La delegada del Gobierno en Madrid ha iniciado los pronunciamientos oficiales sobre el segundo aniversario del 15-M en un desayuno informativo organizado por Europa Press esta mañana en Madrid. Cristina Cifuentes, que fue presentada con grandes elogios por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha lanzado un mensaje nítido al movimiento de indignados: 'El derecho de reunión no es ilimitado. Está sujero a los límites establecidos en el artículo 21.2 de la Constitución (alteración del orden público con peligro para personas o bienes)', ha subrayado.

Por eso, la representante del Ejecutivo central ha creído conveniente advertir de que 'las acampadas en cualquier zona de Madrid con ocasión de las concentraciones o manifestaciones' están expresamente prohibidas por la Ordenanza Municipal, por lo que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado intervendrán cuando se produzcan en 'zonas no habilitadas legalmente para ello'. Cifuentes ha criticado que, aunque la Delegación del Gobierno ha intentado reunirse en varias ocasiones con representantes del 15-M para organizarse con ellos, han tenido que renunciar a ello 'ante la ausencia de portavoces autorizados'.

En un discurso de marcado acento político, tanto en lo relativo a sus competencias como a las del Gobierno central -sobre todo en el aspecto económico-, la delegada ha denunciado que el 15-M haya 'evolucionado hacia posiciones más radicales', según se desprende, en opinión de Cifuentes, del lema del llamamiento a la concentración de ayer domingo: 'De la indignación a la rebelión: escrache al sistema'. Con todo, Cifuentes ha reconocido el carácter 'pionero' del 15-M como punto de partida para una 'fuerte crítica al sistema' y para 'otras iniciativas de carácter reivindicativo'. Asimismo, ha admitido que algunas de las propuestas del 15-M 'y otros movimientos sociales que, en un principio, parecían utópicas, han pasado a formar parte de la agenda de los partidos políticos. Y es lógico que sea así'.