Este artículo se publicó hace 17 años.
Absuelto el único acusado del atentado más sangriento del Ulster
El único acusado del asesinato de 29 personas por el atentado de Omagh (1998), Sean Hoey, fue absuelto hoy, lo que deja sin castigo penal el atentado más sangriento del conflicto de Irlanda del Norte.
La última oportunidad que les queda ahora a las familias de las víctimas, unidas en torno al llamado Grupo de Acción Civil, es la multimillonaria demanda que han presentado contra cinco personas supuestamente implicadas en el atentado.
Pese a que los sospechosos de la masacre no podrán ser condenados por asesinato, pues la demanda es de carácter civil, las familias buscan una resarcimiento moral con la indemnización de unos 20 millones de euros que exigen por daños y perjuicios, casi la misma cantidad gastada por la Policía norirlandesa en sus investigaciones sobre el atentado.
A este respecto, Michael Gallagher, cuyo hijo Aidan falleció en la explosión, afirmó hoy que todo el proceso ha sido un "desastre" para las familias y se preguntó "por qué se ha permitido" a la Fiscalía presentar una acusación contra Hoey plagada de irregularidades.
Esa ha sido la opinión del juez instructor, Reginald Weir, quien criticó duramente en su sentencia la validez de las pruebas producidas por las investigaciones del Royal Ulster Constabulary (RUC, antigua Policía norirlandesa).
El supuesto miembro del IRA Auténtico, la escisión del Ejército Republicano Irlandés (IRA) responsable de la matanza, también fue absuelto de los otros 27 cargos por terrorismo que pesaban sobre él, según dictaminó hoy el magistrado.
La Fiscalía había fundamentado sus argumentos en un amplio estudio de las pruebas forenses disponibles, como sofisticados análisis de ADN.
Durante el proceso, la acusación explicó que los análisis genéticos de todos los artefactos explosivos -excepto dos- relacionados con los cargos presentados contra Hoey demostraban que fueron elaborados con la misma marca de temporizadores (TPU) y por la misma persona.
No obstante, la defensa logró crear dudas después de que los expertos forenses reconociesen que se habían perdido algunos de esos temporizadores y que otro recuperado en la escena del atentado de Omagh podría haber sido contaminado.
También se puso en tela de juicio la validez de la técnica aplicada en los análisis del ADN de Hoey, conocida como "Número de Copia Bajo de ADN" (LCN DNA).
El magistrado afirmó hoy que no podía estar seguro de que las fibras encontradas en el pegamento usado para confeccionar los artefactos explosivos pudiesen vincularse con el acusado.
Weir también calificó de "chapucero" el sistema de etiquetado, embalado y registro de las evidencias forenses, al tiempo que acusó a dos testigos -agentes de policía- de "engordar deliberadamente" las pruebas para reforzar los argumentos de la Fiscalía.
Estos "engaños deliberados y premeditados", añadió, han hecho "imposible que pueda aceptar la validez de las pruebas".
A pesar de la decepción de las familias de las víctimas, el Grupo de Acción Civil de Omagh, llevará el próximo año ante la Justicia a las cinco personas que considera implicadas en el atentado: Seamus Daly, Liam Campbell, Michael McKevitt, Seamus McKenna y Colm Murphy.
Daly, Campbell y McKevitt están actualmente encarcelados en la República de Irlanda por pertenencia al IRA Auténtico, la facción disidente del Ejército Republicano Irlandés (IRA) responsable de aquel ataque terrorista.
Murphy fue condenado en enero de 2002 a catorce años de prisión por conspirar en el atentado de Omagh, pero fue puesto en libertad al año siguiente mientras espera la celebración de otro juicio.
Por su parte, McKevitt fue sentenciado en agosto de 2002 a veinte años de cárcel por dirigir durante un año las actividades del IRA Auténtico, aunque tampoco se le vinculó con la explosión de Omagh.
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