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Fernández Díaz intenta salvar a Rajoy de la quema: reconoce que le ocultó la cita con Rato

El ministro justifica el encuentro con su amigo por razones de seguridad personal y por la “proporcionalidad” que concurren en el ex director gerente del FMI y ex vicepresidente del Gobierno, mientras que toda la oposición coincide de forma unánime en pedir su dimisión por considerar el encuentro “bochornoso” y “falto de toda ética”.

El titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, durante su comparecencia hoy viernes en el Congreso para explicar la reunión que mantuvo con el exvicepresidente Rodrigo Rato. EFE/Fernando Alvarado

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ocultó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el encuentro que mantuvo con Rodrigo Rato, imputado en varios procesos judiciales, en su despacho oficial en la sede del departamento el pasado día 29 de julio, según ha reconocido el propio ministro en su comparecencia de este viernes ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados para dar explicaciones de esa reunión tras una gran presión política y mediática.

Rato piscina

“Yo hablé con el presidente del Gobierno por primera vez sobre este asunto el día 8 [de agosto] cuando salió publicado. Y lo hice porque le llamé yo, no porque él me llamase para pedirme explicaciones; lo hice porque creía que debía decirle lo que había pasado”, ha dicho Fernández Díaz en su segunda intervención en la que ha contestado a los diversos portavoces de los grupos de la oposición. Tanto el socialista Antonio Trevín como la representante de UPyD, Rosa Díez, le preguntaron explícitamente sobre si el presidente Rajoy tuvo conocimiento previo del encuentro entre ambos.

El pasado martes, en una breve comparecencia ante la prensa desde su lugar de vacaciones veraniegas, el propio jefe del Ejecutivo no quiso responder a una pregunta sobre este aspecto concreto, remitiéndose a la comparecencia que ha celebrado este viernes por la mañana el titular del departamento del Interior. Pues bien, Fernández Díaz ha despejado una de las principales incógnitas de este espinoso y delicado asunto: su jefe en el Gobierno y en el partido no sabía nada de nada.

Respecto a las explicaciones sobre este encuentro, el ministro lo ha centrado en el ámbito de la seguridad personal de Rato. “Parece mentira que alguien pueda considerar que es posible interferir en las actuaciones judiciales que afecten al señor Rato. Quien piense eso se equivoca. Hagan castillos de arena en la playa pero no trasladen sus fantasías a la opinión pública”, ha exclamado el ministro del Interior en su primera intervención durante la comparecencia ante la comisión parlamentaria.

Fernández Díaz ha sostenido en su discurso, forzado por una gran presión mediática y política tras conocerse públicamente el encuentro, que el propósito de la reunión fue atender “una petición del señor Rato, preocupado por su seguridad personal y la de su entorno”. “Es mi obligación atender esa petición; yo no soy responsable de la situación judicial del señor Rato, pero sí de su seguridad personal y de su entorno”, ha explicado una y otra vez. Ayer mismo se ha podido ver a Rato pasando unos días en Asturias y disfrutando de la piscina [en la foto de Cadena Ser Gijón, arriba a la izquierda] y de paseos en una Vespa, muy alejado de las tensiones del Cogreso.

"Proporcionalidad" con un exvicepresidente

El titular del departamento del Interior ha insistido en que adoptó la decisión de recibir personalmente a Rato por una cuestión de “proporcionalidad”, atendiendo a su condición de exdirector gerente del FMI y exvicepresidente del Gobierno durante ocho años. “Le expliqué los criterios que se tienen para establecer los servicios de escoltas, que siempre responden a razones de seguridad y de los entornos y circunstancias de cada caso, no a razones de notoriedad o buena fama de las personas”. 

"Yo no soy responsable de la situación judicial del señor Rato, pero sí de su seguridad personal y de su entorno”

En todo momento ha sostenido que en ningún instante habló con Rato, durante el tiempo que duró la entrevista –poco menos de una hora -, de las circunstancias judiciales que afectan a Rodrigo Rato, imputado en varios procesos judiciales de presuntos delitos de estafa, malversación de caudales y contra la hacienda pública, entre otros. Esa insistencia contradice la versión ofrecida por el propio Rato a los medios de comunicación en los que ha asegurado que “se habló de todo, también de lo que me ocurre”.

El ministro incluso ha sacado pecho al afirmar que la reunión se produjo “con luz y taquígrafos” por el hecho de que Rato entró en la sede del ministerio en plena mañana de un día laborable –la reunión fue a las 12 del mediodía–, pasando por los registros habituales de las visitas. “No había nada que ocultar, por eso consideré oportuno recibirle en el despacho oficial". Por eso hubo “total transparencia”, según su propia expresión, que se reflejó en la nota oficial que hizo pública su departamento el pasado lunes.

El ex vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato. (EFE)

El ex vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato. EFE


Fernández Díaz no ha salido de ese circunloquio, sin entrar en concreciones, salvo asegurar que el encuentro se celebró a petición de Rato. Para justificar la preocupación que le trasladó Rato sobre su seguridad personal y su entorno familiar esgrimió la existencia de “más de 400 tuits” amenazantes de todo tipo. Y ofreció otro dato para explicar la reunión con el ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar: “Durante esta legislatura ha habido decenas, decenas y decenas de personas públicas y privadas que han sido atendidas en la sede del ministerio por razones de seguridad, algunas por mí mismo y otras por mis más estrechos colaboradores”.

En ningún momento de su intervención inicial ha pedido disculpas o hecho autocrítica por mantener el encuentro con una persona inmersa en varios procesos judiciales y que está siendo investigado por miembros de fuerzas de seguridad bajo su mando; es más, ha descartado que pudiesen existir dudas sobre el carácter ético o estético de la situación objeto de debate. “No tenía nada que ocultar. Se celebró la reunión porque entendí que era mi obligación en el ejercicio de mi deber de atender una petición sobre la seguridad personal. Era absolutamente legal y no merecía ningún tipo de reproche”, ha sostenido con énfasis.

"Tomadura de pelo"

Desde la oposición ha habido una opinión coincidente: pedir su dimisión. “Si esto fuese Europa políticamente usted habría dimitido ya. Porque, ¿en estos momentos se le puede creer, señor ministro?, usted ha decepcionado a los ciudadanos”, ha esgrimido el portavoz del grupo del PNV, Aitor Esteban en el turno de la oposición. No ha sido el único. Desde el portavoz socialista, Antonio Trevín, hasta la representante de UPyD, Rosa Díez, todo el arco parlamentario ha planteado el abandono de su responsabilidad en el Gobierno tras conocerse su reunión con Rato.

Las explicaciones facilitadas por el ministro Fernández Díaz han enfadado más, si cabe, a los diversos portavoces. El representante socialista ha sido el más acerado. “¿Rato estaba preocupado por su seguridad cuando se ha estado paseando con su vespa por Gijón con toda normalidad? ¿Ésa es su preocupación? Es de tomadura de pelo. ¿Desde cuándo los problemas de seguridad personales los resuelve el ministro? ¿Por qué no recibe el ministro a los preferentistas estafados por el señor Rato en Bankia?

“Con intervenciones como las que se han escuchado [en la oposición], no se contribuye a la confianza de los ciudadanos en el noble ejercicio de la actividad política”

Esas preguntas para contradecir la intervención del ministro las ha completado el diputado socialista con una batería de interrogantes –hasta 16- para que las respondiese Fernández Díaz. Entre ellas, si el encuentro se había producido a instancias o con el conocimiento del presidente del Gobierno. “Debe dimitir, señor ministro, porque el espectáculo que ha ofrecido a los españoles es bochornoso y patético. La milonga que nos ha contado ya sería suficiente para reclamar su dimisión”, ha dicho el portavoz del grupo La Izquierda Plural, Ricardo Sixto. En similares términos se ha expresado Rosa Díez; incluso el representante de CDC, Feliu-Joan Guillaumes: “Dimita por respeto a la gente”, le ha espetado al ministro.

En su respuesta a los argumentos críticos de la oposición Fernández Díaz ha estado beligerante. De entrada ha reñido a todos los portavoces por el tono de sus argumentos. “Con intervenciones como las que se han escuchado no se contribuye a la confianza de los ciudadanos en el noble ejercicio de la actividad política”, afirmó sin pestañear. Es decir, a su juicio quien deteriora la imagen del ejercicio de la política es la oposición parlamentaria cuando pretende controlar al Ejecutivo, no las presuntas actuaciones irregulares cometidas por miembros del Gobierno.

"Con el Gobierno, al parecer, no hay margen para la humanidad"

Tras explicar, cual profesor de una asignatura sobre procedimientos administrativos, los distintos aspectos de la agenda de un ministro –actos públicos, reservados, agenda pública y no pública, etc. -, Fernández Díaz ha recriminado a los portavoces de la oposición con el argumento de que “a ustedes no les interesa la verdad ya que han venido con el discurso preparado. Con el Gobierno, al parecer, no hay margen para la humanidad”, ha dicho.

En las réplicas, los distintos portavoces de la oposición han criticado la actitud displicente del ministro. Díez ha anunciado que su grupo pedirá al juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional que investiga el caso Bankia la celebración de un careo entre el ministro y Rato “para conocer la verdad judicial tras las contradicciones de las dos versiones. La verdad política ya ha quedado manifestada aquí”.

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