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personas transexuales La revolución de la normalidad para derrocar los mitos sobre la transexualidad

Hombres y mujeres trans reclaman una mayor presencia en la sociedad, lejos de los prejucios y los estigmas que han acompañado a este colectivo durante años. 

Años de desprecio e invisibilidad, de prejuicios y de estigmatizar a un colectivo olvidado que ocupaba, junto con las personas intersexuales, el último asiento del movimiento LGTBI. Con esfuerzo y lucha, las personas transexuales han logrado colar su voz en las agendas políticas y mediáticas, consiguiendo, poco a poco, derrocar los mitos construidos a su alrededor.

Así lo demuestran las distintas leyes que se han aprobado en los últimos años relativas a la transexualidad. En este sentido, Andalucía ya cuenta con una que la despatologiza. También Madrid aprobó en noviembre una similar y la Comunitat Valenciana trabaja en otra. Sin embargo, para los colectivos trans no es suficiente y piden una ley estatal. 

"Estamos en una situación de desigualdad territorial. Una persona trans en Extremadura está desamparada frente a otra en Andalucía", argumenta Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma por los Derechos Trans. Por ello, reclaman una ley que aborde todo: desde las cuestiones laborales a las sanitarias, pasando por el caso de los niños trans y su situación de discriminación.

"Vivimos en una situación de desigualdad territorial"

"Es normal que colectivos tan marginados y olvidados quieran hablar de todo y tratarlo todo una vez que por fin han conseguido ser escuchados. Sin embargo, yo creo que este tipo de leyes deberían ser más breves, centrándose en los derechos básicos: educación, sanidad, mundo laboral… Las leyes demasiado extensas son muy difíciles de cumplir punto por punto”, argumenta en conversación telefónica con Público Beatriz Gimeno, activista por los derechos LGTBI y miembro de Podemos, que ha participado en la redacción de la ley en Madrid.

El camino hacia la normalización

“Somos un colectivo muy discriminado, por lo que es importante mostrar una imagen positiva de las personas transexuales, real. Ya no cabe la imagen de la mujer transexual dedicada al trabajo sexual o a los shows nocturnos... Hay algo más, ahora tienes la experiencia de mujeres transexuales que pueden ser abogadas, arquitectas. Hay un amplio abanico”, explica a Público Niurka, activista, coordinadora de la asociación Cogam y mujer transexual.

Efectivamente, cada vez hay más ejemplos de hombres y mujeres transexuales que ocupan puestos muy diversos en la sociedad. Como Antía Fernández, jugadora de voleibol, la actriz Antonia San Juan o Carla Antonelli, activista y diputada por el PSOE en la Asamblea de Madrid. "Hemos construido el imaginario de que las mujeres trans sólo pueden dedicarse al trabajo sexual o que tienen un aspecto físico determinado. Esto hay que romperlo porque cala en las mujeres trans y no llegan a creer que puedan ser mujeres como cualquier otra, con vidas y trabajos diversos. Estamos acostumbradas a una imagen determinada", cuenta Niurka.

"Hemos construido el imaginario de que las mujeres trans solo pueden dedicarse al trabajo sexual"

También la serie Transparent, de Amazon, viene a romper con los tópicos en torno a este colectivo. Con humor y mucha pedagogía, la historia de esta familia pone al espectador en la piel de Maura, que tras años de esconderse decide vivir de acuerdo a su identidad. La serie muestra situaciones del día a día, como los problemas que surgen a la hora de ir a un baño público, separado para hombres o mujeres.

Imagen de la serie 'Transparent' (Amazon) que cuenta la vida de Maura, una mujer transexual

 Imagen de la serie 'Transparent' (Amazon) que cuenta la vida de Maura, una mujer transexual

“Estamos viviendo una gran revolución en la visibilidad y en la presencia de personas trans en medios de comunicación, en las pasarelas de moda, etc. Además, se está destruyendo la imagen de que las personas transexuales sólo son adultas, también hay niños. Sin embargo, aún queda mucha pedagogía por hacer”, explica Mar Cambrollé.

"No hagamos de nuestra identidad algo triste como si fuéramos víctimas"

Gran parte de esta educación pasa por el empoderamiento de las mujeres y hombres transexuales. Se trata de romper con el relato tradicional y tener una voz propia. "Consiste en que no te traten como un objeto de fantasía sexual y que tú misma no te sientas un objeto para complacer a los hombres. Que en cualquier momento tengas la firmeza de que si alguien te quiere conocer, decirle me conoces en un lugar público. Aprendes a no victimizarte, a darte cuenta de que eres una mujer más en la sociedad. No hagamos de nuestra identidad algo triste, algo inferior, como si fuéramos víctimas. Agarremos nuestra identidad porque nos ha costado muchas lágrimas, alejamientos con la familia…No podemos permitir que esta identidad tan valiosa no sea valorada ni siquiera por nosotras mismas", explica Niurka.

Deconstruyendo la transexualidad

Hablar de cambio de sexo, decir que antes era un hombre o una mujer, creer que las personas trans son sólo aquellas que han realizado la reasignación genital… Son todavía muchos los mitos que rodean al mundo trans. “El relato de la prostitución y la marginalidad sigue muy extendido, pero yo creo que la idea más arraigada es que son mujeres en cuerpos de hombres, o viceversa”, comenta Gimeno.

- Orientación e identidad sexual, ¿son lo mismo? Otro de los mitos que aún persisten es el que confunde orientación sexual con identidad sexual. Todavía hoy se piensa que mujeres y hombres transexuales llevan a cabo la reasignación genital para adecuarse a su orientación sexual. “Mucha gente me pregunta si soy homosexual, porque creen que las personas transexuales somos también homosexuales y que va ligado. Y no. Yo les digo: yo soy una mujer”, cuenta Niurka.

- De la disforia a la euforia de género. El aspecto sanitario es otro de los puntos calientes que envuelven la transexualidad. Oficial y extraoficialmente se habla de disforia de género. La disforia hace referencia a un transtorno de la identidad sexual, es decir, una discordancia entre el sexo asignado al nacer, con el que las personas transexuales no se identifican ni sienten como propio. Esta concepción les obligaba a presentar un informe médico y psicológico para cambiar legalmente su nombre y que se reconociera su identidad.

“No puedo ser considerada
rara por ser una mujer con pene
o un hombre con vulva”

Asimismo, era el paso previo obligatorio para la reasignación genital. “No estamos enfermos, no necesitamos ninguna acreditación médica que certifique nuestra identidad. Estamos plenamente contentos con nuestro cuerpo. Habrá gente que necesite una reasignación genital, pero hay muchas personas que no quieren o no les apetece y no pasa nada. Habría que hablar de euforia de género”, explica la coordinadora de Cogam. Con este juego de palabras se pretende enfatizar en este cambio en la filosofía trans.

- La genitalización de la identidad. Para Niurka, otro de los problemas es la constante genitalización de la identidad. La activista denuncia que lo primero que se le pregunte a una persona trans es si está operada. “¿Nos parecería normal llegar a una mujer cis y preguntarle cómo tiene la vulva? No me interesa tu genitalidad. El tema siempre se genera por si tienes pene o vulva. Yo creo que esto se debe a que todavía hoy vivimos en una sociedad muy binaria. De hecho, uno de los debates que espero empiecen a surgir pronto sea el tema de las personas trans no binarias que rompen con esta definición de ser hombre o de ser mujer. No quieren entrar en esa dicotomía. Y hay muchas personas, más de las que nos imaginamos. No puedo ser considerada rara por ser una mujer con pene o por ser un hombre con vulva.”.

- La transexualidad no es una cuestión de adultos. Hay niños y niñas transexuales. "El tema de niñes (sic) y jóvenes está invisibilizado, se cree que solo afecta a la gente adulta", señala Niurka, que utiliza la letra "e" como genérico inclusivo para evitar el lenguaje sexista. Organizaciones de padres y madres como la Fundación Daniela y Chrysallis han hecho mucha pedagogía para defender y proteger a los niños y niñas transexuales y conseguir que las leyes los tenga en cuenta también a ellos. Especialmente en el ámbito educativo. "Se deben crear protocolos para proteger a les niñes (sic) de las situaciones de acoso escolar. Por fin, las leyes que se vienen redactando tienen en cuenta la infancia, hasta entonces en un limbo", celebra la coordinadora de Cogam.

Transfobia y marginación en el día a día

El acceso al mundo laboral es todavía un problema para las personas transexuales que aún encuentran muchas barreras a la hora de encontrar trabajo sin que se les juzgue por su aspecto o por su identidad. En el caso de las mujeres esta situación se vuelve más problemática. "Sumamos el ser mujer a ser transexual", explica Niurka. 

Beatriz Gimeno coincide con la activista. "Es verdad que cada vez hay más aceptación, pero es todavía un colectivo muy discriminado que tiene muchas dificultades de acceso a condiciones laborales y sociales dignas". 

La marginación también se produce a nivel familiar. "La familia sigue siendo el foco principal. Si una persona no cuenta con el apoyo de su entorno familiar, la confianza y la seguridad de hombres y mujeres trans será mucho menor", comenta Gimeno. 

"Hay que desaprender una lección que nos han repetido históricamente"

"El aprendizaje y el crecimiento en empatía ha de ser mutuo, estamos involucrados todos. Hay que deconstruir y desaprender una lección que se nos ha repetido históricamente. Por ejemplo, cuando nos encontramos con casos en los que los padres no lo aceptan, hay que saber que esas personas también están aprendiendo a ver las cosas de otra manera y eso requiere un proceso", explica Niurka.

Beatriz Gimeno también llama la atención sobre la situación de los ancianos transexuales. "La mayoría viven en situaciones muy precarias, no sólo económicas, también de soledad". 

Por otra parte, las personas transexuales tienen que lidiar con situaciones de transfobia en el día a día, también dentro de los colectivos LGTBI. "Los males sociales resurgen también dentro de colectivos que reflejan distintas realidades", argumenta Beatriz Gimeno.

"En el caso de las personas gays y lesbianas está más aceptado porque al fin y al cabo se ajusta al parámetro binario de hombre y mujer que impone la sociedad. Mientras yo te vea y estés visiblemente encajada dentro de lo que yo entiendo por hombre y mujer no pasa nada", explica Niurka.

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