Este artículo se publicó hace 16 años.
Bacalov afirma que el cine tiene que evidenciar cómo EEUU ha desquiciado el planeta
El músico argentino Luis Bacalov afirma que volvería a componer una banda sonora para un filme con aspectos éticos y políticos, ya que el Gobierno de Estados Unidos "ha desquiciado el planeta" y el cine tiene que formar parte de un movimiento cultural que ponga en evidencia esta situación.
Luis Bacalov, que ganó un Óscar en 1994 por la banda sonora de "El cartero (y Pablo Neruda)", subraya, en una entrevista a Efe, que, contrariamente a lo que hubiera pensado hace diez años, ahora lo que le interesa más en una película es su componente político "porque tenemos una situación muy complicada a nivel mundial".
"Hay una serie de problemas que requieren soluciones, como el hambre, el cambio climático, la guerra de Irak o la subida del precio del petróleo" que a su juicio debe denunciar el cine porque este arte habla "de la vida de las personas", asevera el músico nacido en 1933 en Buenos Aires.
A su juicio, una película podría tratar este asunto relatando la vida de personas comunes, y señala como ejemplo que "si Zapatero envía soldados a Afganistán, pues a lo mejor hay uno que se llama Juan Pérez y se puede narrar la vida de esta familia".
Considera Bacalov que hay "una pérdida de energía" en la creación fílmica y detalla que en Italia, donde reside habitualmente, el cine ha sufrido "una baja cualitativa importantísima, aunque últimamente hay una nueva generación de directores con los que se identifican los espectadores, pues cuentan problemas reales de esa sociedad que habían desaparecido del imaginario colectivo".
Asegura que antes "de esta estatuita que me regalaron" -en alusión al Óscar- vivía dentro del mundo de la música "aplicada" para televisión y cine "y con gran sorpresa mía" el premio "me empezó a abrir las puertas de otro mundo al cual no tenía acceso, aunque tampoco luchaba para entrar".
Este era "el mundo de las instituciones que se ocupan de la música sinfónica, los teatros de ópera y las salas de concierto y todo esto me cambió la vida", reconoce Bacalov, que confiesa que "no ve la conexión" entre el Óscar y estas nuevas posibilidades.
Ello le ha motivado para volver a tocar el piano, que durante años "fue mi instrumento de trabajo", y anuncia que en septiembre actuará en el Auditorio de Tenerife como pianista, con obras propias y de Astor Piazzolla.
Todo esto ha hecho que Bacalov trabaje menos para el cine y ahora objetivamente prefiere ocuparse del mundo que está fuera de la música aplicada, apunta el compositor, que también fue candidato al Óscar en 1967 por "El evangelio según San Mateo", de Passolini.
Lamenta que se realiza mucho cine independiente en el mundo pero sólo se conoce "lo que se publicita, y hasta el más astuto de los buscadores de oro de la cultura "underground" desconoce" la variedad cultural del planeta.
Por ello Bacalov cree que, igual que hay financiación pública para las orquestas sinfónicas y los teatros, los gobiernos deberían "propulsar la circulación de películas importantes" aunque "como siempre, todo es un problema de presupuesto".
No obstante, apunta también que desconoce los motivos por los que el público forma largas colas para ver exposiciones de arte contemporáneo en los museos y, sin embargo, se muestra reticente a las nuevas composiciones musicales.
Luis Bacalov, que ha visitado Tenerife para dirigir a la Orquesta Sinfónica de la isla con las danzas de "Estancia" de Ginastera y dos piezas propias, el concierto para violín y la "Misa tango", subraya que en la música "hay todavía un camino que hacer para que se acepte lo mejorcito que ha producido América Latina y Estados Unidos como parte integrante de la cultura occidental a todos los efectos".
Sudamérica "no es un desierto cultural" a pesar de las "feroces catástrofes económicas y dictatoriales" que han sufrido países "como en el que yo he nacido", y los choques de cultura, estas "amalgamas", están produciendo fenómenos de tipo cultural y artístico "de cierto valor".
Pero no se reconoce a los compositores americanos de la misma manera que es "clara y aceptada en todo el mundo la importancia de la literatura latinoamericana, y no se habla de Borges, Sábato o Jorge Amado como escritores de segunda".
Al respecto, destaca que ha sido criticado por componer su "Misa tango" a pesar de que "el resultado es bastante sorprendente incluso para mí. Se toca mucho y ha sido grabada a un alto nivel con la Orquesta de Santa Cecilia, dirigida por Myung-Whun Chung y con Plácido Domingo, todo ello sin mi intervención".
"No es una obra radical desde el punto de vista estilístico y ha tenido mucha aceptación entre la gente, pero que el instrumento solista principal sea el bandoneón les parece a algunos un sacrilegio", comenta sonriente.
Luis Bacalov explica que el bandoneón "lo que hace es desmoronar la sociedad de clases, entran los proletarios al mundo de la burguesía y la aristocracia y esto es escandaloso para los superconservadores. Ese es el chiste de la obra".
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