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Díaz integra al núcleo duro de Sánchez en Andalucía para el Congreso federal

Susanistas y sanchistas pactan una lista conjunta en las provincias. La presidenta andaluza encabeza la delegación de Sevilla, en la que mete a sus rivales pese a que no alcanzaron el 20%.

Susana Díaz y Pedro Sánchez, en Ferraz, tras conocer los resultados de las primarias. EFE/Javier Lizón

daniel cela

Susana Díaz ha vuelto a derrotar a los sanchistas en su terreno, para luego perdonarles la vida. La presidenta andaluza encabezará la lista de delegados del PSOE de Sevilla que acudirá al Congreso federal del próximo 16 y 17 de junio, y en la que finalmente han sido integrados 15 miembros de la corriente sanchista, entre ellos el núcleo duro de Pedro Sánchez en Andalucía: el histórico alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, y su director de campaña y estrategia, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Pese al ruido de sables de los últimos días, susanistas y sanchistas han acercado posturas en todas las provincias, pactando “por aclamación” los 255 delegados andaluces con un reparto similar al que ambos bandos obtuvieron en las primarias (70% susanistas y 30% de sanchistas y patxistas aproximadamente). La división interna hacía preveer dos listas enfrentadas de delegados, pero finalmente no ha sido así. Ahora todos los socialistas andaluces prevén votar al nuevo secretario general del PSOE y llegarán al cónclave federal unidos y en fase de armisticio, aunque todavía subyace una desconfianza y rencor mutuo en ambos equipos que viene de muy atrás.

El congreso provincial de Sevilla era el más complejo que iba a abordar este fin de semana, al tratarse de la agrupación más numerosa de España -unos 10.000 afiliados- y la que más delegados envía a Madrid: 56 de los 255 que acudirán de la federación andaluza del PSOE. Sevilla ha sido la prueba de fuego para calcular la voluntad de integración de Susana Díaz, derrotada por mucho en las primarias en el conjunto de España, pero virtual vencedora en su territorio, Andalucía, con el 63% de votos- y más aún en su casa, Sevilla, con el 69% de apoyos de la militancia.

En la fase previa al congresillo, las votaciones de los afiliados en las asambleas y agrupaciones locales que tuvieron lugar el 24 y 25 de mayo, los sanchistas sevillanos no lograron revalidar el resultado que habían obtenido en las primarias del pasado domingo. Se quedaron por debajo del 20% mínimo que fijan los estatutos del PSOE para poder presentar una lista propia al congreso, de modo que la única y última opción del núcleo duro de Sánchez en Andalucía para llegar al Congreso federal del PSOE quedó a expensas de la voluntad de Susana Díaz.

La presidenta no tenía obligación estatutaria de integrar a los sanchistas, pero finalmente lo ha hecho “por sentido común y generosidad”. Sevilla envía una lista integrada al cónclave socialista, pero no porque se haya pactado previamente en un despacho, como pedían los sanchistas. Díaz ha dejado votar libremente a las agrupaciones andaluzas para visibilizar que el resultado de las primarias no es extrapolable, que ella tiene más fuerza dentro que fuera y que “los sanchistas sin Sánchez son menos fuertes, sobre todo en esta federación”.

Las primarias del PSOE en Andalucía han evidenciado el avance del sector crítico con la ejecutiva de Susana Díaz, contestada ahora por el 36% de la militancia (sin contar con el 18% de afiliados que se abstuvo el domingo). Ese antisusanismo -ahora parapetado tras Pedro Sánchez- es una amenaza mayor en cuatro provincias donde han superado el 30% de apoyos, algo inimaginable hace una semana para la ejecutiva regional: En Cádiz, una provincia que siempre ha sido rebelde con el aparato, los críticos coparon el 39% de votos; en Almería, el 36,5%; en Granada, el 35,4%; en Málaga, el 34,6% y en menor medida Huelva, con el 29,9%.

Con estos datos en la mano, Toscano y Gómez de Celis intentaron que Díaz se sentase a negociar con ellos una lista integrada por ambos bandos en cada provincia. Otros barones territoriales, más debilitados en sus comunidades, accedieron a pactar, saltándose el proceso de votación de las agrupaciones locales. La andaluza no lo hizo. No lo necesitaba. Díaz apostaba por integrar y enterrar el hacha de guerra -“Se acabó el susanismo”, dijo el miércoles-, pero no iba a aceptar ofrecer a sus rivales una imagen de rendición, “porque en Andalucía no he perdido”. “He ganado con el 65% de votos, y con ese margen se reforman Constituciones”, avisó.

La integración ha sido negociada y pactada en todas las provincias, incluso en aquellas donde los críticos eran más fuertes y había más opciones de presentar dos listas enfrentadas: en Cádiz (17, delegados susanistas; 9 sanchistas y un patxista); en Málaga se ha pactado una lista única incluso un día antes del congreso, que se celebra este domingo (23 susanistas, 12 críticos); en Almería (15 susanistas, 10 sanchistas y uno de Patxi López); en Granada se ha pactado la lista con integración de sanchistas como el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez, o el secretario local, José María Rueda; en Huelva hay 17 susanistas y solo una sanchista, María Luisa Faneca, la única andaluza que se quedó en la ejecutiva del madrileño tras la dimisión del 50% (los críticos reclamaban 5 delegados, equivalente al 29% de votos que lograron en las primarias, pero en las agrupaciones locales no llegaron al mínimo del 20% para pelear una lista propia).

En Jaén se ha pactado por asentimiento, aunque la diferencia también es abismal (29 susanistas; 5 sanchistas) y en Sevilla (41 susanistas, 15 sanchistas).

En Córdoba la elección de delegados al 39 Congreso Federal ha concluido con acuerdo respecto a una única lista de integración, compuesta por 18 'susanistas' y cuatro 'sanchistas', que ha sido aprobada por aclamación, encabezada por el líder del PSOE provincial, Juan Pablo Durán, y en la que también va la exministra Carmen Calvo, afín al vencedor de las primarias a la Secretaría General del PSOE, Pedro Sánchez.

La proporción de delegados obtenidos en toda Andalucía ha sido del 70% susanista y el 30% sanchista, una proyección aproximada del resultado de las primarias, teniendo en cuenta que los seguidores de Patxi López (en torno al 5%) se han diluido en el equipo de Díaz. En las cuatro provincias con más peso crítico hubo posibilidad real de dos listas, porque los sanchistas superaron la cota mínima del 20%, sin embargo la dirección provincial negoció con ellos una lista única, integrando a delegados de ambas familias.

Susanistas y sanchistas andaluces acuden al Congreso federal del PSOE de la mano, pero en ambos bandos prevalece la susceptibilidad hacia el otro, y genera un impasse propio de la guerra fría. Francisco Toscano y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis son las caras visibles del sector más crítico a Susana Díaz en Andalucía, y han jugado un papel fundamental en la victoria de Pedro Sánchez, tanto dentro como fuera de la comunidad. Fue el alcalde de Dos Hermanas quien preparó el regreso del madrileño y la presentación de su candidatura a las primarias en su propio municipio, y más tarde fue Gómez de Celis quien pilotó su estrategia de campaña centrada, sobre todo, en ganar terreno a Díaz en su propio fuero.

Tras la victoria de Sánchez, ambos reclamaron legitimidad para tratar de tú a tú a la ejecutiva del PSOE andaluz, intentando pactar listas conjuntas de delegados al Congreso federal. Pero la dirección de Díaz les ha frenado los pies. No reconoce autoridad alguna en ninguno de ellos “hasta que Sánchez les otorgue algún puesto orgánico en la dirección federal”. Si eso ocurre, entonces el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, abordará cualquier asunto con ellos en el marco de la bilateralidad dentro del partido, “pero nunca antes”.

Esta guerra no ha nacido hace dos días ni hace ocho meses, es de las pocas crisis del PSOE que no deviene del convulso comité federal del 1 de octubre en el que Sánchez se vio forzado a dimitir. La rivalidad entre Susana Díaz y Gómez de Celis y Toscano lleva latente 20 años: ella ha estado por encima en los últimos años, y ahora se ha abierto una grieta de fragilidad tras las primarias que ofrece una oportunidad a sus adversarios para restarle poder.

Los socialistas han elegido este fin de semana a los 1.035 delegados que participarán en el 39º Congreso Federal que el PSOE celebrará en Madrid del 16 al 18 de junio. En la mayoría de las provincias ha pactado un reparto proporcional al resultado obtenido en las primarias por cada una de las tres candidaturas.

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