Este artículo se publicó hace 16 años.
El 10% de los niños sufre algún tipo de maltrato
La revista 'Lancet' alerta de la falta de denuncias sobre maltrato infantil
El 10% de los niños en países con rentas altas sufre maltrato por parte de sus padres o cuidadores, pero los abusos se ignoran en la mayoría de los casos. El sistema de protección de menores falla en todos los eslabones del proceso, desde la detección de posibles abusos, asesoramiento de padres e intervención oficial, según se desprende de una investigación de la prestigiosa revista científica Lancet presentada ayer en Londres.
Los expertos advierten sobre la falta de estudios en la materia, que podrían marcar la pauta para proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad. Compilan datos alarmantes -sólo se denuncia el 5% de los casos de maltrato infantil- y estadísticas que echan por tierra prejuicios sobre el miedo a perder a un hijo -únicamente una proporción mínima de los menores queda bajo control de una familia o centro de acogida-.
Las escuelas deben denunciarLa profesora Ruth Gilbert, pediatra del Hospital Great Ormond Street de Londres, sacó a relucir ayer durante la presentación de los ensayos una contradicción en la postura de colegios y guarderías frente al problema de abusos en menores: "Las escuelas son responsables del mayor número de informes sobre sospecha de maltrato, pero también son los que más fallan a la hora de cursar denuncias. Los profesores están en contacto diario con los niños y observan muchos más casos sospechosos de los que denuncian. Avisan a sus superiores, pero no informan a los servicios sociales", advirtió Gilbert.
La incertidumbre sobre las evidencias de maltrato y, principalmente, el miedo a causar más daño en el niño llevan al personal docente a evadir el proceso oficial. "Se preguntan si no será más efectivo tratar al pequeño dentro del sistema escolar, pero se pueden equivocar. Los servicios sociales tienen recursos que los colegios no pueden ofrecer en asesoramiento paternal y ayudas económicas", señala la pediatra.
Gilbert reconoce que ser objeto de una denuncia es "una experiencia muy comprometida". "Las familias se sienten acusadas de causar daño a sus hijos, el proceso de investigación es largo, con frecuencia con intervención de la policía, y su conclusión no siempre es efectiva. Hay que añadir la amenaza que pesa sobre las familias de que perderán al hijo. Se trata, según el estudio, de un miedo infundado, puesto que en muy pocas ocasiones se coloca al niño en un centro de acogida", puntualiza.
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