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Bacon se reencuentra con Velázquez en el Prado

Reuters

Francis Bacon vuelve a partir del martes al Museo del Prado, hogar de muchas de las pinturas clásicas que inspiraron al artista dublinés, del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento.

La retrospectiva, la más completa de Bacon realizada hasta ahora, recoge las obras fundamentales del artista figurativo, uno de los más originales del siglo XX.

La muestra, que inauguraron ayer los Príncipes de Asturias, incluye trabajos procedentes de la Tate londinense y el Metropolitan de Nueva York.

Uno de los lienzos más famosos que se expondrán en la pinacoteca madrileña es el estudio del retrato del Papa Inocencio X, obra del pintor sevillano del siglo XVII Diego de Silva y Velázquez, muchas de cuyas pinturas están expuestas en la colección permanente del Prado.

El estudio es una de las 62 obras que Bacon pintó entre 1933 y 1988, entre las que figuran composiciones singulares, y los 16 trípticos más importantes realizados por el artista, además de material documental procedente de su taller y que muestra las fuentes de sus composiciones o sus ideas más decisivas.

Se trata de la segunda exposición de Francis Bacon en Madrid, después de la celebrada en 1978 en la Fundación Juan March.

Un catálogo online de la Tate recoge que Bacon conocía el original de Velázquez sólo a partir de ilustraciones cuando pintó su estudio en 1953, una de las variantes de las que fue autor.

Aunque era ateo, Bacon pintó muchas figuras religiosas y sus obras también cuelgan del Museo Vaticano de Roma.

La exposición, que estará en Madrid hasta el 19 de abril, se trasladará luego al Metropolitan de Nueva York, donde estará entre el 18 de mayo y el 16 de agosto.

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