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El calor y la sequía envenenan con ácido sulfhídrico el embalse de Ourense contaminado por las macrogranjas 

Los vecinos denuncian que las administraciones no advierten a la población del riesgo que suponen las aguas del pantano.

30/8/22 Bañistas en la Praia do Corgo del embalse de As Conchas, en el municipio de Muíños, el pasado jueves.
Bañistas en la Praia do Corgo del embalse de As Conchas, en el municipio de Muíños, el pasado jueves. M.G.

La ola de calor y la sequía están ayudando a envenenar con ácido sulfhídrico el pantano de As Conchas, en Ourense, contaminado desde hace años por los nitratos provenientes del estiércol y los purines de las ganaderías industriales que posee y promueve en la comarca la empresa de alimentación Coren.

Los vecinos y la oposición política aseguran que de las aguas del pantano, sobre el río Limia, emana un olor insoportable a ese gas, perceptible a varios kilómetros de distancia y que se forma en el proceso de putrefacción de las cianobacterias que contiene.

Estas microalgas, las mismas que han contaminado durante años el Mar Menor de Murcia, se alimentan de los nitratos de las aguas residuales de las explotaciones industriales de cerdos y pollos de la zona, que se vierten en el terreno sin tratamiento alguno de depuración y acaban polucionando el río y el pantano. 

"El agua lleva décadas recibiendo toda esa materia orgánica que funciona como fertilizante para las cianobacterias", explica Pablo Álvarez Veloso, portavoz de la Asociación de Vecinos de As Conchas. "Y ya hay tal cantidad de algas que a las que están a cierta profundidad ya no les llega apenas luz. Por el calor y la sequía, cada vez reciben también menos agua [el embalse estaba a principios de este mes al 50% de su capacidad] y menos oxígeno, por lo que mueren, se pudren y producen ácido sulfhídrico", asegura.

El ácido sulfhídrico o sulfuro de hidrógeno es un gas tóxico con olor a huevos podridos por cuyo contacto o cuya inhalación en dosis bajas puede causar dolor de cabeza, fatiga, dificultades respiratorias e irritaciones y quemaduras leves en la piel, los ojos, la nariz y la garganta. Según los expertos, en concentraciones elevadas unas pocas bocanadas bastan para provocar mareos y vómitos e incluso pérdida de conocimiento y muerte por asfixia.

En forma de gas, el sulfhídrico suele dispersarse en el aire, pero en disolución acuosa tiende a concentrarse y puede ser también respirado a través la humedad. Especialmente si se forma niebla sobre los embalses, un fenómeno recurrente en el de As Conchas y que, según Álvarez Veloso, ha provocado ya la dispersión de toxinas y la pérdida de algunas plantaciones de viñedos de la zona.

"Ahora nos tememos que las filtraciones puedan acabar envenenando también los pozos de agua, con una contaminación que puede durar cincuenta años", señala. "Ya no es un problema medioambiental, sino de salud pública", advierte.

Aguas contaminadas en una de las playas del embalse de As Conchas, en una imagen de archivo.
Aguas contaminadas en una de las playas del embalse de As Conchas, en una imagen de archivo. Movemento Ecoloxista da Limia

El Bloque Nacionalista Galego (BNG), que lidera la oposición al PP en el Parlamento de Galicia, coincide en que se trata de "una cuestión de salud pública". "Llevamos años alertando de la contaminación en As Conchas, y  ahora meses reclamando a la Xunta que intervenga de una vez sobre la cuenca del Limia, porque As Conchas y partes de A Limia figuran ya en el mapa de aguas afectadas por nitratos", asegura Ernesta Seoane, responsable comarcal del BNG en Celanova y la comarca de A Baixa Limia

"La inacción de la Xunta todos estos años ha agravado el problema. Los elementos están sobre la mesa, el plan estratégico y medidas para paliar la contaminación están diseñadas, y los vecinos necesitan respuestas inmediatas, porque el problema no va a desaparecer ni con más estudios ni planes ni declaraciones. Actuar es sólo una cuestión de responsabilidad política", afirma.

La Asociación de Vecinos de As Conchas acaba de presentar una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en la que responsabiliza de la situación a varios altos cargos de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia; del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, que tiene la competencia sobre el cauce de río Limia. También responsabiliza a la empresa Naturgy, que explota el aprovechamiento hidroeléctrico del embalse.

El pantano de As Conchas distribuye su superficie entre los municipios ourensanos de Lobeira, Bande y Muíños. Su entorno natural y paisajístico es un atractivo para numerosas personas que se acercan a él y que incluso acostumbran a bañarse en varios arenales acondicionados al efecto.

Precisamente, los vecinos también denuncian que, pese al alto grado de contaminación, no hay avisos a la población más allá de alguna cartelería dispersa. La aldea de As Conchas, la zona más afectada, está al sur del pantano, pero en arenales del norte como Praia da Roca y Porta Quintela, a varios kilómetros, es fácil que los visitantes no adviertan del peligro que corren si los utilizan para bañarse.

"Despué s de once años nos hemos cansado de que las administraciones no hayan hecho nada", dicen los portavoces de la asociación". "Ni un plan de recuperación del rio, ni un plan de control de residuos de origen orgánico, ni un plan de vigilancia, ni un plan de información de por parte de la
Conselleria de Sanidade para informar a la gente del estado real del agua. Además, ninguno de los alcaldes de la Baixa Limia ha propuesto una acción conjunta para protestar y denunciar de una vez esta situación".

Público ha intentado obtener la versión de las instituciones denunciadas y les ha preguntado si tienen constancia tanto de la denuncia como de la contaminación del pantano, pero al cierre de este artículo no había obtenido respuesta.

Con posterioridad a su publicación, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil sí respondió para indicar que no hay ningún "bum de cianobacterias en As Conchas". "Lleva en concentración baja todo el año", aseguran fuentes del organismo.

Sobre el problema del sulfuro de hidrógeno (ácido sulfhídrico cuando se disuelve en agua), indicaron que "se genera al estar estratificadas las aguas del embalse por diferencia de temperatura (...), quedándose sin oxígeno la capa inferior y generando condiciones anóxicas que provocan que se genere ácido sulfhídrico, un gas que sale al exterior una vez salen las aguas de la capa profunda del embalse, caracterizado por su olor desagradable".

"Ya en alguna ocasión ha habido esos olores en As Conchas,y  la solución no es fácil, bien echar agua superficial y no de fondo u oxigenar el fondo, pero no son soluciones fáciles de aplicar porque oxigenar el fondo es prácticamente imposible y echar agua de superficie puede llevar el riesgo de dejar sin oxígeno el embalse provocando la muerte de la vida del embalse", añaden las citadas fuentes.

"En cualquier caso, es un tema en el que los organismos de cuenca [la Confederación en este caso] no son competentes para medir el sulfhídrico en la atmósfera porque es un gas". "Debería ser la Xunta la que mida el aire ambiente y determine si existe riesgo y la oportuna comunicación a la empresa gestora del embalse".

Finalmente el organismo responsable de las aguas del embalse indican que han informado de la situación a la Consellería de Sanidade que ha tomado muestras en el desagüe del fondo del embalse, donde se hay mas olor, el pasado jueves, y en la columna de agua el viernes. "Las muestras se enviaron a un laboratorio autorizado, pues en el laboratorio de la CHMS no tenemos capacidad de análisis del sulfhídrico. A final se semana dispondremos de los resultados", concluye.

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