Este artículo se publicó hace 16 años.
Alicia Alonso lega un manuscrito para perdurar en la memoria de la cultura
La cubana Alicia Alonso ha legado hoy al Instituto Cervantes un manuscrito que podrá leerse dentro de 20 años y en el que explica lo que significa para ella ser la primera hispanoamericana y la primera bailarina clásica que merece el "precioso" honor de perdurar así en la memoria de la cultura.
Su manuscrito ocupa desde hoy la caja fuerte número 1.029 en la que era la antigua cámara acorazada del Banco Central convertida por el Instituto Cervantes en la "Caja de las Letras", en la que ya está el legado de Antonio Gamoneda, Francisco Ayala, Antoni Tapies, Carlos Edmundo de Ory y Margarita Salas, y a los que se sumará el lunes el de Juan Gelman.
Alonso, que en diciembre "podría" cumplir 87 años, aunque nadie lo sabe a ciencia cierta, ha elegido el año 2028 para que se abra su caja "por algo muy pícaro", según ha explicado la coreógrafa, vestida con un traje rosa de raso y banda del mismo color en la cabeza y perfectamente maquillada.
"Voy a vivir 200 años y espero que al menos vivan ustedes conmigo 20 años más", ha "aclarado" entre risas la bailarina, que ha llegado, del brazo de su inseparable marido, Pedro Simón, con un elegante retraso de media hora y colocando cada paso en una coreográfica posición de quinta, quizá para evitar cualquier sobresalto con el piso.
La fundadora del Ballet Nacional de Cuba, que casi desde el inicio de su carrera ha tenido problemas de visión, ha sido también la primera de las personalidades que ya han guardado en la "Caja de las Letras" su legado para la posteridad que desvela el contenido del mismo.
"Este momento es de una gran emoción para mí. He tenido muchos momentos preciosos en mi vida pero nunca me había puesto a pensar qué dejar para que me recuerden. Desde hace mucho tiempo todo lo que escribo lo dicto y luego lo firmo pero ahora he hecho un esfuerzo y he escrito de mi puño y letra un pergamino explicando lo que significa este reconocimiento en mi vida", ha descubierto ante la sorpresa de la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.
Caffarel había agradecido a Alonso minutos antes un legado que, según había subrayado, "no se sabe cuál es", y destacado lo especial que es que "una gran bailarina y coreógrafa, una leyenda y mito del mundo de la danza" haya entrado en la nómina de la "Caja de las Letras".
La directora del Cervantes ha explicado que la conoce "desde hace muchos años" y que quería destacar en ella, que desde que empezó su carrera en 1938 "no ha parado" de recoger premios, dos características "más humanas".
La primera, ha dicho, es que aunque le propusieron "una y otra vez" cambiar su apellido "por otro que sonara más ruso o inglés" nunca accedió y siempre mantuvo el de Alonso.
Lo cierto es que Alicia Alonso es un nombre artístico y que se llama en realidad Ernestina de la Caridad Martínez y del Hoyo.
La otra cualidad humana que ha destacado Caffarel en Alonso es la preocupación por la pedagogía de la danza, ya que es la creadora de un sistema de psicodanza que "se ha copiado en muchos lugares del mundo", y la oportunidad que ha dado a los niños huérfanos de emprender una carrera artística.
"Es, en definitiva, una mujer extraordinaria que nos ha dado a todos ejemplo", ha concluido Caffarel.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.