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Elecciones generales 2019 Unidas Podemos pide a la Junta Electoral ampliar el plazo para el voto rogado

La coalición solicita que los consulados y oficinas habilitados para el depósito del voto en urna abran el sábado 27 y el domingo 28 de abril y que las Juntas consideren como válidos los votos remitidos hasta el mismo día de la elección.

Trabajadores de Correos gestionando las peticiones de voto por correo en unas elecciones generales / EFE

Las elecciones generales que se celebrarán en abril van camino de convertirse en otra demostración del calvario que sufren los ciudadanos españoles residentes en el exterior cada vez que quieren participar en unos comicios. El sistema del voto rogado complicará el derecho de sufragio a más de dos millones de personas que se encuentran fuera del territorio.

En este contexto, Unidas Podemos ha pedido formalmente a la Junta Electoral Central que amplíe los plazos de emisión y recepción del voto de españoles residentes en el exterior con el fin de rescatar algunos de los votos del Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).

En el escrito remitido por la coalición, al que ha tenido acceso Público, se hace una doble petición de ampliación de los plazos. Por un lado, se solicita que "los consulados y Oficinas Consulares habilitadas para el depósito de voto en urna vuelvan a abrir el sábado 27 y domingo 28 de abril de 2019 a efectos de recibir tanto los votos por correo remitidos hasta ese momento, como aquellos que puedan presentar los electores dentro de ese plazo".

Los electores en el exterior tienen hasta el 26 de abril para emitir su voto, pero el ajustado calendario hace que, en muchas ocasiones, ese voto no acabe llegando a las urnas de los colegios electorales desplegados el día de los comicios. "Una vez finalizado el plazo", prosigue el escrito, "deberán enviar por los medios disponibles los sobres de votación a fin de que lleguen para ser escrutados".

Desde Unidas Podemos también piden que "las Juntas Electorales Provinciales consideren como válidos todos los votos contenidos en sobres en los que conste que fueron remitidos hasta el mismo día de la elección, esto es, hasta el domingo 28 de abril de 2019, siempre que lleguen a tiempo de ser escrutados".

El escrito está rubricado por el candidato de Podemos al Congreso por Madrid Pablo Manuel Fernández y por el secretario de Organización de Izquierda Unida, Ismael González. En su petición, la coalición propone que "se elabore un seguimiento por parte de la Junta Electoral Central de todas las valijas diplomáticas con los votos CERA enviadas desde los consulados, alertando en caso de que alguna no llegue al Ministerio de Asuntos Exteriores el día anterior del escrutinio general, dando un margen para la rectificación y la toma de medidas de urgencia, para evitar que papeletas enviadas dentro de los plazos previstos no sean contabilizadas en el escrutinio general".

Desde su introducción en la ley electoral, se ha producido una paradoja que cobra más fuerza cada vez que hay elecciones. A medida que el censo electoral de residentes ausentes (CERA) se incrementa cada año (ha pasado de menos de millón y medio en 2008 a más de dos millones de personas censadas en enero de 2019, el último dato conocido), la participación de las personas residentes en el exterior se ha desplomado.

El último año que se celebraron unas elecciones generales sin la fórmula del voto rogado fue, precisamente, en 2008, comicios en los que se escrutaron votos de casi el 32% del censo de residentes ausentes. En el año en que se inauguró la fórmula, esta participación cayó al 4,95%, un porcentaje que volvería a bajar (hasta el 4,73%) en 2015.

Durante las últimas elecciones generales, en junio de 2016, el CERA arrojaba una cifra de más de 1.900.000 personas expatriadas. En aquella ocasión votó el 6,3% del censo, es decir, unas 120.000 personas. Si a los últimos comicios a nivel estatal hubiera concurrido un porcentaje similar al de 2008, antes de la implantación del voto rogado, se habrían escrutado más de 600.000 votos, por lo que, si se compara el censo de 2016 con el porcentaje de votantes que se daba antes de la reforma, el voto rogado dejó en el camino casi 500.000 votos en las últimas elecciones generales.

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