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La Policía libera a tres monjas retenidas contra su voluntad en un convento de Santiago de Compostela

Desde el Arzobispado de Santiago señalan que las religiosas estuvieron con sus familias de origen hace un año y medio y que "regresaron libre y voluntariamente", y apuntan que en el desarrollo de una vocación no se circunscribe a un momento puntual.

La operación sigue abierta y por el momento no hubo detenciones y tampoco ha sido nadie citado a declarar

EUROPA PRESS

SANTIAGO DE COMPOSTELA.- El Juzgado de Instrucción Número 1 de Santiago de Compostela investiga si tres monjas que estaban en un convento de clausura de Santiago de Compostela eran retenidas contra su voluntad.

La Policía de Santiago ha dicho que liberó a las tres monjas, que eran originarias de la India y que, según contaron a los agentes, estaban siendo retenidas en un convento de clausura de la ciudad en contra de su voluntad.

Fue una de las monjas, que consiguió salir del Convento de las Mercedarias de Santiago la que acudió a la Comisaría de la Policía Nacional para denunciar que tanto ella como otras monjas estaban siendo retenidas en este lugar bajo coacciones, tal y como avanza este martes La Voz de Galicia.

Según han confirmado fuentes próximas a la investigación, los agentes se personaron en el convento este fin de semana y hablaron con otras dos religiosas que les corroboraron la versión de la primera. Las mujeres habían llegado procedentes de la India al convento compostelano hace más de una década y hacía tiempo que habían pedido abandonarlo sin conseguirlo, alegaron.

Aunque por el momento no se han producido detenciones, el Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago investiga los hechos, que podrían ser constitutivos de delitos de detención ilegal, contra la integridad moral, amenazas y coacciones. Las mujeres han sido trasladadas a una casa de acogida y se les aplica el protocolo para víctimas de violencia de género.

El Arzobispado señala que las monjas pidieron la exclaustración y se tramitó

Tras la investigación por la supuesta retención ilegal, el Arzobispado de Santiago ha señalado en un comunicado que la solicitud fue a la superiora que dio curso a esta cuestión y, "en ningún caso", en esta dispensa de votos se pidió "abandonar" el cenobio antes de que se llevaran a cabo todos los trámites correspondientes, "al menos nunca lo hicieron constar a la autoridad diocesana".

Las diligencias, subraya el comunicado remitido a la prensa, no iban a demorarse más de un mes desde la remisión de la documentación a la congregación correspondiente de la Santa Sede, la cual "quedó concluida a nivel diocesano el pasado 21 de enero".

Por esta razón, ha "sorprendido" la denuncia de la religiosa que expuso esta situación y "el revuelo informativo" habido después de la recepción de un atestado de la unidad de la Policía Nacional de Extranjería y Fronteras.

Los abandonos voluntarios, bajo compañía de una comitiva judicial, provocaron, asimismo, estupefacción, puesto que "los trámites en curso seguían un ritmo realmente rápido" y "no consta a la autoridad diocesana que ninguna de las religiosas que han abandonado el convento hubieran podido hacerlo antes de concluidos los aludidos procedimientos".

El Arzobispado de Santiago manifiesta que en la vida religiosa el desarrollo de una vocación no se circunscribe a un momento puntual, "no es algo estático, sino dinámico y progresivo", y expone el caso de una religiosa profesa solemne, también procedente de la India, que hace dos años abandonó la comunidad tras una estancia en su país de origen.

Se realizaron en ese momento "con toda celeridad" los trámites internos canónicos, firmando finalmente la interesada el documento emitido por la Santa Sede.

Las religiosas mercedarias de Santiago que proceden de fuera de España viajan cada siete años a sus países de origen por un tiempo de dos meses regresando a la comunidad, concluido ese período, "voluntaria y libremente".

Las religiosas que ahora dejaron el convento de las Mercedarias estuvieron hace un año y medio, señala el Arzobispado, con sus familias de origen, y "regresaron libre y voluntariamente", y se especifica que no son "recién llegadas", dado que forman parte de la comunidad mercedaria desde hace entre 15 y 17 años.

El Arzobispado de Santiago incide, asimismo, en que el modo de vida propio de la clausura puede resultar "no fácilmente comprensible para quienes desconocen las singularidades de esa concreta vocación, ciertamente peculiar por cuanto supone de renuncia, austeridad, rotación en los trabajos comunitarios, oración, tiempos de silencio", es decir, una "entrega radical".

No obstante, ello no implica "una restricción o carga más allá de lo asumido y aceptado por la religiosa al profesar en la orden de que se trata como opción libre, meditada e informada, lo cual queda perfectamente constatado y definido en el proceso de ingreso progresivo en una comunidad hasta la profesión solemne".

Esto suele durar un lustro, como mínimo, con el afán de que "nadie se sienta impelido a asumir esa condición sin la suficiente madurez y criterio".

La investigación sobre el convento gallego, ha informado hoy el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, está abierta y, por el momento, no hubo arrestos y ninguna persona ha sido llamada a declarar.

Posible deportación

Fuentes jurídicas han explicado que las tres religiosas procedentes de la India no tenían la documentación con ellas y, de hecho, en sus declaraciones mostraron que desconocían su situación documental.

Precisamente, el fondo de la investigación, que como no hay denuncia de las mujeres depende de que siga adelante del posicionamiento de la Fiscalía tras llevarse estas diligencias previas a reparto, radica en si estas mujeres no podían tener acceso a su documentación personal y si sufrían coacciones de algún tipo para no abandonar la clausura.

"Una vez que decidieron irse, hubo que pedir a la congregación los pasaportes", han explicado las fuentes consultadas. En sus declaraciones, explicaron que conocían el trabajo que la congregación hacía en la India, que era una labor social y educativa, y que entendían que "iba a ser igual" en España.

Las mujeres llegaron a la congregación compostelana procedentes de la India hace unos 15 años, cuando todavía eran menores de edad.

Lo que se desprende de su declaración judicial, han explicado las mismas fuentes, es que eran advertidas de la posible deportación si abandonaban el convento. De hecho, el Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago investiga en que condiciones y bajo qué motivos fueron deportadas otras dos monjas indias de la misma congregación en 2011, a pesar de tener permiso de residencia.

Actuación de la Fiscalía

La Fiscalía tiene ahora que valorar "los indicios" para decidir si actúa de oficio en el caso de las tres monjas originarias de la India supuestamente retenidas.

Según han confirmado fuentes jurídicas, las mujeres que fueron monjas de clausura no han presentado denuncia, por lo que dependerá de la actuación de la Fiscalía para que siga adelante.

Por el momento, la fiscala encargada del caso es Aránzazu San José, la misma que actuó en casos como el juicio contra siete ediles del Gobierno local de Santiago cuando Ángel Currás (PP) era el alcalde de la ciudad.

La principal preocupación del Ministerio Fiscal, según han dicho fuentes de esta institución, era garantizarles una lugar de acogida por su situación de vulnerabilidad y "desamparo". Las mujeres permanecen en un centro de acogida bajo tutela judicial.

Una vez que pase a reparto, la Fiscalía "tiene que decidir si hay o no" indicios de delitos y cuáles serían, y si sigue con la causa y pide la declaración en calidad de investigado (antigua figura del imputado) de alguna persona.

Por su parte, fuentes del Arzobispado han confirmado que la congregación les ha trasladado que las mujeres "no estaban retenidas" en el convento ni se habían producido "coacciones". A mayores, sostienen que tampoco se les había "retirado la documentación".

El Arzobispado ha recordado que en ocasiones se producen "determinados momentos" en los que las monjas deciden "abandonar la congregación", para lo que hay que iniciar un proceso de "dispensa de votos" que "lleva su tiempo".

En este caso, sostiene el Arzobispado, las religiosas -que llevan "entre 15 y 17 años en la institución"-, iniciaron en el verano "un proceso de discernimiento, planteándose incluso la posibilidad de dejar la comunidad"

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