El arrozal español no se libra de la crisis global

Aunque amortiguado, el espectacular repunte de la  cotización internacional del arroz está llegando a España, pese a que la producción nacional es excedentaria y a que los expertos decían que estaba a salvo de la crisis mundial de precios.

Según datos publicados ayer por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, el precio pagado a los agricultores de las dos variedades de arroz que se cultivan en España ha subido un 7% en un mes.

Es la mayor subida mensual del último año y ha coincidido con la alarma mundial por el encarecimiento de este alimento, sobre todo en Asia, donde su precio se ha triplicado en 12 meses por la demanda, las malas cosechas y las restricciones a la exportación en algunos de los principales países productores.

En el último año, el precio en origen del arroz con cáscara (para la variedad integral) ha subido un 43,2% y el blanco, un 31,8%. El repunte del último mes aún no ha llegado al precio final.

En abril (último dato disponible), el IPC de este producto subió un 14,5%, más del triple que una inflación en máximos de una década (4,2%). A finales de abril, un directivo de Ebro Puleva, líder mundial del segmento, pronosticó subidas de entre el 30% y el 40% en el precio final. Los agricultores calificaron el augurio de “barbaridad”.