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La salida de Ábalos complica más la legislatura a Sánchez en el Congreso con una mayoría todavía más frágil

El bloque que capitanean PSOE y Sumar se achica de nuevo, mientras que en el Grupo Mixto reciben al exministro socialista con una mezcla de deportividad y escepticismo.

Ábalos
Jose Luis Ábalos, minutos después de anunciar su paso al Grupo Mixto. Zipi Aragón / EFE

O la vía Junts per Catalunya, o la vía Ábalos-Podemos-Coalición Canaria. La salida del exministro socialista de Transportes y de Fomento al Grupo Mixto tras su expulsión del Grupo Parlamentario Socialista ajusta la aritmética parlamentaria un poco más en la Cámara Baja. Habrá que ver el ánimo con el que José Luis Ábalos encara la nueva etapa, pero está claro que el Gobierno tendrá que tenerlo en cuenta para sacar adelante muchas votaciones en el Congreso.

Los números están así: 171 diputados contrarios (Partido Popular, Vox y Unión del Pueblo Navarro), salvo monumental sorpresa, a la práctica totalidad de las iniciativas que trate de sacar adelante el Ejecutivo y 166 escaños atados, también, salvo excepciones, por parte del Partido Socialista y Sumar. Son los 120 —ya sin Ábalos— del PSOE, los 27 de Sumar, los siete de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), los seis de EH Bildu, los cinco del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el del Bloque Nacionalista Galego (BNG).

No cambia que los siete escaños de Junts per Catalunya, que recuerda constantemente que no pertenece "a ningún bloque de la política española", siguen siendo igual de necesarios que antes para que el Gobierno logre mayorías absolutas, pero la salida de Ábalos al Mixto aprieta las votaciones que se decidan por mayoría simple.

En otras palabras, para las votaciones que tengan como objeto la aprobación de una ley orgánica, como puede ser, por ejemplo, la ley de amnistía, el Gobierno seguirá necesitando el apoyo tanto de Junts, como de Podemos para alcanzar los 176 escaños necesarios. Sí se abren escenarios nuevos, en cambio, en las votaciones para aprobar decretos-leyes, en la toma en consideración de iniciativas legislativas o en la aprobación de enmiendas.

Ahí, los 13 escaños que, en principio, el Ejecutivo no tiene atados cobran una relevancia superlativa. Para superar los 171 votos de PP, Vox y UPN; Sánchez necesitará o bien los siete de Junts (166 más siete, 173), o bien los cuatro de Podemos, el de Coalición Canaria y el de José Luis Ábalos (172 en total), contando con una eventual abstención de los de Carles Puigdemont. Sin el de Ábalos o sin el de Cristina Valido, existiría un empate técnico a 171. El Reglamento del Congreso prevé, en su artículo 88, que, en ese caso, "se entenderá desechado el dictamen, artículo, enmienda, voto particular o proposición de que se trate".

Por tanto, el voto de Ábalos en sintonía con el Gobierno es crucial. Las fuentes parlamentarias consultadas, de todas formas, no creen que el exministro socialista vaya a votar, desde el Grupo Mixto, al lado del PP y en contra del PSOE. Tampoco en Ferraz contemplan esa opción. "Va a votar con el Grupo parlamentario socialista todo", deslizan en conversación con Público. En cualquier caso, al menos una vez se haya resuelto la suspensión de militancia de Ábalos, el diputado no estará sujeto a ningún tipo de disciplina de voto.

Aterrizaje en el Grupo Mixto

Como ya ocurrió con el paso de Podemos al Grupo Mixto tras su ruptura con Sumar en diciembre de 2023, la llegada de Ábalos supone, aunque en menor medida, un movimiento de tierras. Algunas voces del Mixto encajan su llegada con "deportividad" y otras con escepticismo. "Habrá que esperar y ver con qué ánimo llega", apunta una de ellas. A nivel económico, el Grupo Mixto percibirá 1.746,16 euros más al mes. El Régimen económico y ayudas de los miembros de la Cámara prevé esa dotación económica por cada diputado que tiene un grupo. Además, seguirá cobrando los 30.346,72 euros mensuales como el resto.

Ya cuando se efectuó el cambio de grupo de Podemos, los miembros del Mixto —BNG, Coalición Canaria y la formación morada recién llegada— tuvieron que reunirse para redistribuir la presencia en comisiones, en la Diputación Permanente, cuya portavocía, tal y como adelantó Público, terminó en manos de Ione Belarra, como los distintos tiempos de intervención en pleno de los que disfruta cada partido. Esto último, según pudo saber este medio, se va hablando en función del orden del día de las sesiones plenarias y los distintos intereses temáticos de cada formación.

El aterrizaje de Ábalos precisará de una nueva redistribución de espacios de trabajo y presencia en los órganos del Congreso.

Con todo, en ocho meses, el Gobierno ha perdido, con el del exministro, cinco apoyos 'atados'. Primero, los cuatro de Podemos. Ahora, el de Ábalos. El PSOE tiene plena confianza en que su salida del grupo parlamentario no supondrá un problema, pero tendrá que asegurar su fidelidad votación tras votación en un momento en el que las relaciones entre el diputado y la formación, a juzgar de las palabras del propio Ábalos en rueda de prensa, están prácticamente rotas.

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