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El sindicato CSIF denuncia a dos ediles de la CUP por agresiones en una manifestación en Barcelona

Según los denunciantes, un grupo de activistas y simpatizantes de la CUP se enfrentó a otro grupo de delegados sindicales de CSIF que también se manifestaban en ese momento en la Ciudad de la Justicia de Barcelona.

Imagen de la manifestación del pasado 1 de diciembre en Barcelona / EFE

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MADRID. - Delegados sindicales de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) han presentado varias denuncias por agresiones, insultos y amenazas por parte de simpatizantes y activistas de la CUP en una manifestación, el pasado 1 de diciembre, frente a la Ciudad de la Justicia de Barcelona.

Las denuncias más graves, por agresiones con resultado de contusiones y contracturas,
fueron presentadas por Eugenio Zambrano, policía local y secretario de Organización de
CSIF en el Ayuntamiento de Barcelona y May Jiménez Hernández, empleada pública de
Correos. El primero sufrió, según la denuncia, contusiones en la tibia y en un costado,
mientras que la segunda una contractura muscular con el brazo en cabestrillo, por los
“puñetazos en la espalda y empujones en el pecho” que le propinaron.

Según las denuncias, esta situación violenta fue provocada por parte de diferentes personas congregadas en favor del regidor Josep Garganté (CUP), que en esos momentos estaba compareciendo ante la justicia por un supuesto delito de coacciones.

El grupo de activistas y simpatizantes de la CUP se enfrentó a otro grupo de delegados sindicales de CSIF, que en ese mismo momento también se manifestaban en apoyo de la Policía Local y del médico involucrado en el juicio.

Entre los miembros de la CUP se encontraban las ediles María José Lecha y María Rovira que han sido denunciadas por proferir insultos, descalificaciones, amenazas, y por agredir al citado agente de policía local.

Las regidoras se dirigieron al agente de policía que en esos momentos se encontraba manifestándose bajo insultos y amenazas como “portavoz de mierda de la Guardia Urbana”, “policía de mierda”, “torturador” y “ya te enterarás”, todo ello acompañado de patadas en las piernas, golpes bajos en el abdomen y costillas.

El sindicato ha condenado estos hechos y reclama el derecho a ejercer de manera legítima su libertad sindical, desde el respeto institucional que en nuestro contexto democrático deben regir las relaciones entre los representantes políticos y los representantes de los trabajadores.

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