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La campaña del 26-J supone un
retroceso en debates electorales
respecto a los comicios del 20-D

La negativa de Rajoy a someterse a duelos cara a cara o a enfrentarse a los principales líderes en varios foros limita los grandes debates a una única cita “a cuatro” en televisión.

Sáenz de Santamaría, Sánchez, Rivera e Iglesias, en el debate 'a cuatro' previo al 20 de diciembre. EFE

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- Entre quince y veinte propuestas de debates electorales ante las cámaras de televisión, la mayoría de ellos con la presencia de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, y otros con la fórmula de “cara a cara”, han sido descartadas, fundamentalmente por la oposición del PP y del equipo electoral que asesora a Rajoy. El líder de la formación conservadora, finalmente, ha accedido a participar en uno solo.

Será con el formato de “a cuatro” con los candidatos citados. Y será la única ocasión en la que millones de ciudadanos tendrán oportunidad de analizar sus propuestas en un debate televisivo. Ninguno de ellos ha aceptado intervenir en otro tipo de formato de debate televisivo.

Esta situación supone un claro paso atrás en el intento de consolidar en España este hábito de contraste de opiniones y actitudes entre los candidatos de las principales opciones políticas que concurren a un proceso electoral, bastante habitual en las democracias europeas y, sobre todo, en Estados Unidos.

En las doce elecciones generales celebradas hasta este momento tan solo en cuatro ocasiones se han celebrado debates: dos en 1993, entre Felipe González y José María Aznar, otros dos en 2008 entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, uno en 2011 entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy y, finalmente, el pasado diciembre entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

Pero es que, además, antes de las elecciones del pasado 20 de diciembre hubo otros formatos de debates que atrajeron la atención, con la participación de los líderes de los principales partidos, menos Rajoy. Esta proliferación de debates elevó la excitación política de la campaña que, a la postre, supuso que acudiesen a votar más del 73% del electorado, una de las cifras más altas desde los primeros comicios democráticos de 1977.

Aparte del “cara a cara” entre Rajoy y Sánchez, en plena campaña electoral se celebró otro “a cuatro” entre el citado Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría que, finalmente “ocupó” la vacante de Rajoy, que se negó a participar.

"El debate decisivo" y la ausencia de Rajoy

Esta cita, organizada por el grupo A3 Media bajo el cartel de “El debate decisivo” en medio de una gran expectación mediática, tuvo como novedad presentar ante una gran audiencia a los líderes de las dos formaciones emergentes, Pablo Iglesias de Podemos y Albert Rivera de Ciudadanos, quienes finalmente han alcanzado un gran protagonismo político tras el 20-D.

La ausencia de Rajoy quedó reflejada en el debate que organizó el diario El País, para su difusión por Internet y con gran respaldo del grupo PRISA, en el que participaron también Sánchez, Iglesias y Rivera. El atril del líder conservador quedó vacío al no aceptar los organizadores a un sustituto como pretendía el PP.

Todavía hubo más actividad de debates, siendo así que esa circunstancia condicionó en buena parte el desarrollo de la precampaña y la propia campaña electoral. El primer revulsivo lo supuso el debate que protagonizaron Pablo Iglesias y Albert Rivera en la Universidad Carlos III, que tuvo una gran repercusión mediática tras su celebración. En esa ocasión Sánchez se sumó a la negativa de Rajoy a asistir.

Las protestas de formaciones políticas con representación parlamentaria hizo que la televisión pública organizase un debate “a nueve” en el que participaron líderes de formaciones políticas como Alberto Garzón, de IU, Andrés Herzog, de UPyD, y Aitor Esteban, del PNV, entre otros. Este debate generó también una atención superior a la prevista pese a que no participaban los dirigentes más conocidos. La popularidad de Garzón y las presencias del portavoz parlamentario socialista Antonio Hernando, número dos del PSOE, al igual que la de Íñigo Errejón, de Podemos contribuyeron a ello.

A pesar del “éxito” que supuso la proliferación de los debates electorales televisivos durante la pasada campaña, que de hecho supusieron todo un revulsivo respecto a anteriores campañas electorales, la experiencia no parece haber cuajado ente la nueva convocatoria electoral.

"Los debates se pueden convertir en meros reproches de lo ocurrido en este legislatura frustrada"

La excitación que generaron los debates de entonces no se repetirá en esta ocasión, apenas seis meses después. Según fuentes de los equipos electorales de varias formaciones políticas la cercanía de ambas citas electorales “sin duda ha influido. No es que no haya ganas, es que ha pasado poco tiempo y los debates se pueden convertir en meros reproches de lo ocurrido en este legislatura frustrada. Y eso no lo quiere nadie”, han dicho ha Público.

Por lo tanto, el único debate electoral será el del próximo día 13, lunes, una fecha “impuesta” por Rajoy, según varios interlocutores políticos, apenas cuatro días después de iniciada formalmente la campaña electoral. Ese día, a primera hora de la tarde, por si fuera poco, es el estreno de la selección española de fútbol en la Eurocopa que se disputa en Francia.

El formato del debate será moderado por tres periodistas en representación de TVE – Ana Blanco -, Antena 3 TV – Vicente Vallés – y Tele 5 – Pedro Piqueras - . Pese a que está organizado por la Academia de Televisión desde el PP se ha “vetado” en esta ocasión a su presidente, el periodista Manuel Campo Vidal, cuya actitud en el debate “cara a cara” de la campaña anterior no gustó a la formación conservadora.

A última hora y de forma un tanto improvisada el grupo A3 Media ha logrado organizar un debate electoral “de mujeres”, también con el formato de “a cuatro”, una iniciativa que ha sido cuestionado desde varias instancias. La cita ha sido fijada para el jueves día 9, justo al filo del inicio de la campaña electoral que arrancará esa medianoche. En el debate participarán Andrea Levy, dirigente del PP en Catalunya, Margarita Robles, la candidata “estrella” del PSOE tras Pedro Sánchez en Madrid, Carolina Bescansa, también número dos tras Pablo Iglesias ppr Madrid y dirigente de Podemos, e Inés Arrimadas, la dirigente catalana de Ciudadanos y mano derecha de Rivera.

Al margen de esas citas TVE está programando una serie de debates electorales sectoriales “a siete” – lleva emitidos tres de los cinco previstos – que salen en antena los miércoles después de uno de los programas estrella de la cadena pública, Marteschef. Sucede que la emisión, en directo, se inicia al filo de la una de la madrugada.

Y con un formato extremadamente rígido: cuatro minutos para cada interviniente – PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, CiU y PNV – en cada uno de los dos bloques de temas asignados, más un minuto de cierre. En resumidas cuentas, no lo ve nadie ni aporta ningún valor añadido a una precampaña que parece abocada a intervenciones televisivas muy selectivas y estudiadas de los respectivos líderes.

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