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La sequía deja los embalses de Catalunya bajo mínimos tras la tregua del inicio del verano

El nivel de agua vuelve al 25%, mínimos del actual período de sequía. Había subido al 30,2% en junio, gracias a la lluvia, pero las escasas precipitaciones de los últimos meses han sido insuficientes.

El pantà de Sant Ponç (Solsonès), en una imatge del mes d'abril
El pantano de Sant Ponç (Lleida), en una imagen del mes de abril. Mar Martí / ACN

El nivel de agua en los embalses de las cuencas internas catalanas ha continuado retrocediendo en las últimas dos semanas. Según los datos de este viernes al mediodía, se sitúan de nuevo al 25% de capacidad a los que se alcanzó en el mes de mayo, volviendo así a los mínimos del actual período de sequía. El nivel de agua había subido al 30,2% en junio.

Y es que las lluvias de mayo y junio no fueron suficientes y, además, tampoco afectaron a todo el territorio, al tiempo que esta primera quincena de agosto también ha sido seca en líneas generales. La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) prevé pocas lluvias para lo que resta de mes, pero espera que en otoño haya más precipitaciones.

Las reservas de las cuencas internas estaban al 28% a finales de julio, y han caído ya aproximadamente unos tres puntos en poco más de quince días. Muchos de ellos se encuentran en niveles que no se veían desde principios de siglo, hace unos 23 años.

Según los últimos datos de la ACA, el pantano de Darnius Boadella (Girona) ha descendido del 21,5% al 18,47% de su capacidad total. También existe preocupación en embalses como el de Riudecanyes (Tarragona) que ha pasado de un nivel del 5,3% al 4,94% o al de Siurana (Tarragona), pasando de un 5,9% de agua embalsada a un 5,36%.

A la cola les sigue Sau (Barcelona), que tocó fondo a mediados de abril con un 6,5%, cuando terminó la transferencia de caudal hacia Susqueda. Está ahora en el 20,53%, un descenso importante y pronunciado después del 25,3% de hace quince días y también respecto al 31,9% del 1 de julio.

Susqueda (Girona) ha bajado del 28,5% al 26,18%, continuando marcando el nivel más bajo desde la sequía de 2008, al tiempo que la Baells (Barcelona) registra un 33,44%, mientras hace quince días había un 36,3% de agua. La Llosa del Cavall (Lleida) baja ligeramente al 24,76%, un valor similar al resto de este año, mientras que Sant Ponç (Lleida) ha pasado del 38% al 36,75%.

Entre los pantanos gestionados por la Confederación Hidrográfica del Ebro que se sitúan en Catalunya, sólo hay tres con un nivel de agua inferior al 50%. Se trata del de Canelles (Lleida) que se sitúa en el 12,40 tras el 12,58% de hace quince días, Guiamets (Tarragona) a un 5,15% de su capacidad total y el de Rialb (Lleida), que descendió al 17,77%. Destacan -en positivo- los pantanos de Riba-roja d'Ebre (Tarragona) y Terradets (Lleida) ambos por encima del 95% de capacidad.

El semáforo de la sequía

La Agencia Catalana del Agua mantiene que no se entrará en fase de emergencia por sequía hasta, al menos, en noviembre. El semáforo rojo supone un escenario de emergencia que alcanza el 16% de las reservas, y se producen restricciones a todos los usos, incluidos los urbanos, crecientes con el empeoramiento del episodio.

Con el 25% de las reservas se entra en el escenario de excepcionalidad, el semáforo naranja. En este caso, se intensifican las reducciones en usos no prioritarios y existe una mayor reducción de los desembalsos; Se activan los recursos no convencionales en su totalidad y las extracciones subterráneas; Y se prohíben determinados usos en zonas urbanas.

Por el momento, la ACA ha declarado el estado de emergencia por sequía por primera vez a dos unidades hidrológicas: el acuífero del Fluvià-Muga, en Girona, y el pantano de Riudecanyes, en Tarragona. La medida afectará a las localidades que se abastecen de estos dos embalses: 22 municipios del Alt Empordà y dos del Baix Camp, donde el consumo de agua se limita a un máximo de 200 litros por habitante al día.

La sequía que estamos viviendo en Catalunya desde finales de 2020 sigue agravándose. Desde octubre de 2021 está activado el Plan de Sequía y la Ley de medidas extraordinarias para hacer frente a la sequía están en vigor desde mayo de 2023. Los embalses deberían alcanzar un nivel de reservas de más del 60% para volver a la normalidad.

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