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El PP vota al sucesor de Rajoy Santamaría se jacta de ser la más votada por las bases: "Si no, estaría en tu lista, Pablo"

La aspirante a suceder a Mariano Rajoy centra su discurso en el XIX Congreso del PP en los más de 1.500 votos que sacó a Pablo Casado en la primera vuelta, cuando votaron los afiliados, e insiste en presentarse más como candidata a La Moncloa que como aspirante a la Presidencia de su partido: "Los militantes me han elegido para ganarle a Sánchez, al populismo y a los que quieren romper España".  Se envuelve también en la bandera del PP, y entra en cuestiones que no tocó en campaña.

La candidata a la Presidencia del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, durante su intervención hoy en el XIX Congreso del partido

El voto de los afiliados es la viga maestra de su discurso, y el traje de exvicepresidenta del Gobierno una de sus principales armas. Soraya Sáenz de Santamaría se ha reivindicado este sábado como la aspirante a liderar el PP más votada por los afiliados, y por tanto como "la candidata de los militantes".

"Los afiliados han hablado. Tenéis la posibilidad de enmendarlo, pero creo que he dado algunas razones para no hacerlo"

"Los afiliados han hablado", afirmaba Santamaría, recordando que en la primera vuelta se impuso por más de 1.500 votos frente a su único rival hoy, Pablo Casado. "Tenéis la posibilidad de enmendarlo [el voto de los militantes], pero creo que he dado algunas razones para no enmendarlo", apuntaba, al cierre de su intervención, en la que en varias ocasiones ha tenido que leer sus notas, y en la que ha empleado un tono más pausado que su rival. También ha cosechado menos aplausos.

De hecho, este resultado le servía también para lanzar un dardo a Casado, al que lleva dos semanas pidiendo que se integre en su candidatura. "Si los afiliados no me hubieran dado el respaldo mayoritario yo no estaría en esta tribuna". "Estaría en tu lista, Pablo si me lo hubieras pedido", afirmaba, cosechando un aplauso de sus partidarios en el plenario del hotel Auditorium de Madrid.

"Los militantes me han elegido para ganarle a Pedro Sánchez, al populismo y a los que quieren romper España"

El otro dardo para Casado tenía que ver con el giro a la derecha que éste defiende: "No quiero que mi partido se parezca a otra cosa, ni ser otra cosa que la que soy. Soy Soraya, la del PP, y mi partido es el PP", esgrimía.

Casi al final de su discurso, en torno a las 10.30 horas, Santamaría volvía a vender su voluntad de integrar al equipo de Casado, y asumía que, quizás, la responsabilidad de no haber logrado una candidatura conjunta era propia. Y esto le granjeaba una sonora ovación. "¡Unidad, unidad!", coreaban los suyos.

A apenas un par de horas de que 3.082 compromisarios decidan quién ostentará desde hoy la Presidencia del Partido Popular, Santamaría ha presumido de perfil presidenciable en unas elecciones generales. Los Estatutos marcan que el líder del PP es directamente candidato, y lo ha explotado al máximo: "Los militantes me han elegido para ganarle a Pedro Sánchez, al populismo y a los que quieren romper España".

Las armas con las que dice contar son su experiencia como vicepresidenta, su voluntad de integrar, su autoatribuido perfil electoral, y los "logros" del Gobierno de Mariano Rajoy, que vende como propios, frente a un rival que ha apelado a otras cuestiones que hoy Santamaría ha sobrevolado.

Obvia a Cospedal al repasar a las 'ilustres' del PP

En otro orden de cosas, Santamaría ha hecho un repaso a los nombres de algunas de las mujeres más célebres del PP, en el que no ha incluido a la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal. "Qué buenos ejemplos: Rita Barberá, Soledad Becerril, Teófila [Martínez], Isabel Tocino, Luisa Fernanda [Rudi], Ana Pastor y Loyola de Palacio".

Tras esta enumeración, Santamaría se ha jactado de que su partido es el que más ha apostado "por la igualdad real de oportunidades". En primera fila, Cospedal seguía su discursión con gesto serio. 

Contrapeso: abanico de España y orgullo de PP

Además del previsible homenaje a Rajoy, a quien el viernes saludó afectuosamente -frente al frío encuentro del presidente del PP con Casado-; y de su defensa de la actuación del Gobierno en Catalunya, criticada por su rival -"Por defender la unidad de España, que me pongan una y mil querellas"-, Santamaría se ha envuelto discursivamente en dos banderas: la de España y la del PP.

"Nunca en mi vida militaré en otro partido. Moriré siendo del PP"

Lo primero, más allá de sus comentarios, lo ha escenificado incluso con un abanico con la bandera de España, que le servía también para referirse al PP: el partido, como el abanico, debe estar "desplegado", "abierto", decía, en lugar de "replegado". 

Consciente de que se le critica no haber defendido a su formación en lo que respecta a los casos de corrupción, Santamaría se ha comprometido a que ésta "no vuelva", pero también ha dejado claro que no tolerará "inquisición de los demás". "Somos un partido en el que no sobra nadie, sólo los corruptos", zanjaba. 

En este viaje discursivo, Santamaría se ha posado sobre temas que no había mencionado en la campaña, y que sí abordó Casado, como la Memoria Histórica -"En la izquierda se empeñan en las divisiones del siglo pasado"-, y ha utilizado palabras como "familia", que también ha sido utilizada por su rival.

En última instancia, Santamaría se ha presentado como una militante más, pero con los galones que ha obtenido tras seis años y medio en el Gobierno, cuya "lealtad" -gesto hacia Rajoy- sólo estaría con sus compañeros de filas. "Nunca en mi vida militaré en otro partido. Moriré siendo del PP". La autocrítica por la corrupción por la que su partido ha perdido el Gobierno brillaba de nuevo por su ausencia, también en el discurso de su rival.

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