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Rivera no da ni un paso atrás con la violencia de género, y sólo promete pedir perdón por errores de gobierno

El líder de Ciudadanos insiste en igualar las penas de los maltratadores a las de violencia doméstica. Anuncia que comerá en Bruselas con los siete primeros ministros del grupo liberal europeo para vender su posición internacional. "Algo bueno habremos hecho".

El candidato de Ciudadanos a la presidencia del Gobierno, Albert Rivera, durante su intervención en un desayuno informativo del Fórum Europa, en el que ha sido presentado por el coordinador del programa económico de la formación, Luis Garicano. EFE/Javier Lizón

MADRID.- "Si gobernamos, nos equivocaremos, seguro. Y si hay que pedir perdón, se pedirá. Daremos la cara". Así de "humilde" se ha presentado este viernes Albert Rivera en un desayuno organizado por el foro de Nueva Economía en Madrid. Sin embargo, el presidente de Ciudadanos se ha negado a recular con respecto a su polémica propuesta de equiparar la violencia de género a la doméstica y las penas para hombres y mujeres maltratadores, aunque el número de mujeres implicadas en estos delitos sea infinitamente menor.

Es más, incluso incidió en su postura y hasta culpó entre líneas a los medios de haber malinterpretado esa parte del programa que, reconoció, está "mal redactada". Se refería el líder de Ciudadanos a la primera lectura que se hizo respecto a su apuesta de eliminar "la asimetría por cuestión de sexo" incluida en la ley contra la violencia machista. "No planteamos bajar el agravante en las penas a los maltratadores", repitió. "Sólo igualarlas", añadió. Pero no es consciente de la diferenciación, reconocida por el Tribunal Constitucional, entre hombres y mujeres, por el componente machista que impera cuando son ellos los violentos.

El líder de C's:"El rey ha hecho más por Catalunya que el Gobierno de Rajoy"

Por ello, tampoco ha dado marcha atrás y ha vuelto a defender su idea de castigar por igual el maltrato en la pareja que cualquier otro producido en el seno familiar, como el de una madre a un hijo. "Queremos que otros tipos de violencia también tengan ese agravante", se reafirmó en su postura. Y hasta se quejó de otros partidos quieran "jugar con este tema" en campaña electoral. "Yo no pretendo competir con los demás, no me voy a apoderar de ninguna víctima ni del terrorismo ni de la violencia de género", mitineó, volviendo a proponer un Pacto de Estado que a todas luces parece imposible de consensuar si él mantiene esa postura.

Aun así, pese a la polémica, Rivera siguió adelante con su programa de campaña y, además de vender sus medidas (contrato único, complemento salarial, pacto por la Educación, etc), resaltó también su "buen" posicionamiento internacional. "Algo bueno habremos hecho para que haya siete primeros ministros europeos que quieren comer con nosotros para que les contemos cómo están las cosas en España", presumió, anunciando el encuentro previsto para el próximo jueves en Bruselas con los líderes del grupo Alde (Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa), de Bélgica, Finlandia, Dinamarca, Países Bajos, Estonia, Eslovenia y Luxemburgo.

"Somos el grupo, dentro del grupo de los liberales y demócratas europeos, con más intención de voto de la UE", continuó Rivera. "El centro ya gobierna en siete países de Europa, ¿por qué no ser nosotros el octavo?", se preguntó, apostando de nuevo por su "nuevo proyecto común para España" que incluya también a Catalunya.

"Lo que pasa en Catalunya se soluciona reformando España y no viendo Ocho apellidos vascos", sentenció para arremeter contra Pablo Iglesias, que últimamente insiste en que hay que ver esta película porque en ella se habla español, gallego, catalán y euskera.

Aunque, en su estrategia de intentar alcanzar al PP en las encuestas, la peor crítica se la llevó Mariano Rajoy: "El rey ha hecho más por Catalunya que el Gobierno", espetó al presidente del Gobierno. A su juicio, los “gestos y las cuestiones de actitud y de empatía", habituales en la forma de proceder de Felipe VI, "juegan mucho en el papel político, sobre todo cuando algunos pretenden jugar con los sentimientos”.  Frente a la criticada gestión del PP, y el auge del soberanismo, Rivera se señala a sí mismo como solución, y se vende como el futuro "primer presidente catalán": "Yo quiero un  Gobierno que represente la España diversa, empezando por mí, que soy catalán", concluyó.

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