara”.

Según fuentes de la oposición, las tensiones entre distintos grupos rebeldes representados en Siria están aumentando, especialmente entre Ahrar al Sham y Yaish al Islam. A este último grupo pertenece el principal negociador rebelde, Mohammed Alush, que sobre el terreno cuenta con más de diez mil combatientes.

Todas las milicias rebeldes que ahora están luchando contra el ejército han instado a sus representantes en Ginebra a que no cedan a las presiones y mantengan las demandas “revolucionarias” originales en relación al papel de Asad. “Asad es la base del problema y no puede ser parte de la solución”, ha dicho el coordinador del Alto Comité para las Negociaciones, Riad Hiyab.

Por otra parte, el jefe negociador del gobierno de Damasco, Bashar al Yaafari, ha acusado a Israel de “estar cooperando sin ninguna duda” con el Estado Islámico y con el Frente al Nusra en la zona del Golán, una parte del cual está ocupado por el ejército israelí desde la guerra de 1967.

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