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Díaz exhibe el pacto PSOE-PP-Podemos-IU en pleno 28-F: “Defender la financiación es defender Andalucía”

El día de la comunidad se convierte en un alegado por el consenso político, del que Ciudadanos ha quedado orillado. La presidenta de la Junta acusa a sus socios de “anteponer los intereses electorales de Albert Rivera al de los andaluces”.

La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, con el presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, momentos antes del comienzo de los actos institucionales con motivo de la celebración del 28-F, el día de andalucía. EFE/ Jose Manuel vidal

DANIEL CELA

El 28F, Día de Andalucía, suele ser una jornada de fiesta, autoreferencial, pero sobre todo reivindicativa. Desde que el independentismo catalán ha tensado las costuras del Estado autonómico, Cataluña se cuela en los discursos institucionales y ayuda a los políticos a rememorar el espíritu del 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces votaron en referéndum a favor de una autonomía plena, ni más ni menos que las demás. 38 años después, toda la exaltación y reivindicación del autogobierno andaluz conduce a hablar de la infrafinanciación de esta comunidad, de la resistencia del Gobierno de Mariano Rajoy a reformar el modelo de financiación autonómica (caducado desde 2014, y de la necesidad urgente de moldear un nuevo sistema que permita a las regiones gestionar unos servicios públicos de calidad. “Defender la financiación de Andalucía es defender Andalucía”, sentenció Susana Díaz durante su discurso en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde este miércoles se han entregado las Medallas de Andalucía, máxima distinción de la comunidad.

El 28-F de este año viene marcado por la proximidad de las elecciones andaluzas -previstas para marzo de 2019- y por el ruido inquietante de las encuestas. Los sondeos afianzan como primera fuerza al PSOE, camino de cumplir 40 años ininterrumpidos en el poder, y auguran un fraccionamiento inédito en la derecha: la fuga de votos, militantes y cargos electos del PP a Ciudadanos ha hecho saltar las alarmas en el Gobierno de Mariano Rajoy, que confiaba cerrar el paso a los de Albert Rivera en Andalucía tras el declive de su formación en las catalanas.

Esta es la atmósfera que se respira en un lluvioso 28-F: los populares andaluces, capitaneados por su presidente, Juanma Moreno habrían acudido al izado de bandera en el Parlamento como quien asiste a su entierro, de no ser por el sorprendente giro político que dieron por sorpresa hace 24 horas. El PP decidió sumarse al acuerdo sobre financiación pactado previamente por las tres fuerzas de izquierdas -PSOE, Podemos e IU-, dejando aislado a sus competidores por el electorado de derechas: Ciudadanos, única formación del Parlamento que no ha apoyado el frente común andaluz, la propuesta de financiación que Andalucía llevará al Consejo de Política Fiscal y Financiera. El consenso de prácticamente la totalidad del arco parlamentario, por encima de las siglas de partido -100 diputados de 109- es inédito en el actual panorama político, y reafirma la autoridad del Gobierno de Susana Díaz ante Rajoy y el resto de comunidades que pelearán por mejorar sus recursos.

“Tacticismo electoral”

El acuerdo andaluz de financiación, como en 2007 lo fue la reforma del Estatuto de Autonomía, se ha convertido hoy en una prolongación del Día de Andalucía. A veces incluso ha eclipsado la efeméride. También el presidente del Parlamento, el socialista Juan Pablo Durán, ha apelado directamente a los partidos -e indirectamente a Ciudadanos- instándoles a lograr el consenso en materia de financiación. Durán ha pronunciado un discurso que bordeó el margen de lo institucional y que incomodó a Ciudadanos, que ha quedado orillado del consenso alcanzado por el resto de formaciones políticas.

Su posición hoy estaba desdibujada, justo un día después de que las encuestas hayan encumbrado a los naranjas con las mejores expectativas electorales conocidas en años. Su portavoz, Juan Marín, ha acusado al PP de actuar como “una veleta” por “puro tacticismo electoral”, pero se notaba su disgusto. Los socios de legislatura del PSOE, los que han garantizado las estabilidad política de la Junta, han llegado al 28F aislados del debate territorial y del consenso político. Y no están acostumbrados. Su soledad parlamentaria la ha forzado el PP, que en el último minuto ha reescrito un guión que parecía anticipar un Parlamento dividido en dos bloques: los tres partidos de izquierdas, que han pactado juntos y en paralelo el acuerdo, y los dos conservadores, que iban a votar en contra.

El discurso institucional de Durán recoge y denuncia este escenario, aunque ahora su crítica pesa exclusivamente sobre la formación naranja. “El pueblo andaluz nos está exigiendo unidad y no perdonaría a quien la rompiera por lealtades equivocadas”, dice el presidente. Las palabras de Durán son más coincidentes que nunca con las de la jefa del Ejecutivo, Susana Díaz, que también ha acusado a sus socios de haberse salido del consenso andaluz por orden directa de Albert Rivera, que “antepone sus intereses electorales al de los andaluces” y “juega” a mantener la equidistancia entre el PP y el PSOE para capitalizar todo el voto de centro. La crítica que los socialistas lanzan ahora Ciudadanos es la misma con la que han azotado a los populares los últimos 36 años: ser más una sucursal de un partido de Madrid (o de Catalunya) que una formación comprometida con los problemas de los andaluces.

Todos los demás partidos han sabido capitalizar hoy el valor del consenso en materia de financiación, pero sobre todo la presidenta de la Junta, que ahora tiene más cerca la posibilidad de viajar a Madrid con un pacto de amplio alcance para negociar con Rajoy. Incluso el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha reconocido el valor del acuerdo alcanzado: “Es importante seguir la senda que ha marcado Susana Díaz. Hay consensos que deben estar por encima de las siglas de partido”, ha dicho el líder socialista, autoinvitado de honor a los fastos del 28-F.

Díaz ha ofrecido un discurso muy institucional, muy andaluz y con mucho autobombo desde el escenario del Teatro de la Maestranza, donde los premiados con la Medalla de Andalucía han recogido la mayor distinción que ofrece la Junta. Hace justo un año, tal día como hoy, su discurso tenía unas directrices muy diferentes, porque entonces estaba a las puertas de la batalla por el control orgánico del partido contra Pedro Sánchez. Ahora ella está replegada en su condición de presidenta andaluza, y él sigue su discurso desde la primera fila de la platea, tras recuperar con mucho esfuerzo el liderazgo del partido.

El secretario general del PSOE ha venido a Sevilla para exigir a Rajoy que adelante las elecciones si no aprueba los Presupuestos Generales de 2018 antes del verano. No es casual. Andalucía es el territorio más hostil con Sánchez, pero también es el que más votos le reporta al PSOE, la única región donde gobiernan con estabilidad gracias a un pacto con Ciudadanos, y donde las encuestas les otorgan una distancia holgada de 15 puntos sobre la segunda fuerza. El líder socialista no ha entrado en muchos detalles sobre el acuerdo de estabilidad impulsado por Díaz, pero a preguntas de los periodistas, lo ha defendido, aunque sin entrar en el contenido. Es difícil prever si las reclamaciones que Andalucía hace en ese documento sea compatible con las necesidades de otros territorios, aunque estén gobernados por el PSOE. Por ejemplo, Asturias y Aragón, que hace unos días sellaron un frente común con dos regiones gobernadas por el PP con las que comparten necesidades de financiación: Galicia y Castilla y León.

“Este acto no es una conmemoración para la nostalgia, sino para impulsar a nuestra tierra hacia el progreso”, ha dicho Díaz, con un discurso casi preelectoral. La presidenta de la Junta asegura, por activa y pasiva, que no adelantará las elecciones a octubre o noviembre, que mantendrá la fecha prevista de marzo de 2019. Pero Ciudadanos toma distancias y el PSOE y la Junta ya se comportan como si los comicios estuvieran a la vuelta de la esquina. El grueso del discurso de Díaz lo ha ocupado el acuerdo de financiación. “No podemos asistir al estrangulamiento del Estado de las autonomías por la vía de la infrafinanciación. El desarrollo autonómico no se entiende sin la aportación de Andalucía y del 28F”, ha dicho, lanzando un guiño a los primeros presidentes andaluces, Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla, en primera fila. “No vamos a retrotraernos a un modelo desigual”, ha aclarado.

Los Hijos Predilectos de Andalucía designados este años son el actor, director y productor teatral José Luis Gómez y el doctor Guillermo Antiñolo. También se han otorgado 14 Medallas de Andalucía, entre las que se distingue al humorista y cantaor de flamenco malagueño Chiquito de la Calzada a título póstumo. Hay cuatro instituciones galardonadas el dispositivo de prevención y extinción de incendios del Plan Infoca; la Unidad de Producción Celular del Hospital Virgen de las Nieves de Granada; la empresa cordobesa Iluminaciones Ximénez; y el grupo empresarial granadino Abades. Y un ramillete de premiados del ámbito de la cultura, el deporte, la ciencia, la educación, la empresa, la aeronáutica…

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