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Alfonso Pato dice que "el Festival de Cans rebasa fronteras sin buscarlo"

EFE

El Festival de Cans se ha convertido en los últimos años en una cita ineludible del audiovisual gallego y, según su director e impulsor, Alfonso Pato, "no sería descabellado" que alcanzase una dimensión internacional en un futuro no muy lejano, ya que directores extranjeros han mostrado su interés por participar.

No obstante, por mucho que la popularidad del festival, que este año celebra su sexta edición, crezca como la espuma, Pato aseguró a Efe que el espíritu de Cans "será el mismo", de modo que, independientemente de dónde procedan los creadores, recibirán aplausos mientras pasean en chimpín y sus obras serán exhibidas en los galpones de la aldea de O Porriño.

Pregunta.- ¿Imaginó en 2004, cuando organizó el Festival de Cans por primera vez y medio en broma, la repercusión que alcanzaría en tan poco tiempo?

Respuesta.- Nunca, nunca lo había pensado. La repercusión nos rebasó de una forma que ahora estamos intentando recomponernos para establecer una estructura más sólida, con miras más altas y más a medio plazo. El éxito nos pilló por sorpresa, pero es bonito.

P.- ¿Esperan superar los visitantes del año pasado, que fueron más de 5.000 personas?

R.- Depende del tiempo, pero esperamos que venga bastante más gente. Por primera vez, tomamos medidas como cortar el tráfico de la carretera principal de Cans. Pero yo siempre digo que esto no tiene nada que ver con cifras de espectadores, no es la Semana del Automóvil o la Feira Verde de Silleda (ríe). Nos estamos preparando para lo que pueda ser esto, pero sin perder el espíritu. Podemos crecer, pero sin perder esa esencia especial; los chimpines, los vecinos mezclados con los actores y el ser muy educados con todos los visitantes que se acerquen.

P.- ¿Cuál es la clave?

R.- Buscamos reinventar un poco el festival cada año. Tiene una estructura de cuatro días, pero siempre hay algo nuevo, además de que los cortos y el audiovisual que se exhibe es nuevo cada año también. Esto me gusta mucho. En festivales como el de Cannes lo que cambia año tras año es la obra, pero en Cans reinventamos secciones cada edición para mantener el espíritu y la marca diferenciada, más allá de los chimpines y de los galpones. Nos podríamos quedar en la fiesta, pero nos preocupa el carácter cultural de festival, e intentamos potenciarlo.

P.- El principal objetivo de Cans es potenciar el audiovisual gallego, sobre el que existe un debate en la actualidad?

R.- Yo intento discutir poco, no entrar en debates y hacer más. Esa es la idea del festival. Aquí todo el mundo tiene claro que éste es el festival del audiovisual hecho en Galicia y en gallego, en su mayoría. Si esto se amplía un día y se hace un festival internacional, el núcleo importante sería la producción audiovisual hecha en Galicia. Y mantener las casas y los galpones donde se proyecta, los chimpines y el espíritu de los vecinos.

P.- ¿Existen posibilidades de que Cans adquiera un carácter internacional?

R:- Si, porque recibimos trabajos de Islandia, Hungría y otros países, sobre todo, este año. Así que valoramos esa posibilidad internacional. El festival rebasa fronteras sin buscarlo. Además, estamos en contacto con otros festivales de otros países, intentando formar una red para canalizar las producciones. No nos vamos a quedar mirándonos el ombligo, hay que aprovechar las posibilidades.

P.- Cada nueva edición del Festival de Cans, ¿exige una mayor implicación por parte de los organizadores y colaboradores?

R.- Este año ha sido muy importante un convenio con la Universidad de Vigo, mediante el que 30 voluntarios están colaborando y trabajando en el festival todo mes. Además, por primera vez, firmamos un convenio con una empresa privada, Estrella Galicia, y esperamos que sea por más de un año.

Pero tenemos otros problemas, porque con el traspaso de poderes de la Xunta, hay un vacío de poderes, y los que llegaron tienen que estudiar las cosas antes de firmar nada.

La capacidad financiera para arrancar el festival está muy mermada por el dinero que está pendiente por parte de la Administración. Si seguimos así, y no se puede resolver, tendremos un déficit que no sé cómo cubriremos. Este cambio de Administración nos dejó desorientados porque no teníamos un interlocutor válido.

P.- ¿Es la primera vez que viven esta situación?

R.- Sí, porque el festival, cuando fueron las elecciones de 2005, no era tan ambicioso como ahora y casi todo lo aportaba el Ayuntamiento de O Porriño y entidades más autónomas, como el Consorcio del Audiovisual. La Xunta entró en el tercer o cuarto año.

Esto no estaba en nuestros cálculos, pero las próximas veces intentaremos buscar negociaciones a medio plazo, de 2 o 3 años, sino es un agobio y un sacrificio de mucha gente, porque no sabemos cuánto podemos presupuestar. No quiero decir que las Administraciones negasen apoyo, porque estamos satisfechos, pero este año es desconcertante.

P.- Pero, ¿peligra una próxima edición?

R.- No creo, si no es más grande, será más pequeño, pero no creo que el festival peligre, porque cada vez está más consolidado.

P.- Además, en este festival, cuentan con la implicación directa de los vecinos de la aldea de Cans?

R.- Cada año intentamos implicar a más gente. Esto empezó con unas cuatro o cinco casas y pocas personas, pero ahora implicamos a muchas más, y tenemos un carpintero que nos hace las pantallas, otro nos deja su casa para hacer la comida, otro nos dejar guardar cajas de cerveza. Casi toda la parroquia está involucrada.

Es algo bonito porque es gracias al esfuerzo de la gente. Todos muestran una disposición máxima para colaborar.

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