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Las razones del "no" de los Comuns a los presupuestos catalanes, más allá del Hard Rock

La decisión, que ha desencadenado el avance electoral en Catalunya, se explica en parte por el distanciamiento de la formación respecto al PSC, pero está por ver si refuerza sus perspectivas en las urnas.

La líder de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, durante el pleno del debate a la totalidad de Presupuestos 2024 en el Parlament, a 13 de marzo de 2024.
La líder de los Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, durante el pleno del debate a la totalidad de Presupuestos en el Parlament, a 13 de marzo de 2024. David Zorrakino / Europa Press

La inflexibilidad de En Comú Podem con el tema del Hard Rock que ha acabado tumbando los presupuestos autonómicos y desencadenando el avance de las elecciones catalanas ha generado sorpresa. La negociación estrictamente presupuestaria había avanzado razonablemente bien, según aseguran desde el Govern y admiten algunas fuentes de los Comuns aunque oficialmente no se han querido pronunciar.

El veto al macroproyecto de ocio y casino del Hard Rock ha sido la punta de lanza exigiendo a Aragonès que garantice que no se materializará un complejo que ya está en tramitación administrativa. En este contexto cabe preguntarse qué ha llevado a los Comuns a mantener esta posición de máximos hasta tumbar los presupuestos acordados por dos partidos como ERC y el PSC  con los que acostumbra a gobernar y a defender una alianza de izquierdas. Una de las dudas es si el gesto puede acabar perjudicando electoralmente al partido.

"El debate va más allá de unos presupuestos", aseguran los Comuns

Fuentes del más alto nivel de la dirección de los Comuns justifican la posición asegurando que "el debate va mucho más allá de unos presupuestos". Esta misma fuente argumenta la necesidad de "articular un proyecto claro de país de consenso entre las izquierdas que permita avanzar en políticas de progreso y sostenibilidad económica y medioambiental. Y los proyectos que impone el PSC y compra ERC acríticamente son caducos y van justo en la dirección contraria. Para nosotros son inasumibles y el Hard Rock es solo un exponente de esta regresión".

Desde los Comuns reprochan al PSC que se haya "escorado a la derecha" con el intento de acaparar el voto que ha dejado libre la caída en picado de Ciudadanos y cierto hueco electoral de "voto de orden" que la antigua CiU dejó huérfano con el paso al independentismo. Y a ERC que "primero estuviera siempre compitiendo con Junts en independentismo y ahora lo haga con el PSC en pragmatismo".

"Nos quieren reducir al papel de la antigua ICV"

Tampoco parece ajeno a la posición de En Comú Podem la voluntad de distanciarse del PSC y ERC en la recta final de la legislatura, preparando la pugna electoral, dada la frontera de voto que mantienen los tres partidos.

Aunque desde la dirección de los Comuns desvinculan esta cuestión de la dura posición en la negociación de los presupuestos, ya hace algunos meses que esta cuestión flota en la estrategia del espacio que lidera Ada Colau, tal y como avanzó Público. 

Por otra parte, el enquistamiento de la negociación entre Barcelona en Comú y el PSC para la incorporación de los comuns al gobierno municipal de Barcelona tampoco se puede desvincular del endurecimiento de la posición del partido de Jéssica Albiach y Ada Colau no solo con los presupuestos de la Generalitat, sino con la relación en general respecto a los socialistas catalanes.

La reticencia del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, a incorporar a Barcelona en Comú al gobierno municipal con Ada Colau al frente ha levantado ampollas. Y también genera reproche para Esquerra por mostrarse indiferentes, cuando no reacios, a la posibilidad de un tripartito en Barcelona. Entre la militancia de los comuns ha cundido la sensación de un cierto "ninguneo" por parte de los socialistas, explican algunos afiliados.

El problema de fondo no sería solo la incorporación al mando de la capital catalana sino el rechazo de lleno de Collboni de ceder a los comuns áreas sensibles y de gran importancia como pueden ser las económicas o vivienda. "Nos quieren reducir al papel de la antigua Iniciativa, y eso no lo vamos a permitir", asegura una militante destacada de los comuns.

Los riesgos del "no"

Con todo este mar de fondo, la legislatura catalana se ha agotado y la del Estado se ha complicado justo en el inicio a causa de unos presupuestos de la Generalitat que dejarán muchos recursos en el cajón, impidiendo mejoras en sectores claves como la lucha contra la sequía, el profesorado y el sistema sanitario.

Y el terremoto político se ha desencadenado por donde menos esperable era, no por el siempre inestable frente independentista con fricciones constantes entre ERC, Junts y la CUP, sino en el triángulo de las izquierdas que aunque a regañadientes han ido recomponiendo ERC, PSC y En Comú Podem. Y con el Hard Rock como ariete, un proyecto que nadie sabe a ciencia cierta si finalmente los promotores materializaran o no y que en cualquier caso va para largo.

Los Comuns han roto el techo electoral de la antigua ICV en las municipales y las generales, pero no en el Parlament

Habrá qué ver si la dura posición negociadora mejora las perspectivas electorales de los comuns en Catalunya o el partido sigue por debajo de los 10 diputados. De hecho, con la articulación del proyecto político la formación logró superar claramente el techo electoral de la antigua ICV a nivel municipal -fundamentalmente gracias al triunfo en Barcelona en 2015 y a mantener la alcaldía en 2019- y en las generales -triunfos en 2015 y 2016 y unos significativos 7 diputados el Congreso en 2019 y en 2023-, pero no en el Parlament. Actualmente la formación cuenta con 8 escaños, los mismos que en 2017, cuando la antigua ICV-EUiA logró, por ejemplo, 13 en 2012.

Algunos expertos consideran que el déficit ha sido la incapacidad para articular un proyecto nacional catalán propio, en parte por centrar los esfuerzos del partido en gobernar Barcelona. Y ahora mismo uno de los riesgos es que una porción significativa del electorado de la formación esté molesta con el "no" a unos presupuestos expansivos y que aumentaban la inversión social en áreas como la vivienda, la sanidad o la educación. Los sindicatos CCOO y UGT -los más importantes en Catalunya- habían defendido el "sí" a las cuentas. Si por este flanco el partido pierde votos, su enroque podría acabar convirtiéndose en un tiro en el pie.

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